WSJ: posible línea dura del PRI, en la fundación del grupo armado
En su edición de ayer The Wall Street Journal publicó un reportaje en el que señaló que el Ejército Popular Revolucionario (ERP) habría sido fundado por militantes de línea dura del PRI, para forzar al presidente Ernesto Zedillo a dar marcha atrás a las recientemente pactadas reformas políticas.
Otra teoría popular difundida por ese diario sugiere que el EPR es una herramienta de distintos grupos políticos: nacionalistas de izquierda irritados por la ideología proestadunidense gubernamental orientada al mercado; también menciona el impacto que esta ideología ha tenido en las perspectivas de carreras políticas.
Aunque no hablan abiertamente de un complot desestabilizador nacionalista, algunos políticos dicen que hay algo sospechoso en la ruta que ha seguido la crisis en los pasados tres años. ``Parece que hay una coincidencia que cada vez que estamos listos para avanzar económicamente, enfrentamos un nuevo shock, como el EPR'', dijo al Journal Carlos Castillo Peraza, ex presidente del PAN.
Otros analistas citan algunos posibles patrones de acción del EPR: una alianza de policías corruptos y narcotraficantes. Mediante la creación de disturbios a lo largo de una amplia franja del sur del país, esta teoría señala que los traficantes podrían estar tratando de que el Ejército Mexicano transfiera tropas activas en la intercepción de drogas a lo largo de la frontera con Estados Unidos.
Si fuera el caso, el Ejército Mexicano se ha ido adelgazando, dividiendo recursos entre las tropas ocupadas con los narcotraficantes del norte, los zapatistas de Chiapas y el EPR en el resto del sur del país.
No cabe duda alguna que el EPR no logrará derrocar al gobierno, señaló el Journal, pero en momentos en que México comienza a salir de tres años de caos político y económico, los subversivos esperan involucrar al país en lo que ellos llaman guerra popular prolongada. El politólogo Federico Estévez, del Instituto Tecnológico Autónomo de México, dijo: ``Llegaron para quedarse y esto va a demorar mucho tiempo. La cosa es seria''.
Según el diario, el EPR promete una feroz oposición a las políticas del gobierno que favorece una economía de libre mercado y vínculos más estrechos con Estados Unidos
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 3 de
septiembre Aunque los miembros del Ejército Popular
Revolucionario (EPR) están bien armados y continuarán presentes en
México por algún tiempo, la nueva fuerza rebelde parece no gozar de
amplio apoyo político y social que caracteriza a los zapatistas,
consideraron hoy funcionarios gubernamentales en esta capital y
analistas en Wall Street.
``Los vemos diferentes a lo de Chiapas'', comentó Jorge Mariscal, el principal estratega financiero para América Latina de la firma Goldman Sachs. ``En Chiapas había un propósito claro, algo que tenía cierta legitimidad.... Nuestra opinión (sobre el EPR) es que es principalmente un movimiento militar más que político'', señaló.
Otros analistas financieros así como funcionarios estadunidenses ofrecieron apreciaciones similares en entrevistas con estos corresponsales, y en Wall Street varias empresas informaron que sus clientes no parecían estar alarmados por las últimas noticias sobre el EPR.
La gente encargada de la relación con México en el gobierno federal también seguía observando con cuidado a este grupo armado y sus acciones, pero más bien la atención aquí estaba centrada en Irak. ``Aún estamos recabando información'', respondió un funcionario del Departamento de Estado, al pedirle una evaluación del Ejército Popular Revolucionario. La misma fuente reiteró: ``Por el momento no lo percibimos como una amenaza al gobierno (de México)''.
