La Jornada 6 de septiembre de 1996

``Ciertas fracciones del poder'' apoyarían a ese grupo: Coparmex

Patricia Muñoz Ríos Detrás del Ejército Popular Revolucionario (EPR) hay una ``compleja estructura de apoyo que no viene de la izquierda radical, sino que puede incluir el respaldo de ciertas fracciones del poder'', sostiene un análisis de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).

Añade el organismo patronal que el surgimiento de este grupo está vinculado necesariamente con la transición política, ya que todo indica que es una manifestación de quienes se resisten al cambio.

Este grupo tiene mucho de parecido con las guerrillas que actuaron en los años 70 y que tuvieron su apogeo en Guerrero y fueron el brazo armado del Partido de los Pobres, sin embargo, su afiliación es incierta, lo que hace dudar del origen de su surgimiento.

Expone el estudio de la Coparmex que, a semejanza del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, los del EPR han mostrado una sagaz táctica de comunicación, primero por la forma como se presentaron en Aguas Blancas, luego por las conferencias de prensa a varios medios de comunicación, así como su tercera acción propagandística ocurrida en el Valle de México.

Todo ello indica que podría tratarse de grupos de poder vinculados al sistema los que se encuentran detrás de esta organización armada, la cual se estima que desarrollará un proceso armado de baja intensidad, es decir, ataques esporádicos a objetivos militares y que no tendrán una fuerte actividad en ese sentido, pues busca más su permanencia que su efectividad.

Hace ver el organismo cúpula empresarial que se debe prever la posibilidad de que organizaciones vinculadas al EPR, como el Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo y células senderistas, lleven a cabo actos de terrorismo urbano, más con fines publicitarios que por una decisión de extender el movimiento armado.

Estos elementos hacen que cobre fuerza la tesis de que el EPR no parece contar con una estructura guerrillera y una base social de apoyo.

En el mismo sentido, el momento político y las circunstancias ofrecen elementos para sustentar la hipótesis de que sus promotores buscan reforzar el autoritarismo y las acciones de mano dura.

Pareciera que se intenta una segunda fase desestabilizadora, se cierra la etapa del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y se abre la etapa del Ejército Popular Revolucionario. La diferencia es que hoy, la sociedad y los aparatos de inteligencia gubernamentales están mejor preparados y ``no deberían dejarse engañar'', finaliza .