Como para celebrar macabramente la guerra inicua por la que se apoderó de gran parte de nuestro territorio hace 150 años, Estados Unidos comete, para no faltar a su carácter de potencia impune, uno más de los incontables actos de arrogancia y violación a las leyes que rigen la convivencia internacional.
La ley 187, conocida como Helms-Burton, se pasa literalmente por el arco los principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas, hasta ahora la ley fundamental del nuevo orden entre las naciones que siguió a la segunda Guerra Mundial. Hace un año Estados Unidos echaba al vuelo miles de globos, apagaba las velitas y repartía y disfrutaba el pastel conmemorativo de la Carta que dio vida política a la ONU con motivo de su quincuagésimo aniversario. Pocos meses después iniciará la maniobra que hace añicos los principios que se comprometió a promover y respetar con su firma en la ciudad de San Francisco. Su principal víctima: la soberanía del amigo, vecino y desde 1994 socio preferente con el que colinda en su frontera sur. Y de manera específica, los inversionistas que tengan relaciones comerciales con Cuba, como es el caso del regiomontano Javier Garza Calderón, cabeza del Grupo Domos.
Es inaudito que el Departamento de Estado, además de amenazar con retirarle la visa a Garza Calderón y sus familiares para ingresar a Estados Unidos, haya enviado cartas con amenazas similares a cuatro ejecutivos de la empresa. El tono desborda el insulto: o salen de Cuba o salen de Domos.
Ocioso como pudiera parecer, es preciso invocar los principios que está violando Estados Unidos bajo una abusadora cuanto arcaica concepción trascendental de supuestas infracciones a la que su gobierno pretende dar naturaleza legal y vigencia fuera de su territorio.
Cito los primeros cuatro artículos que We the people.., incluido Estados Unidos, plasmaron en el capítulo inicial, el referente a Propósitos y Principios de la Carta de las Naciones Unidas:
1. Mantener la paz y la seguridad internacionales, y con tal fin: tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz, y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz. 2. Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar otras medidas adecuadas para fortalecer la paz universal. 3. Realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinciones por motivos de raza, sexo, idioma o religión.
En el curso de la promoción al Tratado de Libre Comercio, el gobierno de Salinas de Gortari y sus apoyos --medios de comunicación, operadores, publicistas e intelectuales-- insistieron en la nueva relación que México debía sostener con Estados Unidos; menos pugnas, más flexible y racional. Se trataba de formas de ablandamiento para que las inversiones y las mercancías de ese país hallaran un clima ideológico propicio; en suma, para no ponerle peros a cualquiera de sus políticas e iniciativas que pudiere traducirse en beneficio suyo aun a costa nuestra. De alguna manera lo consiguieron diluyendo la sana distancia, la vigilancia y hasta la actitud crítica que la historia nos había aconsejado asumir frente a un país del que hemos recibido apoyos y préstamos gravosos --los que le impiden al gobierno mexicano responder con dignidad y energía a sus injurias--, pero sobre todo lesiones y agravios.
Monterrey trata de celebrar este año, no sin tropiezos e instrumentos de guía, el cuarto centenario de su fundación. Traigo a cuento el tema porque los empresarios perjudicados ahora por la Helms-Burton son originarios de la capital de Nuevo León. Pero también porque la feria de loas promovida en torno al aniversario ha sido también un golfo de omisiones; entre otras, la referente al siglo y medio de haber sido rendida y ocupada la ciudad por las tropas norteamericanas. La fecha nefasta fue la misma que la de su fundación; el 20 de septiembre. Hecho significativo no tanto por la coincidencia, sino por el tiempo que permanecieron las fuerzas extranjeras en la plaza: casi dos años. Su repercusión en la cultura de la ciudad fue de onda prolongada. El american way of life se tornó para la burguesía regiomontana --y capas subordinadas-- en un paradigma casi natural. Por lo tanto, en vez de ser Monterrey la gran frontera de América Latina, con frecuencia parece ser un lunar subtexano.
Por primera vez miembros de esa burguesía responden airados a la soberbia y la arbitrariedad de Estados Unidos. Sus intereses están de por medio, se entiende. Pero su conciencia no será ya la misma y su caso, para otros y para el propio gobierno mexicano que lanza grititos de protesta, puede ser el principio de una manera diferente de percibir a Estados Unidos, a su gobierno y su Disneylandia política y cultural.
``Ojo por ojo y diente por diente'', ha dicho el senador y también inversionista en Cuba (International Textil Company) Mauricio Fernández. Aparte lo que permitan las vías legales e instituciones internacionales, bien se podría promover con otros países la desertificación de Estados Unidos como consumidor de droga y como infractor del derecho internacional. Para empezar.