Sin embargo, la administración del presidente Bill Clinton se manifestó rápidamente sobre la situación, al condenar las acciones violentas del EPR. A fines de la semana pasada, el vocero del Departamento de Estado, Glyn Davies, declaró: ``No puede haber justificación para la violencia para obtener fines políticos'', y hoy otro funcionario de esa misma dependencia comentó a La Jornada: ``Creemos que la forma apropiada de lograr el cambio político es a través del proceso político''. Ambos funcionarios señalaron que el presidente Ernesto Zedillo ha negociado reformas políticas con los partidos de oposición, y citaron las mejoras en los indicadores macroeconómicos como evidencia de la estabilidad del país en el largo plazo.
En parte, los pronunciamientos de funcionarios estadunidenses la semana pasada fueron motivados por una serie de reportajes sobre México aparecidos en los diarios The New York Times, The Washington Post y Los Angeles Times. ``Nuevo grupo guerrillero... pone en duda el esfuerzo para estabilizar el mercado, el turismo'', fue un encabezado del Washington Post.
El Wall Street Journal publicó este martes un largo reportaje en su primera plana que subraya lo que calificó como la naturaleza ``brutal'' del grupo rebelde, señalando que no había atraído amplio apoyo popular y especuló que entre los posibles patrocinadores de los guerrilleros podrían estar ``narcotraficantes, bandas ilícitas de policías o hasta facciones insatisfechas dentro de la élite política de México''.
Analistas en Wall Street consultados hoy parecieron estimar en general que, dado que el EPR no ha articulado un programa político amplio, no representa el tipo de reto al sistema como sí lo fueron los zapatistas. ``Obviamente, los guerrilleros sí son un factor'', dice Lawrence Goodman, de la firma Salomon Brothers. ``La cuestión es la interpretación que se les dé dentro del contexto general de la estrategia del gobierno y su habilidad para manejarlos''. Goldman, en entrevista con estos corresponsales, consideró que el gobierno mexicano podrá controlar a esta nueva agrupación guerrillera.
Varios analistas financieros más, que pidieron no ser identificados, ofrecieron evaluaciones similares del EPR, reconociendo su capacidad militar pero no una amenaza política al gobierno y por lo tanto tampoco a la estabilidad nacional a largo plazo. Los inversionistas, dicen estos analistas, no están huyendo de México. ``Hemos estado recibiendo llamadas sobre la situación'', afirma un analista. ``Pero la mayoría está midiendo si todo esto deprimirá algunos precios lo suficiente para comprar un poco más en México''.
En Goldman Sachs, Mariscal dice que se continuará observando al EPR, pero que, por ahora, la percepción es que ya que no goza de un apoyo de las bases sociales ni de los partidos políticos; no representa una amenaza importante. Por otro lado, Mariscal advierte que el EPR parece estar bien armado y probablemente tendrá una presencia en el panorama político por algún tiempo. ``Tendremos que acostumbrarnos a él (EPR)'', dijo.
Advirtió que con el tiempo ese tipo de grupos atraen alguna simpatía ``por parte de los pobres y los frustrados. Parte del tema estructural, tal vez con la modernización de los últimos diez años y al futuro, es que podríamos ver más de este tipo de cosas. La brecha entre el norte de México y el sur se está ampliando. El norte es mucho más homogéneo étnicamente y ha visto algunos de los beneficios de la modernización. El sur es étnicamente muy di- verso, no tan fuerte y no está viendo las inversiones o los beneficios que sí se notan en el norte (del país)''.
Mientras tanto, los periódicos aquí continúan especulando sobre los posibles motivos y patrocinadores del EPR.
Aunque concediendo que hay ``terreno fértil'' para el apoyo del grupo en estados como Guerrero, el Wall Street Journal sugirió hoy que tal vez el grupo tiene orígenes más allá de los sectores sociales de estas entidades. ``Escépticos de que una fuerza de lucha tan sofisticada pudiera evolucionar exclusivamente de estas bases, muchos analistas están intentando determinar los posibles patrocinadores del EPR''.
Finalmente, en Washington, lo más notable es también la falta de información concreta sobre la dinámica de este nuevo actor en la vida de México