La Jornada 7 de septiembre de 1996

ACCIDENTE EN TRANSVAAL Y ORIENTE 182

Raúl Llanos Samaniego Cinco vehículos destrozados, cuatro lesionados, daños parciales en 10 casas y en dos comercios, así como una movilización impresionante de cuerpos de rescate y seguridad ocasionó la tarde de ayer una explosión de gas butano, que al afectar instalaciones eléctricas dejó sin este servicio a cuatro colonias de la zona oriente de esta capital.

Los hechos ocurrieron aproximadamente a las 3 de la tarde, en el cruce de Transval y Oriente 182, en la colonia Pensador Mexicano, cuando una grúa con plataforma de tráiler, que transportaba dos cilíndros conteniendo cinco mil litros de gas, chocó contra un Chévrolet modelo 57.


Una explosión de cilindros de gas en la colonia
Pensador Mexicano dejó sin luz a cuatro colonias
cercanas, en la delegación Venustiano Carranza.
Foto: Alfredo Estrella

Al momento del impacto, los cilindros --que no estaban amarrados adecuadamente-- rodaron al suelo y comenzó a fugarse el gas, mientras el automóvil particular fue a impactarse contra un poste de energía eléctrica, lo que ocasionó la explosión del transformador y la ruptura de varios cables de alta tensión.

Las chispas alcanzaron al gas y se generó un fuerte estallido que se sintió en una amplia zona. Las llamas consumieron dos vehículos Volkswagen, el Chévrolet, dos grúas y una plataforma de tráiler. También fueron dañadas la tintorería Nápoles, y el servicio de grúas JJR, que en ese momento estaban fuera de operación.

De igual manera, los vidrios, puertas y fachadas de 10 viviendas localizadas en ese cruce resultaron afectadas. Los conductores de los dos vehículos que escenificaron el percance lograron salir de sus unidades antes de la explosión y ponerse a salvo.

El aparatoso accidente originó una espectacular movilización de cuerpos de seguridad y rescate. En cuestión de minutos el lugar de los hechos se convirtió en un mar de torretas y sirenas. De los primeros en llegar fueron elementos del Ejército Mexicano, quienes acordonaron una vasta zona, ya que se pensaba que había sido un ataque del Ejército Popular Revolucionario (EPR). Al descartarse esta situación, los integrantes de las Fuerzas Armadas abandonaron más tarde la zona.

Su lugar fue ocupado por un centenar de granaderos, quienes acordonaron varias manzanas e impidieron el acceso. Al cruce de Transval y Oriente 182 llegaron de inmediato nueve ambulancias del RUM, ocho unidades de la Cruz Roja Mexicana y otras más del IMSS y de Protección Civil del DDF.

Treinta bomberos, tres bombas y tres tanques de la estación Central y Saavedra, al mando del superintendente Alejandro Aguilar, se hicieron cargo del siniestro, quienes tuvieron el apoyo de bomberos de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) y de Petróleos Mexicanos (Pemex), de la estación de Añil. También arribaron numerosas patrullas de Seguridad Pública y de la Policía Judicial del Distrito. El personal médico atendió a varias personas que sufrieron de crisis nerviosa y síntomas menores de intoxicación por gas, pero no ameritaron hospitalización, como tampoco se reportaron decesos.

Hasta las 18 horas la situación en general estuvo bajo control, ya que después de la explosión los cilindros continuaban con la fuga de gas. A raíz de la explosión, cuatro colonias quedaron sin energía eléctrica: Pensador Mexicano, Peñón de los Baños, Moctezuma II y Unidad San Juan de Aragón. De igual manera, se reportó que algunas áreas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México --localizado a cerca de 200 metros- resintieron la falta del servicio.

La Policía Judicial del Distrito Federal detuvo al chofer de la grúa que transportaba los cilindros de gas, Florentino Hernández Yáñez, así como al dueño de la empresa distribuidora del hidrocarburo, quienes fueron remitidos ante el Ministerio público, por los delitos de daño en propiedad ajena, ataques a las vías de comunicación y lesiones.

El delegado en la delegación Venustiano Carranza, Raúl Torres Barrón, acudió al lugar de los hechos para auxiliar a las cerca de 30 personas que resultaron afectadas en sus viviendas y las albergaron en edificios públicos de la demarcación