La Jornada 31 de agosto de 1996

Previsible, buena acogida a tropas de EU si peligra el gobierno mexicano

Blanche Petrich Según un informe de inteligencia militar del Pentágono, que data de principios de 1994, ``es concebible que un eventual despliegue de tropas estadunidenses en México sea recibido favorablemente si el gobierno de México enfrentara la amenaza de ser derrocado como resultado del caos económico y social generalizado''

Y este riesgo de desestabilización en México es valorado como de rango ``medio''.

Esta conclusión está contenida en un reporte del Pentágono clasificado como ``secreto y confidencial'', decodificado en diciembre del año pasado y en poder de La Jornada.

Con información actualizada hasta la primavera de 1994, el informe analiza estas ``amenazas a la seguridad interna''. Luego de señalar que ``no existían grupos terroristas o insurgentes significativos en el país'', agrega que esta situación ``cambió dramáticamente'' en enero de ese año.

En el momento de ese análisis, la inteligencia militar estadunidense concluye que sólo existen ``unos cuantos grupos pequeños con limitada capacidad de provocar problemas al gobierno''.

Este reporte que, aun decodificado mantuvo numerosos fragmentos bajo sus códigos de confidencialidad, se refiere específicamente al Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo (Procup): ``un grupito terrorista formado a principios de los años setentas por profesores y estudiantes de la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo''. Con serios errores en su información, el documento ubica a Chapingo (estado de México) en Guerrero.

El documento secreto, bajo el capítulo ocho titulado ``Situación de Contrainteligencia (U)'', contiene el reporte que responde a un memorándum de la Comandancia del Batallón de Inteligencia Militar (CI) ubicado en el Fuerte Meade y es dirigido al comandante de inteligencia militar del Fuerte Leavenworth.

Responde a una ``solicitud de información general'' sobre eventuales amenazas terroristas en México y Centroamérica. Los ``enlaces'' para ampliar esta información son los sargentos Burden y Hanneken.

En el índice se clasifica a México como en un nivel ``medio'' de riesgo, lo mismo que Guatemala y Honduras, mientras que este nivel de amenaza en Belice es calificado como ``insignificante''.

Clasificado por el Pentágono bajo el código INSCOM SCG 90-01, fue decodificado bajo el estatus llamado OADR, a raíz de una demanda de información interpuesta por el periodista independiente Jeremy Bigwood al amparo del Acta de Libertad de Información.

Este tipo de ``grupitos terroristas'', según el Pentágono y el directorio mundial de la Agencia Central de Inteligencia (The CIA World Fact Book), ``suelen poner bombas, ocasionalmente, en bancos, agencias de venta de autos y empresas estadunidenses'' en la Ciudad de México y otras localidades.

El texto añade que el Pocup y organizaciones ``comunistas'' afines cuentan con bases regionales ``y con frecuencia están vinculados al narcotráfico''. Pero --subrraya el reporte-- ``el activismo de esta organización se redujo considerablemente'' desde el encarcelamiento en 1990 de su líder Felipe Martínez Soriano.

En el capítulo ``Amenazas Internas'' los oficiales de inteligencia del Pentágono hacen una clara y drástica distinción entre los ``grupos terroristas'' y los ``grupos insurgentes''. En la segunda categoría ubica al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

``Hasta antes del levantamiento de los insurgentes del EZLN ninguno de estos grupos representaba una seria amenaza a la estabilidad del gobierno'', sostiene el reporte. ``Esta situación de relativa calma cambió dramáticamente en enero de 1994''.

Respecto al EZLN, los analistas militares estadunidenses destacan el hecho del inicio de las pláticas de paz entre insurgentes y gobierno, de las cuales ``es imposible predecir'' si van a dar resultados o no''.

A los zapatistas los ubican bajo su ``antiguo nombre de Organización de Campesinos Emiliano Zapata''; señalan que colaboran con ``otro grupo de irregulares: el Frente de Liberación Nacional'', al cual sitúan en el estado de Tabasco.

Además de la información específica sobre su particular percepción de estos grupos en México, los analistas del Pentágono ofrecen un ``contexto'' sobre el país, en el cual subrrayan que el gobierno de México ``tiene una tradición de permitir que grupos terroristas extranjeros mantengan oficinas en su territorio''. Citan concretamente al grupo peruano Sendero Luminoso, al salvadoreño Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) --dos años después de la firma de la paz en El Salvador y la disolución de esa fuerza guerrillera-- y a la Organización para la Liberación Palestina, además de las embajadas de Irán, Iraq y Libia, naciones con las cuales México mantiene relaciones diplomáticas normales.

A la Unión Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) la cita en el capítulo de las ``amenazas externas''. Dice que este grupo ``izquierdista'' usa territorio mexicano como ``santuario'' y espacio para entrenamiento. El reporte aclara que la URNG ``no amenaza directamente la estabilidad de México''.

En cuanto a las perspectivas futuras, el Pentágono prevé en este documento interno que ``el sistema de inteligencia y la estabilidad de México enfrentarán serios problemas causados por la corrupción e inversión inadecuada de recursos'', aunque también apunta que estos problemas de corrupción son ``menores'' al interior de la Fuerza Armada. ``donde prevalece una mayor disciplina''.

Respecto al ``probable escenario'' de un despliegue de fuerzas armadas estadunidenses en territorio mexicano el informe contiene dos párrafos legibles y uno censurado.

``Debido a la historia de las relaciones México-Estados Unidos es altamente improbable que los mexicanos puedan ver con buenos ojos la presencia de fuerzas estadunidenses en su territorio. A los mexicanos les desagrada profundamente la interferencia estadunidense en sus asuntos internos. Este sesgo sólo podría ser superado mediante un requerimiento del gobierno mexicano de ayuda militar estadunidense para manejar una crisis''.

Agrega: ``Es concebible que un eventual despliegue de tropas estadunidenses en México sea recibido favorablemente si el gobierno de México enfrentara la amenaza de ser derrocado como resultado del caos económico y social generalizado''.

Y finaliza: ``En un escenario así, los servicios de inteligencia y seguridad probablemente cooperarían con la inteligencia estadunidense en la identificación de amenazas a su estabilidad interna''.

Concluye además que ``los terroristas y los grupos insurgentes mexicanos no son lo suficientemente fuertes como para representar una amenaza seria a fuerzas de Estados Unidos''.