La Jornada 3 de septiembre de 1996

Descarta Zedillo una reunión con la enviada de Clinton En la declaración de Cochabamba se condenará a la Helms-Burton

Elena Gallegos, enviada, Cochabamba, Bolivia, 2 de septiembre El presidente Ernesto Zedillo descartó cualquier posibilidad de entrevistarse con la embajadora estadunidense ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Madelaine Albright --cuya presencia aquí ha desatado las más encontradas reacciones--, ya que a una pregunta expresa sobre el tema, respondió: ``No, no. Yo vengo a hablar con presidentes''.

Horas después de haber llegado a esta ciudad, donde a partir de mañana comenzará la décima Cumbre del Grupo de Río, el mandatario comentó que a México le interesa en especial que durante las reuniones se aborde el tema del tráfico de armas que está muy ligado al narcotráfico.

Manifestó además que aunque el terrorismo no forma parte de la agenda de trabajo que abordarán los 14 jefes de Estado, cuyos países forman parte de este mecanismo de concertación, seguramente se tratará ``dado que estaremos hablando de democracia, y considerando que el terrorismo es uno de los obstáculos que se presenta en cualquier nación al avance democrático''.

En tanto, fuentes diplomáticas confirmaron que la embajadora Albright había solicitado entrevistarse con la delegación mexicana. Los más importantes diarios locales aseguraron en sus ediciones de hoy que la funcionaria pretendía incluso conversar con algunos de los presidentes que asisten a la cumbre; su llegada el domingo pasado a este lugar causó, entre otras cosas, sorpresa.

Según versiones difundidas hoy, la enviada del presidente Clinton busca ``matizar'' los rechazos a la Helms-Burton y que se conozca la opinión de su gobierno sobre el proceso que se avecina en la ONU, esto es, ``evitar'' la reelección de Boutros Ghali en la Secretaría General.

Respecto a la Helms-Burton, Ernesto Zedillo consideró que aunque no todos los participantes en la cumbre se verán afectados por esa ley, de todas formas ocupará un lugar importante en las deliberaciones ``porque es una cuestión de principios''.

El presidente viajó por la mañana a esta ciudad ubicada en el centro de Bolivia, y después de más de siete horas de vuelo el avión TP-01 aterrizó en el pequeño aeropuerto local donde el visitante fue objeto de una breve y cálida recepción.

Ahí mismo, el alcalde Manfred Reyes Villa le entregó las llaves de la ciudad, y Ernesto Zedillo transmitió el mensaje de afecto, respeto y solidaridad del pueblo de México para los bolivianos.

La comitiva integrada sólo por el canciller José Angel Gurría, el secretario de Comercio, Herminio Blanco, el jefe del Estado Mayor Presidencial, general Roberto Miranda, y el vocero Carlos Almada, fue conducida al hotel Portales, en una de las zonas residenciales de Cochabamba.

A lo largo del recorrido, el presidente Zedillo pudo observar las mantas que los anfitriones colocaron en las calles y que saludaban con un: ``¡Bienvenidos hermanos latinoamericanos!''.

A excepción de Ernesto Samper, de Colombia; Alberto Fujimori, de Perú, y Carlos Saúl Menem, de Argentina, los otros invitados ya habían arribado a Cochabamba.

La atención de los medios de comunicación regionales se concentró en la entrevista que sostuvieron los presidentes de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, y de Chile, Eduardo Frei. Ambas naciones mantienen una vieja disputa --hace 40 años rompieron sus relaciones diplomáticas-- debido a la pretensión boliviana de tener una salida al mar, que este país considera un derecho.

Por eso, las principales estaciones de radio y televisión difundieron en vivo la conferencia ofrecida por Sánchez de Lozada y Frei luego del encuentro, en la que ambos evitaron crear expectativas y se comprometieron a dirimir ``lo más fácil'' y a seguir con las pláticas.

Apenas se instaló en sus habitaciones del Hotel Portales, el presidente Zedillo se entrevistó con el mandatario de Ecuador, Abdalá Bucaram, quien hace 23 días asumió el cargo. ``Bienvenido al club'', le dijo al tiempo que estrechaba su mano.

Después se enfrascaron en una larga conversación sobre la conveniencia de firmar un tratado de libre comercio bilateral. De hecho había ya un acuerdo para avanzar por ese camino con Sixto Durán Ballén. Bucaram se mostró dispuesto a continuar, pero habló también del interés de su país por pertenecer al G-3, compuesto por Colombia, Venezuela y México.

Al término de la charla, Ernesto Zedillo conversó con los reporteros mexicanos que lo acompañan y que lo aguardaban en los jardines del hotel, a la orilla de la alberca. Por eso cuando los reporteros acercaron cámaras y grabadoras, bromeó:

``Ahora sí los agarré a todos juntos --y haciendo como que los empujaba--, los voy a tirar a la alberca''.

El presidente sintetizó la reunión con Bucaram: ``Si bien atendimos los aspectos protocolarios, pudimos tratar un tema de fondo: el presidente Bucaram me ha ratificado el interés de su gobierno por proseguir las pláticas para arribar a un tratado de libre comercio. Este mismo mes, el ministro de Comercio ecuatoriano viajará a México para conversar con el secretario Blanco''. Este, afirmó, ``será para nosotros un resultado adicional a la cumbre''.

Desmenuzó luego la agenda que abordarán los presidentes: el tema central de la reunión de este martes por la mañana será el combate a la pobreza; por la tarde se tratará lo referente a la integración, y el miércoles el narcotráfico y el desarme. ``Nosotros tenemos un interés muy especial porque vemos el tema de tráfico de armas muy ligado al del narcotráfico''.

Cuando los reporteros le preguntaron su opinión sobre la presencia, inédita, de la embajadora estadunidense, declaró: ``No he tenido ninguna información oficial al respecto. Para ser honesto, lo leí hoy en La Jornada y en El Financiero''.

Descartó entonces que pudiera reunirse con ella. Más tarde, en el Centro Patiño presenció un espectáculo folklórico. Savia Boliviana con sus charangos y kenas, abrió el programa, y lo cerró el ballet de la Universidad de Guadalajara.

Los recesos entre las plenarias de la cumbre serán aprovechados por los presidentes para continuar con los intercambios bilaterales. El presidente Zedillo conversará con el anfitrión, Gonzalo Sánchez de Lozada, así como con los presidentes de Argentina y Brasil. El miércoles está convocado el Grupo de los Tres.