Letra S, 5 de septiembre de 1996




PRECIOS AL PUBLICO DE ANTIVIRALES y ANALISIS CLINICOS
1. Nucleósidos análogos inhibidores de transcriptasa reversa
Retrovir/AZT* 100 mg $ 1,068.70
Retrovir/AZT Intrav. 519.30
Retrovir/AZT Pediátrico 280.90
Videx/ddI 100 mg. 667.40
Hivid/ddC 75 mg 1,983.45
Hivid/ddC 375 mg 803.25
3TC 2,000.00
2. Inhibidores de Proteasa
Saquinavir/Invirase No disponible en México 500 Dlls
Norvid/Ritonavir No disponible en México 500 Dlls
Crixiván/Indinavir Disponible bajo protocolo $ 2,955.10
3. Análisis Clínicos
Conteo de Linfocitos T4 $ 482.50
PCR Cuatificación del VIH Prueba carga viral 1,900.00
* Existen por lo menos cinco laboratorios más que producen Zidovudina con precios que varían entre 950 a 1,100 pesos en la presentación de 100 mg.
Fuente: Farmacias Especializadas y Laboratorios de Especialidades Inmunológicas.




Acceso restringido en México a los nuevos medicamentos

Jenaro Villamil RodrIguez



Germán murió de VIH/sida hace sólo un mes. Cuando supo de su condición hace más de cinco años, el virus ya había avanzado. No alcanzó a enterarse de los nuevos medicamentos, inhibidores de proteasa, más efectivos que los que él consumió durante más de dos años. Tampoco supo que el avance de su enfermedad se podría conocer con mayor precisión si recurría a la prueba de la carga viral.

Si Germán hubiera contado con esta información, tal vez se hubiera deprimido menos y estaría entre nosotros. De todas maneras, este joven artesano, vital y tesonero, se quedó virtualmente en la quiebra: la carrera contra el virus fue también una carrera contra su propio presupuesto y el de su familia. Su economía se agotó a la par que sus defensas.

El caso de Germán es el de miles de pacientes mexicanos. La buena noticia de los nuevos medicamentos que inhiben la proteasa, una enzima que necesita el virus para replicarse, se ensombrece ante su elevado costo y su difícil acceso. Los exámenes prometedores sobre carga viral, accesibles en México sólo a través del Instituto Nacional de Nutrición (INN), cuestan más de mil 200 pesos.

Los laboratorios, el reto de hacerlos más accesibles

Entrevistados sobre el tema, tres directores médicos de laboratorios que producen fármacos contra el VIH, coinciden en destacar el avance de los inhibidores de proteasa. El doctor Jaime Gómez, de Abbott, indica que desde hace dos semanas se autorizó la comercialización del Norvir, un inhibidor cuyo nombre científico es Ritonavir, y el cual ha demostrado mayor efectividad en las pruebas de carga viral. El doctor Roberto Mendoza, de los laboratorios Merck, señala que no puede realizar declaraciones a la prensa porque el medicamento que producen, el Crixiván, aún tiene registro condicionado, pero en menos de un mes saldrá al mercado con todas las de la ley. El doctor Carlos Pietrasanta, de Glaxo-Wellcome, anuncia que en 1999 este laboratorio, que produce el AZT y el 3TC (inhibidores de la enzima transcriptasa reversa), tendrá su propio fármaco inhibidor de proteasa.

``Esto es un avance muy importante. En términos generales, el VIH puede pasar mucho tiempo sin manifestarse si se utiliza un inhibidor a tiempo'', resaltó Jaime Gómez, de Abott.

A su vez, Carlos Pietrasanta destacó que, gracias a los nuevos inhibidores de proteasa, ``por primera vez vamos a ver al sida no como una enfermedad mortal irremediable sino como una enfermedad crónica, cuyo tratamiento consiste en una mejor calidad de vida y una mejor combinación de fármacos''.

Los tres especialistas reconocen que el precio de estos medicamentos es muy elevado debido al costo de las investigaciones, a la materia prima que se debe importar casi en su totalidad para elaborarlos y porque aún no se producen a gran escala.

