Convertida en un costosísimo barril sin fondo, la banca privada mexicana permite rememorar aquellas escenas de la vida silvestre recogidas por National Geographic, en las que se observan a exigentes crías de alguna especie silvestre con la boca abierta para que la generosa madre las alimente.
Todo indica que las instituciones bancarias privadas están insatisfechas con el creciente volumen de recursos que la sociedad les ha aportado --vía generosa decisión gubernamental para proteger a los ahorradores-- a lo largo de la crisis, que hasta ahora resulta equivalente al 8 por ciento del producto interno bruto o, lo que es lo mismo, unos 200 mil millones de pesos en año y medio.
Mientras las autoridades gubernamentales exprimen las piedras para abastecer de recursos públicos al moderno sistema bancario mexicano, las instituciones que lo constituyen amplían el diferencial (margen financiero) entre las tasas de interés que pagan a sus ahorradores y las que cobran a sus créditohabientes, afectando, obvio es, al primero de los renglones citados.
La baja acelerada de las tasas de rendimiento de los valores gubernamentales que determinan el camino a seguir (los Certificados de la Tesorería de la Federación a 28 días) ha servido de pretexto a las instituciones bancarias para reducir drásticamente las tasas de interés que pagan a sus depositantes. No así para aligerar los réditos que cobran a sus créditohabientes.
De hecho, el actual nivel de las tasas de interés pasivas resulta negativo, a tal grado que algunos bancos ofrecen a sus ahorradores porcentajes equivalentes a la mitad de las proyecciones inflacionarias para todo 1996.
En el transcurso del presente año, los principales indicadores que determinan lo que le cuesta a la banca (comercial y de desarrollo) captar cada peso del público ahorrador, han mostrado drásticos descensos. Así, el costo porcentual promedio de captación se ha reducido 19.02 puntos porcentuales; la tasa de interés interbancaria promedio (TIIP) a 28 días, 21.09 puntos, y la tasa de interés interbancaria de equilibrio (TIIE) --para igual plazo--, 21.25 puntos.
Entre tanto, las tasas de rendimiento de los Certificados de la Tesorería de la Federación a 28 días de inversión se han reducido 22.48 puntos porcentuales. A un plazo de 91 días la baja ha sido de 18.8 puntos; a 182 días, 14.73, y a 364 días 9.43
Las tasas de interés de los pagarés con rendimiento liquidable al vencimiento en inversiones a 28 días se han reducido, en promedio, 18.45 puntos porcentuales, mientras las correspondientes a tres meses de inversión lo han hecho en 16.85 puntos.
Por otro lado, si bien es cierto que las tasas de interés activas (las que se cobran a los créditohabientes) no han mostrado incrementos sustanciales, también lo es que se encuentran en niveles entre cuatro y cinco veces mayores que los rendimientos que se pagan a los ahorradores.
Por ejemplo, si se depositan 10 mil pesos en Banco Internacional (Bital) en un pagaré con rendimiento liquidable al vencimiento a 28 días, la institución bancaria le asegura un interés bruto en el periodo de 1.3 por ciento. Lo que cobra ese mismo banco por el uso de su tarjeta de crédito es 5.5 por ciento mensual, es decir, una diferencia de 4.23 veces.
Para aquellos que confían sus dineros en Banorte, la institución ofrece un abanico de tasas anualizadas de interés neto, para personas físicas y morales, que va de 14 por ciento --la más baja del mercado para pagarés con rendimiento liquidable al vencimiento a 28 días-- (1.09 por ciento para el periodo) en depósitos de 2 a 5 mil pesos, a 19.5 por ciento (1.52 por ciento en esas cuatro semanas) para aquellos montos que superen el millón de pesos. El plástico carga un interés mensual de 5.4 por ciento. La diferencia entre el interés más bajo que se paga y el de la tarjeta de crédito es de 4.95 veces.
En el otro extremo --no muy distante-- se encuentra Banco Anáhuac, institución que ofrece una tasa de interés de 23.05 por ciento para depósitos de 100 mil a 250 mil pesos (1.79 por ciento cada 28 días), y en su punto más alto de 24.3 por ciento para montos superiores a 500 mil pesos (1.89 por ciento para igual periodo).
Entre Banorte (el que paga menos) y Anáhuac (el que paga más) hay una amplia gama de ofertas en tasas de interés. Así, Banamex --el más grande del sistema mexicano-- ofrece (tasa neta) 19.4 por ciento anualizado para pagarés con rendimiento liquidable al vencimiento de 28 días para depósitos de 50 a 100 mil pesos, y 22.2 por ciento para montos superiores a un millón de pesos.
Sólo para dar una idea y dependiendo de la cantidad invertida (que va de mil pesos a más de un millón), Bancomer paga (tasa bruta) en rangos que van de 19.7 a 21.95 por ciento anual; Serfin, 18.3-22.5; Unión, 20.05-22.05; Banpaís, 20.1-21.3; Cremi, 20.05-21.25; Sureste, 22.05-23.9; Atlántico, 19.68-22.03; Bancrecer, (tasa bruta) 19.3-22.35; Banorie (tasa neta), 19.45-23; Banpaís, 20.1-21.3; Confía, 20.5-23.5; Inbursa, 20.5-23.5; Inverlat, 18-22.5; Capital, 20.1-22.25 y Banoro, 19.3-22.35.
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