Lanzó EU un segundo bombardeo en Irak
Afp, Reuter, Ap, Ansa, Efe, Ips y Dpa, Washington, 3 de septiembre Estados Unidos lanzó en menos de 24 horas 44 misiles Tomahawk contra ``objetivos limitados'' en el sur de Irak, porque el mandatario de ese país árabe ``debe pagar un precio'' si ``maltrata a su propio pueblo y amenaza a sus vecinos'', afirmó hoy el presidente Bill Clinton, quien amplió en unos 50 kilómetros la ``zona de seguridad'' impuesta en el sur del territorio iraquí.
El crucero Shiloh y el destructor Laboon, anclados en el golfo Pérsico, iniciaron la madrugada del martes la operación Ataque en el Desierto, en la que Gran Bretaña brindó a las fuerzas armadas estadunidenses apoyo logístico, con el lanzamiento de 14 Tomahawk, otros 14 misiles de ese mismo tipo -con un costo unitario de 1.3 millones de dólares- fueron lanzados por bombardeos B-52 que la tarde del lunes salieron de su base en la isla Guam, en el Pacífico.
Horas más tarde, Clinton decidió un nuevo ataque misilístico para garantizar la destrucción de los objetivos iniciales. En esta ocasión fueron disparados 17 misiles Tomahawk desde un submarino y los buques Russell y Laboon, así como otros dos navíos, todos ellos anclados en el Pérsico.
En la zona, el Pentágono cuenta con 15 mil hombres en 20 buques, ocho de los cuales están al mando del Carl Vinson, que cuenta con 20 aviones F-A18C, 18
F-14D, 12A-6D, cuatro E-2C, seis S-3B y 15 helicópteros y aviones de apoyo.
La mañana de este martes y tras el primer ataque contra Irak desde 1993, Clinton recordó que en los últimos tres días se le advirtió al presidente Saddam Hussein sobre las consecuencias de la irrupción de sus tropas al Kurdistán iraquí, ubicado al norte del paralelo 36, en lo que la Casa Blanca considera ``zona de seguridad''.
Clinton añadió que los anuncios de Bagdad sobre un inminente repliegue de esa zona no se tradujeron en hechos, por lo que dio la orden de disparar contra Irak: ``Nuestros misiles dirigieron el siguiente mensaje a Hussein: cuando usted maltrata a su propio pueblo y amenaza a sus vecinos, tendrá que pagar el precio''.
Señaló que aparentemente una facción kurda hasta ahora opuesta a Bagdad se alió con Saddam Hussein, y sostuvo que ``esto no puede justificar el hecho de que el ejército iraquí se lance en contra de la población civil de Erbil''.
Reiteró que los objetivos que persigue Ataque en el Desierto son ``limitados'', e indicó que con la zona de exclusión en el sur iraquí -para proteger a la población chiíta- se ``impedirá a Saddam Hussein el control del espacio aéreo en la frontera con Kuwait hasta los suburbios al sur de Bagdad, y reducirá de manera significativa la capacidad de Irak para realizar operaciones ofensivas en la región''.
Precisó que un segundo objetivo será proteger la seguridad de sus ``aviones que hacen respetar esta zona de exclusión. Nuestros misiles Crucero fueron disparados contra los dispositivos de defensa antiaérea en el sur de Irak''.
Clinton subrayó que su gobierno es uno de los promotores de la resolución 986 de la ONU, con la que se pactó la fórmula petróleo por alimentos, pero destacó que la ciudad norteña de Erbil -en donde ingresó el ejército iraquí este fin de semana- es un punto central para la distribución de ayuda alimentaria y que hasta que estén ``seguros de que esta ayuda pueda llegar verdaderamente a quienes la necesitan, este plan no puede aplicarse''.
El Pentágono reconoció que las tropas iraquíes retiraron sus fuerzas mecanizadas de Erbil, pero añadió que mantuvieron la infantería y avanzaban hacia otras dos ciudades de la región, lo que fue considerado ``un peligro claro e inmediato''. Señaló que Washington no pretende ``implicarse en un conflicto'' entre Bagdad y su comunidad kurda, sino aumentar su capacidad de disuasión y ``hacer pagar a Saddam Hussein sus ataques contra los kurdos''.
El jefe de la Casa Blanca recordó a su antecesor republicano, George Bush, quien ordenó la operación multinacional contra Irak Tormenta del Desierto tras la invasión de las tropas iraquíes a Kuwait en 1990, y aseveró que así como Bush tuvo una respuesta al ``comportamiento temerario'' de Saddam Hussein, ``nosotros lo mostramos de nuevo hoy''.
