Por obvias razones el Chiapas rural e indígena ha desplazado a un segundo plano al Chiapas urbano. No por eso han dejado de crecer los problemas de las ciudades en esta entidad. Pero además, contra lo que uno podría imaginar, resulta que son altamente representativos de los problemas que aquejan a ciudades más grandes que iniciaron antes sus procesos de urbanización. El Chiapas urbano parece quemar etapas. (Escobar, H., 1996).
En el centro de Tuxtla Gutiérrez, a un costado de catedral, hablan en entrevista tres protagonistas del Chiapas urbano. En primer término Arturo Jiménez Hernández, 55 años, delgado, tez morena, miembro del PRD. El 19 de noviembre de 1979 mil familias tomamos 80 hectáreas de tierra en el sitio que más tarde llevaría el nombre de Patria Nueva. La emprendió el entonces PST, y luego le siguieron en franco conflicto el PRI y un grupo independiente, Dieciséis años después, en 1996, somos más de 10 mil familias. Ya sin el peligro de los desalojos a los que resistimos en repetidas ocasiones, muchas cosas han cambiado. La colonia cuenta con casi todos los servicios públicos, aunque los relacionados con el agua no funcionan por problemas técnicos municipales. Carecemos de pavimento, en su lugar está esta piedra color naranja que nace del terreno cuya consistencia y filosidad es casi metálica. Contamos con equipos de salud, abasto y educación pero los títulos de propiedad se mantienen provisionales debido a que la regularización de la tenencia de la tierra no prospera, lo que no impide que se vendan y compren las propiedades en el mercado informal.
El poblamiento continúa, pero ahora sobre lotes que la gente subdivide una y otra vez. El nuevo espectro político incluye al PRD como fuerza hegemónica entre los pobladores y al PAN. Ambos se oponen a la organización independiente de los colonos. Con el Instituto de Promoción de la Vivienda de Chiapas (Inprovich), se negocian los proyectos no siempre con éxito. Patria Nueva es vista por todos como botín político y económico: clientela con la cual negociar votos o favores. Sin embargo, el problema mayor que tenemos es la inseguridad, la violencia que practican impunemente contra el resto de pobladores las bandas de delincuentes que viven en la colonia. Se vive la violencia del pobre contra el pobre.
Habla Félix Maldonado, 38 años, estatura baja, pausado al hablar, discurso inteligente, ex preso político. En los años cincuenta se toman las tierras que luego habrían de llamarse Bienestar Social. La iniciativa fue de uno de los hijos del legendario líder de paracaidistas en Acapulco, el Rey Lopitos, pero es hasta los años setenta cuando a causa de la inmigración por la construcción de las presas Mal Paso, Angostura y Chicoasén y el mercado clandestino de tierras se consolida el asentamiento con pobladores de distintas partes del país y Centroamérica. A partir de 1979, junto con Patria Nueva, influye decididamente en la estructura urbana y el patrón de crecimiento de la ciudad. Con el tiempo produjeron su propia periferia (Comitán, Insurgentes, Paso Limón, Cerro de Guadalupe, Miravalle, Pedregal, Mexicanidad Chiapaneca, etcétera). El gobierno intentó primero desalojar el poblamiento y luego conducirlo desde el PRI con fines políticos por medio de un fraccionador local, Tomás Vázquez Simuta. La más importante de todas, también realizada por este fraccionador a encargo del ex gobernador Francisco J. Grajales, es la colonia Granjas Kilómetro 4, creada el 1o. de octubre de 1984 por una organización independiente que enfrentaba a la CNOP. De ahí surgió la Unión de Colonos de las Granjas Kilómetro 4, las UCG4, declarándose autónoma de los partidos que se acercaban (PFCRN, PST, PSUM) pero luego de la madriza con saldo de un muerto y decenas de heridos que nos propinó un cuerpo de seguridad del estado, ingresamos a la Conamup y a la Coordinadora de Lucha de Chiapas en la que participaban la CNTE, la CNPA, la COSINA y otras agrupaciones de masas. Entonces se hizo presente el PRI, coptó líderes y desarticuló el movimiento.
En 1986 fui detenido junto con Pedro Martínez, dos años y medio estuvimos encerrados por cargos inverosímiles que incluían el terrorismo. En tanto el PRI, en un clima de intimidación, emprendió la afiliación masiva y la prestación condicionada de los servicios públicos. Salimos de la cárcel en 1988 bajo amenazas. De entonces a la fecha se vive una situación de calma relativa con brotes esporádicos por reorganizar el movimiento independiente. Hoy, las Granjas kilómetro 4 y Patria Nueva reúnen más de 80 mil habitantes de los casi 400 mil con que cuenta Tuxtla Gutiérrez.
Su dinámica poblacional, novedosa en muchos sentidos, nos impuso un nuevo frente de trabajo: los jóvenes banda.