En países en desarrollo, menos de 10% recibe enseñanza superior: UNESCO
José Gil Olmos /III y última Para los próximos cinco años la población mundial en educación superior será de 79 millones de estudiantes. Sin embargo, mientras en los países desarrollados tendrá acceso a este nivel aproximadamente la mitad de la población en la edad apropiada, en los países en desarrollo menos del 10 por ciento podrá ingresar en este nivel de educación, advierte la Unesco.
En promedio, sostiene el organismo de la ONU, las posibilidades de los jóvenes de los países en desarrollo de seguir estudios superiores son cuatro veces inferior que las de los jóvenes de las naciones industrializadas.
El ``paisaje'' que dicha organización observa para la educación superior en el mundo es de inequidad de oportunidades en el acceso, la reducción del financiamiento público, la ampliación de la brecha científica y técnica entre los países industrializados y los en vía de desarrollo, el incremento de la demanda y la necesidad de responder a las necesidades propias del mercado nacional e internacional.
Bajo este contexto propone un ``nuevo pacto académico`` y una ``universidad dinámica'' capaz de poner a la educación superior de todos sus Estados miembros en mejores condiciones de responder a las necesidades actuales y futuras del desarrollo sostenible.
La Unesco, en su último estudio sobre educación superior editado a finales del año pasado en Francia, su sede, y en español de manera más reciente, se cuestiona: ``¿Cuál es y cuál debería de ser la función de la educación en la sociedad presente y futura?''.
Según este organismo, la educación superior es una de las ``claves para poner en marcha los procesos más amplios que son necesarios para hacer frente a los desafíos del mundo moderno''. Sin embargo, antes de adelantar cualquier propuesta observa problemas como la tendencia a la ``masificación'' escolar.
Sus proyecciones sobre matrícula de educación superior indican un aumento del número de estudiantes en todo el mundo, de 65 millones en 1991 a 79 millones en el año 2 mil, a 97 millones en el 2015 y a 100 millones hacia el 2025.
Para los países en desarrollo también estima un aumento considerable: de 30 millones de estudiantes en 1991 a 40 millones en el año 2 mil, a 50 millones en el año 2015 hasta llegar a 54 millones en el 2025.
``Sin embargo, habida cuenta de las proyecciones de crecimiento demográfico en el mismo periodo, la desigualdad de oportunidades de acceso a la educación persistirá'', reconoce.
A estos problemas del aumento de la matrícula y de la disminución de oportunidades de ingreso a las instituciones de enseñanza superior, la Unesco insiste en observar el obstáculo que representa la restricción de recursos.
``En la mayor parte de los casos, el aumento del número de estudiantes de educación superior no se ha acompañado de aumento de los recursos en términos reales, obligando así a muchas instituciones a recortar sus presupuestos, programas de estudio, modernización de infraestructura, recursos bibliográficos, cooperación internacional e incluso su personal académico. Las restricciones financieras han afectado a todos los tipos de centros de educación superior, inclusive los mejor dotados'', afirma.
Para los países en desarrollo considera graves dificultades en cumplir las expectativas sociales de educación superior. Esto tiene una consecuencia: la llamada ``fuga de cerebros'' o salida de estudiantes que no regresan y que esta organización reconoce como ``éxodo de competencias al extranjero''.
El problema de esta migración, plantea, está vinculado a la movilidad de los estudiantes y académicos, y también una indicación del mal estado de los factores económicos, sociales y políticos en muchas partes del mundo.
Según la Unesco, la estrategia de desarrollo económico mundial debería basarse en dos fundamentos: la reducción de la pobreza y el desarrollo de los recursos humanos. Dentro de éstos, asegura, la educación superior se ha convertido, más que nunca, en asociado importante de cuantos están interesados en estos problemas.