Se establecen perfiles de los secuestrables
Juan Manuel Venegas y Ciro Pérez Silva El Programa de Inteligencia para combatir los secuestros en México incluye un proyecto de coordinación con embajadas y consulados, instituciones de gobierno federales y estatales, cámaras de comercio e industriales y grupos empresariales, con el propósito de establecer los ``perfiles personales'' de quienes eventualmente pueden ser considerados secuestrables y ``equilibrar'' las medidas de seguridad, de acuerdo con lo que cada uno representa.
Según se prevé, todas estas instituciones y agrupaciones deberán conocer el programa y capacitar al personal que rodea a los personajes secuestrables en procedimientos de seguridad, preventivos y reactivos.
Por otra parte, la Procuraduría General de la República (PGR) advierte que el secuestro se ha convertido, a la par del narcotráfico, en uno de los delitos que implican ``mayor daño para la sociedad'' de México, por la ``enorme'' cantidad de organizaciones que se integran en torno a esta actividad, las ganancias que obtienen y los daños físicos y psicológicos que provocan en la víctima.
El primer balance de lo que será el programa de inteligencia indica que para combatir ``oportuna y eficazmente'' a los plagiarios que operan en el país se requiere ``de la participación conjunta y coordinada de todas las instancias privadas y de gobierno''.
Aún más: considera que, en la prevención de secuestros ``la seguridad pública es complemento de la seguridad privada''.
En otro orden, dentro del esquema que la PGR plantea para combatir a los grupos de secuestradores ya se determinaron cuatro condiciones que éstos requieren para operar: oportunidad y condiciones para llevar a cabo el plagio, tiempo suficiente, resultado benéfico y anonimato.
Según las estimaciones de la PGR, ``si logramos eliminar uno solo de estos elementos, tomando en cuenta los perfiles personales de los secuestrables, estaremos en posibilidades de disminuir considerablemente la incidencia de este delito y/o solucionarlo en caso de presentarse''.
Identificación de grupos
El programa de inteligencia para combatir los secuestros en México conlleva el seguimiento e identificación de organizaciones de secuestradores y los estados o regiones donde operan. Es decir, ``no sólo se pretende prevenir o solucionar secuestros, sino también contar con el perfil de aquellos grupos que han hecho de esta actividad su modo de vida''.
Coordinación con embajadas, consulados y empresarios
El primer paso para ``hacer extensivo'' el programa antisecuestros consiste en capacitar a los gobiernos estatales en lo que se pretende sean las medidas preventivas generales, para que éstos a su vez trabajen coordinadamente con las instituciones privadas que les corresponda.
Además, ``se aprovecharán todos los foros y medios de comunicación disponibles'' regionalmente para informar a potenciales víctimas de los alcances de los programas para prevenir y reaccionar ante los secuestros.
Paralelamente, se trabajará con la Secretaría de la Relaciones Exteriores para proteger a los diplomáticos acreditados en embajadas y consulados. Asimismo, se buscará que las representaciones extranjeras colaboren en la difusión de las medidas preventivas entre los ciudadanos de sus respectivos países.
Se aclara que, en lo general, las medidas de seguridad que se proponen serán las mismas tanto para diplomáticos como para empresarios nacionales y extranjeros, y lo único que las diferenciará será su aplicación, que deberá corresponder al perfil personal.
El programa general de prevención de secuestros incluye una serie de recomendaciones sobre procedimientos de seguridad: modificación constante de rutas a lugares frecuentemente visitados, control estricto de entradas y salidas a inmuebles, capacitación a personal de apoyo administrativo, físico y domestico, y selección, evaluación y, en su caso, cambios periódicos de personal de seguridad, a fin de evitar posibles filtraciones de información y complicidades.
A diplomáticos y empresarios se les advierte: ``En todos los lugares que visitan, pero especialmente en los de especial riesgo (como los traslados largos por carretera o visitas a lugares aislados), la aplicación en los procedimientos de seguridad es la base del éxito del programa preventivo''.
El caso Harp
Una fuente de información gubernamental, ajena al programa de inteligencia que elabora la PGR, indicó que los grupos guerrilleros que han participado en secuestros no tienen ``mayor capacidad'' para controlar las ganancias que obtienen por los plagios.
Según esta versión, los grupos guerrilleros que financian sus actividades por medio de secuestros ``generalmente dan golpes espectaculares, aunque después, por inexperiencia o por la misma clandestinidad en la que operan, no sepan qué hacer con el dinero del rescate''.
Destaca el hecho de que el secuestro del banquero Alfredo Harp Helú se atribuyó a ``grupos que tienen como bandera la violencia revolucionaria''.
Estos ``escondían casi 10 millones de dólares en cajas de cartón, ocultas en un ataúd, como se descubrió cuando se desmanteló la casa de seguridad, lo que permitió recuperar parte del rescate que se pagó por la libertad del presidente del Consejo de Administración de Banamex''