Aseguradoras, cómplices en el robo de vehículos
Raúl Llanos Samaniego Las empresas aseguradoras, la Policía Judicial y las bandas organizadas de robacoches han tejido una red de complicidades y corrupción ocasionando que los niveles de robo de vehículos se hayan disparado en los últimos años, afirmaron ayer integrantes de la Comisión de Seguridad de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, quienes plantearon 15 acciones específicas para detener ese fenómeno, ya que actualmente se roban de 180 a 200 unidades diariamente.
Entre esos planteamientos está la de desaparecer paulatinamente los tianguis de venta de vehículos, así como depurar los ``deshuesaderos'', ya que son lugares donde se efectúan la mayor parte de ilícitos y constituyen fuente inagotable de recursos para los delincuentes.
Afirman que en tanto se realizan esas acciones ``se deberán realizar ahí operativos que permitan extirpar a las mafias que han encontrado en estos espacios su lugar preferido para concretar sus fechorías''. Precisaron que se ha llegado a detectar entre 100 y 150 carros robados en esos lugares.
De acuerdo con los asambleístas, el robo de vehículos constituye actualmente el tercer delito que a nivel nacional deja las mayores ganancias, después del narcotráfico y la venta clandestina de armas.
El presidente de la Comisión de Seguridad Pública de la ARDF, Pedro Peñaloza, precisó que todas las aseguradoras han recurrido al pago de una comisión, que va del 10 al 15 por ciento del valor de cada automóvil, a los judiciales que recuperan unidades automotoras. A su vez, los judiciales están ``organizados'' con los delincuentes, a fin de que roben más vehículos y también obtengan una comisión ``por sus servicios''.
Un análisis de esa comisión revela que una de las formas del robo de autos es el denominado en ``tres pisos''. El primero es cuando los burreros, o jóvenes, se llevan los vehículos que están estacionados o bien despojan del mismo a sus propietarios.
A continuación, y considerado como el segundo piso, lo llevan hacia las bandas especializadas en borrar cualquier seña que permitiera a los afectados identificar su unidad; les cambian ya sea las llantas, máquina o alguna otra parte. En el último eslabón está la gente que lo lleva hacia los tianguis de venta o hacia algún particular y lo colocan con documentos falsificados.
Otra de los métodos en que se presenta el ilícito es cuando los agentes judiciales van ante las empresas aseguradoras, quienes reciben una lista de los vehículos a recuperar. También los elementos policiacos conocen ya de antemano que unidades tienen en su poder los grupos de delincuentes y con ello ya sólo realizan los trámites para cobrar las comisiones.
``Hay varias aseguradoras, como Seguros Monterrey o Comercial América, que hacen artilugios legales para no pagar la póliza a los usuarios afectados'', razón por la cual ``se le hace un llamado a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores para que no se hagan esas triquiñuelas para cubrir los seguros de carros'', aseveró Rafael Luviano, secretario de la Comisión de Seguridad Pública de la Asamblea de Representantes del DF.
De las acciones propuestas por dicha instancia de representación están: poner a funcionar de nueva cuenta el Registro Federal de Automóviles; notificar a la Coordinación de Investigación de Robo de Vehículos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal cualquier compra-venta de automotores a fin de certificar que la unidad en cuestión no esté relacionada con algún ilícito.
De igual manera, colocar computadoras de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal en todas las casetas de cobro de entrada o salida de la ciudad de México para evitar que los automóviles vayan a parar a otros estados o a algún país vecino; pugnar por que los fabricantes de automotores instalen obligatoriamente componentes electrónicos de comunicación vía satelital para facilitar su localización en caso de robo; instalar sistemas computarizados en los corralones de la Secretaría de Seguridad Pública para conocer exactamente qué carros están ahí localizados ``y evitar que dichas instalaciones sean usadas para almacenar unidades robadas''