La Jornada 4 de septiembre de 1996

Firme, el apoyo británico a Clinton; Francia, en desacuerdo

Afp, Ansa, Ap, Dpa, Efe, Reuter y Pl, Londres, miércoles 4 de septiembre El primer bombardeo con misiles lanzado el martes por Estados Unidos contra Irak dividió a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Francia sostuvo que Bagdad no violó la resolución 688, que Washington evocó para justificar el ataque; mientras Gran Bretaña, que desde ayer justificó la acción, anunció esta madrugada su respaldo al segundo ataque ejecutado contra la nación árabe.

En el mundo árabe, el ataque misilero no fue respaldado, e incluso naciones como Egipto y Siria, que integraron la coalición multinacional antiiraquí hace cinco años, señalaron que el bombardeo empeorará la situación del pueblo iraquí, asediado por el bloqueo impuesto después de que Irak invadió Kuwait, en agosto de 1990.

Por América Latina, Cuba fue la única nación que condenó el ataque estadunidense; Venezuela se pronunció por ``despetrolizar'' el conflicto, y Chile manifestó su temor por los efectos que en su economía tenga un incremento en los precios del crudo, que el martes alcanzaron sus niveles máximos desde la Guerra del Golfo.

Como se había anticipado desde la semana pasada, el Consejo de Seguridad prorrogó otros 60 días las sanciones impuestas a Irak luego de que invadió el emirato, ya que un informe del inspector de armas de la ONU, Rolf Eukus, determinó que Bagdad no ha demostrado la destrucción de equipo que debió eliminar tras su derrota en la Guerra del Golfo.

Aprobado este punto, el Consejo de Seguridad comenzó a analizar la situación en el Golfo, a raíz del primer bombardeo estadunidense contra Irak, que incluso fue criticado por el jefe de observadores de la ONU en Erbil, en el Kurdistán iraquí, Poul Dahl, quien lamentó que al solicitar información a las autoridades estadunidenses les dijeron que se ``podían enterar por la televisión''.

La reunión del Consejo de Seguridad se suspendió esta noche sin que se llegara a acuerdo alguno, y los debates reflejaron las diferencias que surgieron entre los aliados de Estados Unidos después del primer ataque. Francia, Rusia y China dejaron asentado en el Consejo que los bombardeos fueron desproporcionados, en contraste con los dos restantes miembros con escaño permanente en el Consejo: Estados Unidos y Gran Bretaña.

Londres, con el respaldo de Washington, presentó un proyecto de resolución para condenar la incursión de las tropas de Saddam Hussein en el Kurdistán iraquí, y que exige que Irán ponga fin a su participación en el norte de Irak.

Moscú presentó otro proyecto de resolución con una condena al ataque estadunidense, alegando que el Consejo debería reclamar un control en el empleo de la fuerza. Los debates seguirán este miércoles.

``No creemos que las resoluciones de la ONU hayan sido puestas en tela de juicio por las acciones iraquíes: Irak obviamente se encuentra en su casa en todas partes de su territorio'', dijo el vocero de la cancillería francesa, Jacques Rummelhardt, quien tras manifestar su ``preocupación'' por la situación, indicó que su gobierno tomó nota de la ampliación de la ``zona de seguridad'' en el sur del país árabe dispuesta el martes por la Casa Blanca y Londres.

La resolución 688, aprobada en abril de 1991, para justificar la creación de ``zonas de exclusión aérea'' en el norte y sur de Irak para proteger a las poblaciones kurda y chiíta, respectivamente, no establece específicamente una zona que esté protegida, ni prohíbe que tropas iraquíes ingresen en alguna área del país.

La resolución simplemente exige que Irak ponga fin a su represión de las minorías y permita el acceso de organizaciones humanitarias internacionales a ``todos aquellos necesitados de asistencia''.

La resolución tampoco autoriza el empleo de fuerza. Turquía e Irán han enviado cantidades limitadas de tropas al Kurdistán iraquí sin que se hubiera registrado alguna respuesta militar de Estados Unidos o sus aliados.

Por lo pronto, Gran Bretaña, Alemania, Japón, Australia, España, Dinamarca y Portugal, y la Organización del Tratado del Atlántico Norte apoyaron o justificaron el primer ataque estadunidense contra Irak. China pidió moderación, Rusia y Vietnam condenaron el bombardeo, Irán lo consideró una maniobra electoral del presidente Bill Clinton; Israel dijo que sigue con atención el desarrollo de la situación, en tanto Libia, la Organización para la Liberación Palestina y la Liga Arabe, entre otros, condenaron el ataque misilero, y el Vaticano dijo que no haría comentarios