Abrió Fowler con una frase en español la convención de la diversidad
Jim Cason y David Brooks, enviados, Chicago, 27 de agosto En esta ciudad, el mensaje es la diversidad: de los demócratas, de Chicago, del país, de la opinión, dentro de la unidad. Pero todo tiene sus límites, y aquí cerca hay suburbios donde la gente es sincera: el pueblo de Crestwood colocó un gran anuncio ante su alcaldía con la siguiente leyenda: ``El inglés es nuestro idioma. No hay excepciones. Apréndalo''.
Pero hay un problema muy serio aquí: los habitantes del pueblo tampoco saben hablar inglés. La palabra ``excepciones'' estaba mal escrita (``excetions'' en vez de ``exceptions'').
En las últimas semanas, cuatro suburbios han votado por que se declare al inglés como su idioma oficial. Y es que, de pronto, algunos vecinos de esta ciudad, construida y habitada por inmigrantes, han decidido que la ``diversidad'' está bien, pero que hay que hablar un solo idioma (aunque, al parecer, no consideran necesario saber cómo deletrearlo correctamente).
La esquizofrenia defiende su idioma.
Chicago es la ciudad con la mayor concentración de polacos después de Varsovia. Pero también es sede de la segunda mayor concentración de mexicanos del país, después de Los Angeles. Y estos son algunos ejemplos. A lo largo de su historia, Chicago ha albergado comunidades alemanas, irlandesas, italianas, griegas, puertorriqueñas, latinas, lituanas, rusas, etcétera. También fue cuna del movimiento obrero nacional a fines del siglo pasado; aquí, para organizar y difundir información a los obreros se debía recurrir a diarios escritos en más de 20 idiomas.
Pero también aquí, algunos se esfuerzan por olvidar historias que podrían no tener cabida en la definición oficial de ``la diversidad''. Por ejemplo, en la Plaza de Haymarket, lugar donde fueron arrestados los Mártires de Chicago, la ciudad había erigido una estatua en homenaje a los policías que sufrieron durante los disturbios (que ellos mismos provocaron).
En los sesentas, un grupo de activistas descabezó la estatua. Hace unas semanas, la ciudad retiró el monumento, así como toda indicación de que se trataba de un lugar histórico.
Y en el manual para periodistas editado por el Comité Nacional Demócrata, hay un sección específica sobre las convenciones de este partido que han sido celebradas en Chicago. Resulta que esta ciudad ha sido sede de 25 convenciones de partidos políticos; se describen algunas, pero la más famosa en la historia reciente, la del Partido Demócrata en 1968, ni se menciona.
Pero anoche se celebró la diversidad durante la inauguración de la Convención Nacional Demócrata, y sería injusto omitir que varias veces durante este acto, toda la concurrencia bailó La Macarena, y que el dirigente nacional demócrata, Donald Fowler, abrió la convención declarando en español: ``vamos a ganar esta campaña''.
Hoy, algunos periodistas, aparentemente molestos, preguntaron al presidente del Partido Demócrata, Christopher Dodd (también hispanoparlante), por qué Fowler habló en un idioma extranjero, y por qué sólo en español. ``Pregúntenle a él'', respondió. Fowler tiene que cuidarse, no vaya a hablar en otro idioma en el pueblo de Crestwood. Mientras tanto, se invita a maestros latinoamericanos a venir a enseñar deletreo en inglés a los habitantes de ese pueblo. Y a celebrar la división... perdón, la diversidad