La policía logró rescatarlos; hay 20 lesionados
Raúl Llanos Samaniego Cinco jóvenes que participaron en un violento desalojo estuvieron a punto de ser linchados ayer por un enardecido grupo de vecinos del barrio de La Magdalena Coyoacán; la presencia de la fuerza pública logró controlar a la multitud y rescatar a los adolescentes, dos de los cuales ya habían sido golpeados y atados a un poste telefónico.
Los hechos ocurrieron a las 7:30 de la mañana, cuando Lorenza Escobedo, acompañada de José Escobedo, quien se hizo pasar por notario público, llegaron al número 140 de la calle 16 de Septiembre para ejecutar una orden de desalojo. La acción era apoyada por un par de elementos de Seguridad Pública y por varios ``cargadores'', quienes, a decir de algunos vecinos, llevaban palos, fierros y martillos.
Sin presentar a los habitantes del domicilio mencionado el documento oficial, Lorenza Escobedo dio la orden a los jóvenes --que según los afectados eran más de 50; para la policía eran, al menos, 20-- de sacar a los moradores, por lo que entraron a las cinco casas y a los dos comercios que ahí se localizan y se abocaron a derribar la mercancía, romper puertas, ventanas, muebles y golpear a la gente.
Esta situación motivó la inconformidad de los vecinos, y en cuestión de minutos se concentró ahí un centenar de personas para defender a los afectados, con lo que se inició el zafarrancho, que duró cerca de media hora y que dejó más de 20 personas lesionadas.
Muchos de los ``cargadores'' lograron huir enmedio del caos que se generó, mientras los tripulantes de la patrulla 07042 pidieron refuerzos al sector 7 Poniente.
Los colonos del Barrio de La Magdalena Coyoacán retuvieron a Jair Anaya Alzate, Juan Carlos Aguilar Ordóñez, José Carmen Escobedo González, Guadalupe Reyes Díaz, José Alberto Vargas y a la misma Lorenza Escobedo. A los cuatro últimos los mantuvieron encerrados en el interior del domicilio dañado, donde los custodiaba una treintena de personas, quienes les propinaron algunas agresiones.
Jair, de 21 años, y Juan Carlos, de 24, fueron arrastrados al exterior de la casa y ahí la multitud de inconformes comenzaron a golpearlos. Posteriormente les amarraron las manos con un lazo y los ataron a un poste telefónico, donde la multitud pedía que los lincharan.
En ese momento, cinco patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública, encabezados por el jefe del sector 7 Poniente, Jorge Gómez, arribaron al lugar y pretendieron controlar a la gente; sin embargo, no escuchaban razones y golpeaban a los jóvenes.
Después de varios minutos de tensión, los policías lograron llegar a los dos jóvenes, los desamarraron y los llevaron al interior de la patrulla. No obstante, los habitantes del Barrio de La Magdalena se colocaron frente de los vehículos oficiales impidiéndoles el paso y exigiendo que les entregaran a los adolescentes para castigarlos ahí.
Los inconformes accedieron, finalmente, a entregar también a las cuatro personas que permanecían secuestradas en el interior del domicilio, y junto con los dos jóvenes golpeados fueron remitidos ante la agencia 38 del Ministerio Público.
``Es la tercera ocasión que nos agreden''
Miguel Hernández Rosas, propietario del inmueble afectado, aseguró que era la tercera ocasión que se presentaba la gente de Lorenza Escobedo a tratar de desalojarlos, por lo que los vecinos ya no pudieron controlarse y salieron en defensa de las familias que habitan las casas.
Afirmó que los agresores, aparte de destruir los comercios y sus domicilios, sustrajeron documentos y joyas de la propiedad, y se robaron cinco mil pesos. Miguel Hernández manifestó que cuando pretendieron sacarlos pidió a Lorenza Escobedo la orden respectiva, pero no la mostró. Además, dijo que José Carmen Escobedo se aprovecha de ellos porque ``según es muy influyente, pues dice que trabajó en la Secretaría de Gobernación y en Guardias Presidenciales''.
Por su parte, Lorenza Escobedo aseguró que el domicilio en mención es de su propiedad, sin embargo, sus moradores no han querido salirse, a pesar de que el juez 43 en materia civil ya dio el fallo definitivo a su favor.
Los policías Agustín Sevilla y Arturo Rodríguez, quienes iban inicialmente a apoyar el desalojo, señalron que gente de esa comunidad empezó a azuzar a otras más para que impidieran la acciKón, lo que llevó finalmente al zafarrancho.
De los hechos se inició la averiguación 38/2199/96