Califican de riesgoso construir edificios de 6 a 20 pisos en el proyecto Alameda
Víctor Ballinas El Consejo Asesor de Desarrollo Urbano del Distrito Federal manifestó al regente Oscar Espinosa Villarreal su preocupación porque en el proyecto Alameda se estén proponiendo alturas de seis y hasta 20 pisos, por considerar que es imposible que sus calles tan angostas acepten el tráfico que van a generar. Además demandaron conocer si esas alturas aumentarán o disminuirán el valor del suelo, considerando que es zona sísmica.
En la Alameda, señaló el consejo, debe evitarse la construcción de oficinas, bancos y organizaciones financieras y de comercio departamental, porque eso apoyaría la concentración de actividades en el Centro y los viajes de la periferia a esta última zona.
Subrayó que si no se toman en cuenta los mecanismos de protección a las 13 mil personas que viven ahí, y al pequeño y mediano comercio, para evitar su desalojo, ``se va a tener una gran oposición al proyecto, debido a que ese asunto está íntimamente relacionado con el valor de la tierra y el costo de renovación de las construcciones.
Recomendó también el consejo que el programa de vivienda 1996-97 tenga como prioridad de atención esta zona para atenderse de inmediato, con el objetivo de detener el despoblamiento, ya que las acciones de reciclaje que se proponen producirían vivienda en uno o dos años más.
Otras de las sugerencias que el consejo le presentó al regente es que se repare y mejore la vivienda de alquiler mediante subsidios en impuesto predial e Impuesto sobre la Renta por determinado tiempo, y en departamentos con renta de hasta mil 200 pesos al mes. Propuso elaborar un programa de asesoría e intermediación para solucionar los casos de renta congelada que concluyen en diciembre de 1996.
También ese órgano asesor del DDF planteó que se establezcan incentivos y facilidades para promover y tramitar la conversión a régimen de propiedad en condominio y dar mayores alternativas a los inmuebles, principalmente los que cuentan con locales comerciales en la planta baja y vender o rentar los departamentos habitacionales en las plantas altas.
El consejo se pronunció porque se privilegie entre los usos comerciales aquellos conectados al turismo, la cultura, el arte y el comercio exclusivo de tiendas especializadas y posiblemente los espectáculos.
Los consejeros consideraron que en el rescate de la zona Alameda se podría empezar con un programa a corto plazo de apoyo e incentivos al comercio especializado de las calles de Victoria, Artículo 123, López y Ayuntamiento, ``en las que lo que más vale son los locales comerciales''.
Incluso se propuso empezar con proyectos más pequeños y viables para empezar a reactivar la zona, porque ya pasaron seis años y no arranca el gran proyecto.
El consejo pidió que se definan algunos escenarios de lo que podría pasar, y qué opciones hay, por ejemplo, si Reichmann no invierte en su proyecto.
Los consejeros solicitaron que se separe el proyecto Reichmann de las 64 manzanas del Proyecto Alameda y que se proponga para su desarrollo en tres etapas a corto, mediano y largo plazos. Explicaron en la sesión de consejo que ``si bien estos dos proyectos deben realizarse en forma integral, tienen dos vertientes: una, como negocio inmobiliario, y el otro para regenerar y revitalizar esta zona deteriorada y subutilizada del centro de la capital.
Durante la reunión del Consejo Asesor de Desarrollo Urbano, efectuada en el Departamento del Distrito Federal, los consejeros le presentaron al regente sus opiniones respecto de los grandes proyectos, antes denominados megaproyectos, entre ellos el Proyecto Alameda, el de la carretera La Venta-Colegio Militar, Tren Elevado, Programa de Estacionamientos y Vías Express.