Reportan rápida y silenciosa militarización en la zona de conflicto
``El surgimiento de un feroz y geográficamente disperso movimiento guerrillero marcó el bautismo de fuego del Ejército Mexicano, que solamente hasta hace poco tiempo recuperó su posición como uno de los principales actores de la vida pública mexicana. La pregunta clave es: ¿podrá la reciente modernización de las fuerzas armadas dotarlo de la capacidad para ejecutar diferentes misiones en varios frentes al mismo tiempo?'', preguntó en su edición de ayer jueves el periódico estadunidense The Wall Street Journal.
Tras ``absorber'' ataques en seis estados la semana pasada, el Ejército Mexicano tomó la ofensiva estos días contra el autodenominado Ejército Popular Revolucionario (EPR). El martes, agregó el Journal en un reportaje titulado ``Las guerrillas ponen a prueba al Ejército Mexicano'', 300 soldados se enfrentaron a un grupo de hombres armados y enmascarados, supuestamente rebeldes, a la afueras de la ciudad de Chilpancingo, Guerrero.
El rotativo señala que no hubo informes de víctimas del tiroteo de cuatro horas, pero la escaramuza permitió al Ejército Mexicano usar parte de sus recientemente adquiridos pertrechos: helicópteros artillados Bell y vehículos blindados Hummer.
``No creo que exista algún grupo en el país que pueda enfrentarse al Ejército del gobierno mexicano'', afirmó al diario The Wall Street Journal Stephen J. Wager, antiguo instructor de la academia militar de West Point y coronel del ejército de Estados Unidos, quien ha escrito intensamente sobre temas relacionados con las fuerzas armadas mexicanas.
A los rebeldes ``les queda un enorme camino por recorrer, pero han hecho significativas mejoras'', señaló. El Ejército federal mexicano ha fortalecido su capacidad de recopilación de información y de relaciones públicas, señaló el experto, ``pero el cambio más importante es la adquisición de equipo con el que mejoró su flexibilidad táctica'', dijo Wager.
En años recientes, recordó el diario, Estados Unidos vendió a México a precios ``de liquidación'' cientos de vehículos de transporte de tropas. Los vehículos, fabricados a comienzos de la década de los 90, reemplazaron pertrechos militares que tenían al menos 20 años de antigüedad. El Ejército federal también compró recientemente más de 70 helicópteros estadunidenses y más de 70 tanques franceses.
Las fuerzas armadas mexicanas han hecho tanto por modernizar su arsenal y ampliar su influencia, que algunos analistas temen menos a los rebeldes que a una tendencia cada vez mayor hacia la militarización de México. Cada vez con mayor frecuencia, indicó el Journal, el Ejército sustituye a la policía en operativos antinarcóticos en la frontera con Estados Unidos. Agregó que mantiene la paz en Chiapas, lugar del alzamiento zapatista en 1994, y un general se hizo cargo de la seguridad pública en la ciudad de México.
Para el rotativo, el alto perfil de los militares representa un cambio histórico en México. Desde el fin de la Revolución de 1910, los militares mexicanos fueron la excepción de la regla en América Latina: prácticamente no participaban en la vida pública del país. Quizás la mayor ``genialidad'' del PRI, fue su capacidad para marginar a las fuerzas armadas de la vida pública, afirma el periódico.
Los generales mexicanos, contentos con su posición privilegiada, nunca se involucraron en las intrigas políticas que llevaron a intentos golpistas y a la inestabilidad en muchos otros países latinoamericanos.
Para el Journal, el Ejército demostró una lealtad inquebrantable a las autoridades civiles en 1968, cuando fue reprimido el movimiento estudiantil en las calles de la ciudad de México.
Según el diario estadunidense, la tendencia más reciente hacia el activismo de los militares se debió al levantamiento de los zapatistas en el estado de Chiapas. Siete meses antes, una patrulla militar sostuvo una breve escaramuza al hallar un campamento clandestino de los rebeldes