Entrevistado en su despacho de la avenida México-Xochimilco, el doctor Pietrasanta es más explícito:

``Hemos pensado en disminuir en un 30 por ciento aproximadamente el costo de los medicamentos 3TC y AZT siempre que se adquieran conjuntamente. El 3TC es un poco más caro que el AZT porque sus insumos se importan casi en su totalidad.'' Y agrega: ``El costo de los antivirales es elevado en todo el mundo. Incluso, podemos afirmar que el costo de medicarse es más bajo aquí en México que en Estados Unidos, por eso se han dado casos de pacientes estadounidenses que vienen aquí a adquirir los fármacos.''

Pietrasanta consideró que una de las metas es lograr que estos medicamentos sean más accesibles a través del sistema de salud pública. Indicó que Glaxo busca la autorización del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y de la propia Secretaría de Salud (Ssa) para que los fármacos elaborados por esta empresa sean recetados en las instituciones de salud pública.

Por su parte, en un boletín informativo, un grupo de personas que viven con VIH/sida calcula en promedio ``un presupuesto entre 5 mil y 7 mil pesos mensuales para poder adquirir los medicamentos (ver recuadro), esto sin tomar en cuenta los costos de análisis de laboratorio (conteo de CD4, química sanguínea, y el estudio de determinación de la carga viral), y los medicamentos profilácticos''. Y señalan la injusticia: ``el acceso a estos nuevos fámacos esta limitado sólo a áquellas personas con capacidad económica''. Por lo que hacen un llamado a la acción ``para presionar a las autoridades correspondientes y a los laboratorios productores'', para lograr ``la reducción de precios, la inclusión de los mismos en el cuadro básico del Sector Salud y la creación de protocolos compasivos y extensivos para personas de bajos recursos económicos''.

El Estado y las ONG, reuniones sin acuerdos

Frente a este panorama, una polémica se ha originado en el seno de las organizaciones no gubernamentales (ONG) dedicadas a la atención y prevención del VIH.

Después del encuentro informal que mantuvieron en Vancouver, cinco dirigentes de ONG sostuvieron una reunión con el secretario de Salud, Juan Ramón de la Fuente, para plantearle las necesidades de los enfermos y de sus organismos, especialmente el costo de los medicamentos.

De acuerdo con Carlos Gutiérrez, miembro de la Asociación Mexicana de Servicios Asistenciales en VIH (AMSAVIH, I.A.P.), en la reunión realizada el pasado 31 de julio los asistentes expresaron su preocupación con respecto a cuatro puntos: la capacitación y actualización médica en todos los niveles, sobre todo, ``la sensibilización del personal médico hacia los problemas''; el acceso a medicamentos, tratamientos antivirales y pruebas de laboratorio como las de carga viral; estudio de la posibilidad de que los laboratorios disminuyan sus costos; y mayor apoyo a las personas que viven con VIH/sida, sobre todo en materia de derechos humanos.

Sin embargo, no todos los miembros de las ONG compartieron ese criterio. El primero en protestar públicamente por la exclusión fue Joaquín Hurtado, del Movimiento Abrazo de Monterrey, Nuevo León.

``La exclusión hacia algunas ONG surgió de nuestra exigencia pública de que se redacte un Programa Nacional de Atención al sida, promesa que hasta ahora no se ha cumplido'', recalcó Hurtado. Y enfatizó que no es importante irse a tomar una foto con el Secretario de Salud o tomar café en privado. ``Es importante que las autoridades conozcan a los representantes de las ONG y sepan que la falta de una estrategia global para enfrentar al sida hace que las políticas preventivas fallen ostensiblemente'', subrayó.

Para Hurtado, la Secretaría de Salud falla ``porque le falta voluntad política''.

Se requieren, agregó, programas a corto, mediano y largo plazos, transexenales, en donde se defina la política del sector salud, se discuta la desconcentración del Conasida ``para que tenga autonomía propia y sus recursos sean definidos por el Congreso de la Unión''.

Por su parte, Carlos Gutiérrez indicó que se buscará en un encuentro próximo una mayor participación de las ONG y recalcó que no se pretende crear un organismo nuevo sino definir políticas de atención al VIH/sida y no sólo de prevención.

Más concluyente, Joaquín Hurtado adelantó: ``El problema es que hay una vía cerrada para que escuchen nuestras demandas. Yo creo que si De la Fuente no nos hace caso, iremos con Zedillo''