Al finalizar la Guerra del Golfo, Estados Unidos y sus aliados en ese conflicto impusieron dos zonas de exclusión en el norte y sur de Irak, alegando que con ello protegerían a las minorías kurda y chiíta respectivamente. La primera opera desde el paralelo 36 y la segunda desde el 32, pero ahora Clinton decidió que ésta última se amplíe hasta el paralelo 33, aunque el conflicto que originó la nueva escalada se produjo en el norte.
En esas dos zonas de exclusión, que abarcan dos terceras partes del territorio de Irak, diariamente sobrevuelan aviones de guerra estadunidenses, británicos y franceses.
A pesar de que Clinton sostuvo que esta ampliación se dispuso con la anuencia de los aliados de su gobierno, advirtió que Washington será ``capaz de continuar'' en forma unilateral Ataque en el Desierto.
Al respecto, el vocero del Departamento de Estado, Nicholas Burns, insistió en que la coalición internacional que derrotó hace cinco años al ejército iraquí, ``está intacta''. Destacó que todos los aliados renovaron su compromiso de trabajar con ellos ``para reforzar las zonas donde no se permiten vuelos (de la aviación iraquí) y la extensión de la zona de exclusión en el sur de Irak'', y añadió: ``La decisión de extender la zona de exclusión del paralelo 32 al 33 está apoyada por todos nuestros aliados, por Turquía, Gran Bretaña y Francia''.
Amenazas vía fax
En un intento por persuadir a Saddam Hussein para que replegara sus tropas del Kurdistán iraquí, Clinton envió dos faxes al gobierno iraquí, informó el vocero de la Casa Blanca, Mike McCurry. Tuvo que hacerlo, explicó el asesor presidencial Mark Parris, ``porque los representantes de Bagdad no querían aceptar las protestas''.
McCurry agregó que luego de dar la orden de inicio del Ataque en el Desierto, Clinton se retiró a dormir ``sabiendo exactamente qué iba a suceder, y el plan era de que se le despertara sólo en caso de que fuera necesario. Y no hubo razón alguna para despertarlo''.
Tras el mensaje matutino de Clinton, el Pentágono ofreció un reporte sobre el primer ataque. ``Nuestros aviones tenían que dirigirse al norte del paralelo 33 para hacer respetar la exclusión de vuelo y atacamos las instalaciones militares iraquíes que lo podían amenazar'', informó el general Joseph Ralton del Estado Mayor Conjunto.
Los misiles Crucero fueron lanzados contra la base aérea de Tallil y contra instalaciones ubicadas cerca de la ciudad de Narisirya, sobre el río Eufrates, en el suroeste de Irak, y contra otros objetivos de Kut, a orillas del río Tigris e Iskandariya, un suburbio al sur de Bagdad; esa capital no estuvo entre los objetivos.
Pero el Pentágono señaló que únicamente después de varias horas y quizá hasta días los datos transmitidos por los satélites espía permitirán una evaluación de la primera fase de los bombardeos. El secretario del Departamento de Defensa, William Perry, precisó a su vez que la ampliación de la zona de exclusión en el sur iraquí comenzaría a ser efectiva a partir del mediodía de este miércoles y reiteró que Estados Unidos ``se reserva el derecho de proseguir su acción''.
Funcionarios del Pentágono informaron a Reuter que el primer ataque no provocó los daños esperados a las defensas antiaéreas iraquíes.
Y menos de 24 horas después del primer ataque, el Pentágono y la Casa Blanca informaron que habían detectado movimientos de las tropas iraquíes en el Kurdistán iraquí, en el norte del país árabe. La presidencia advirtió que se reservaba ``el derecho de realizar otras acciones''.
El segundo ataque se produjo poco después de esta advertencia y tampoco esta vez hubo resultados sobre la situación de los blancos.
Fuentes oficiales estadunidenses citadas por Ap explicaron que los misiles guiados por satélite estuvieron dirigidos contra plataformas de lanzamiento tierra-aire, instalaciones de radar y centros de comando y control en el sur de Irak desde donde, subrayaron, Saddam Hussein representa una amenaza para Arabia Saudita y Kuwait.
``Esta operación estuvo destinada a eliminar los lugares que no fueron destruidos en el ataque inicial de esta mañana. Como el ataque inicial, el de esta noche es necesario para asegurarse la seguridad de los aviones y tripulantes que operan en la expandida zona de proscripción de vuelos'', informaron la Casa Blanca y el Pentágono.
A su vez, el candidato presidencial republicano, Bob Dole, con quien el presidente Clinton habló telefónicamente, apoyó el ataque a Irak, pero demandó a la administración demócrata acciones más severas contra el régimen de Saddam Hussein.