Luis Javier Garrido
Underground
La prioridad para Ernesto Zedillo no es resolver los problemas del país sino mantenerse en el cargo, de ahí que su segundo Informe carezca de interés, pues no va a hablar de lo único que le interesaría conocer a los mexicanos: por qué razón no puede asumir plenamente sus atribuciones, como lo demuestra el hecho de que no ha querido que se investigue y aclare el caso Colosio.
1. La lucha subterránea por el poder entre las facciones del grupo gobernante, de la cual sólo emergen algunas señales a la superficie, es consecuencia de la descomposición del ``sistema'', pero también de la nula capacidad política de Zedillo para terminar con el control que el grupo salinista ejerce sobre la vida económica y política del país y para aceptar un cambio democrático.
2. La propaganda de Los Pinos describe a un régimen que se democratiza, en el que supuestamente el Ejecutivo cede con generosidad atribuciones al Legislativo (que actúa como su coadyuvante) y a los estados (cada vez más autónomos), pero la realidad es otra. El ``sistema'' presidencialista, corporativo y de partido de Estado está ahí incólume y lo único que se advierte es una voluntad de maquillarlo con tímidas reformas electorales para subordinar a los partidos a la expectativa de un cambio por la vía del voto.
3. Los conflictos que vive el país no cesan de crecer, y a nadie escapa que buena parte de éstos derivan de un factor que es sumamente difícil de analizar: la lucha subterránea por el poder, no entre el gobierno y la oposición sino entre dos facciones del grupo gobernante: el de los incondicionales a Carlos Salinas, y el de quienes buscan empujar al frágil Zedillo a romper con aquél; una disputa soterrada y sin cuartel que está resultando en extremo onerosa para México.
4. El deterioro institucional ha llegado a su límite por el intento de Salinas por preservar su hegemonía manteniendo una mecánica perversa en el ejercicio del poder, en la cual Joseph-Marie Córdoba sigue decidiendo sobre Zedillo. El frágil acuerdo político a que llegaron Carlos Salinas y Ernesto Zedillo en la casa de Arsenio Farell la noche del 3 de marzo de 1995 y que supuso que los intereses financieros, económicos, políticos y en el narco de Salinas no serían tocados (a cambio de que Raúl permaneciera en Almoloya), salvó a Carlos Salinas pero agravó la crisis del país.
5. La disputa de las élites por el poder se ha extremado, como era lógico, por el ``caso Colosio'', entre quienes exigen que se aclare por el bien del país y quienes con Zedillo y los panistas a la cabeza se obstinan en cuidarle las espaldas a Carlos Salinas, argumentando que tocar sus privilegios afectaría a la economía nacional, y en tanto los problemas nacionales no dejan de agravarse. De ahí los videos y las revelaciones que han ``aparecido'' en los últimos días y que tanto agravian a los mexicanos pues evidencian que el gobierno no ha hecho otra cosa que encubrir al homicida intelectual.
6. ¿Qué está pasando en México?, se ha preguntado todo el mundo en los últimos dos años, y la respuesta es la misma que se podría dar tras ver los videos presentados en Detrás de la noticia el 25 de agosto: hay una disputa por el país a espaldas de los mexicanos.
7. ¿De qué puede informar, por lo tanto, quien se ha asumido no como un hombre de Estado sino como una pieza en un grupo de interés, y que ante los problemas sociales y políticos no tiene más visión que la de un econometrista? El problema fundamental sigue siendo que el gobierno actual carece de una política nacional, de tal manera que el 1o. de septiembre Zedillo no debería informar al Congreso y a los mexicanos sino a Salinas y al FMI, porque su lógica ya se conoce y podría resumirse en una divisa: ``Lo que es bueno para las grandes multinacionales, es bueno para México''.
8. El desfase entre los derechos del pueblo y los intereses de las élites es cada día mayor, y por ello no debe extrañar la actitud del grupo en el poder ante los problemas sociales, como se ve en el caso del EPR. Al margen de lo que signifique realmente la aparición de esta organización, es muy significativo que tras el ataque de ésta a los cuarteles de la Policía Judicial en varios estados (29 de agosto) no haya más respuesta del gobierno que la de extremar la violencia.
9. Ernesto Zedillo advirtió que el gobierno combatirá al EPR ``con las armas de la Ley'' (29 de agosto), y entonces cabe preguntarse: ¿Cómo puede esgrimir la Ley un gobierno que se sustenta en un partido de Estado y que ha hecho de la violación a la Ley una práctica sistemática de su ejercicio del poder? ¿Cómo puede tener credibilidad un gobierno que viola la Ley para encubrir los crímenes de su predecesor y permitirle conservar un poder económico que acumuló con los recursos del país y con el narcotráfico?
10. La experiencia de los meses ``de Zedillo'' no hace más que poner de relieve que el destino del país no puede estar en manos de unos cuantos grupos que se disputan el poder a espaldas de la nación, y que es urgente una transición política, la que no vendrá si la sociedad no la impulsa de manera más decidida.