La Jornada 7 de septiembre de 1996

Ciudadanos más organizados y gobierno firme, propone Paoli

Cristina Pacheco ``No, no puedo decirle cuál es mi edificio predilecto en la ciudad, porque podría parecer una forma indirecta de proselitismo; en cambio, permítame confesarle que de todos los monumentos hay uno que prefiero: la estatua llamada Malgré tout (A pesar de todo), que se encuentra en la Alameda'', dijo José Francisco Paoli Bolio, presidente de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Informática de la ARDF y secretario nacional de Estudios del PAN.

La conversación giró en torno a la posibilidad de que pueda ser elegido candidato para ocupar el cargo de jefe del gobierno del Distrito Federal en el periodo 1997-2000

JFPB: Me interesaría ser gobernador del DF. Creo que es un reto fundamental porque será la primera vez en que los habitantes de esta formidable y sacrificada ciudad vamos a elegir en forma directa a nuestro gobernante. Desde que México nació como independiente siempre hemos tenido una autoridad designada por el jefe del Ejecutivo nacional.

--El próximo Jefe del gobierno capitalino heredará una serie de problemas gravísimos que ya padecemos. Si tuviera que ordenarlos ¿cuál ocuparía el primer lugar?

--Coincido con los ciudadanos e incluso con las autoridades en que el problema más serio es la seguridad pública. Este asunto --que directa o indirectamente nos toca a todos-- es además un indicador que resume muchos otros problemas. Frente a ellos la angustia y la desesperanza han llegado a un punto que pide una acción concertada.

``Me refiero a que la ciudadanía opere de una manera más organizada en combinación con su gobernante; y que éste sea firme y planee con racionalidad, buscando el bien común, una serie de reglas que propicien la convivencia en esta ciudad, que se ha vuelto tan difícil pero que tiene tanto potencial de realización''.

``Reconozco que las condiciones difíciles de la economía han conducido a que veamos mayores niveles de delincuencia. Pienso que hay que impulsar las finanzas de la ciudad, los empleos pero también la desconcentración. Estos no son asuntos que podrá resolver el gobierno de la ciudad porque realmente son asuntos nacionales.

``Concretamente en la ciudad necesitamos organizarnos mejor, aun para su defensa. No estoy diciendo que los ciudadanos tomen las armas, pero sí digo que requerimos --como otras ciudades donde la vida se ha hecho difícil-- que la ciudadanía se organice, que se aplique el programa de Vecino Vigilante''.

Desconcentración y descentralización

--Dar protección a todos los habitantes de una ciudad tan grande es algo muy delicado.

--En lo referente a las dimensiones de la ciudad, creo que las autoridades tienen que ser más firmes en la toma de decisiones y en la planeación. La mancha urbana se ha extendido de una manera desorbitada y no para atender los intereses de la comunidad, sino para satisfacer los muy parciales de fraccionadores, negociantes, etcétera. Esto hay que corregirlo. No podemos seguir así.

``Uno de los déficits de esta reciente reforma política es no haber aprobado el referéndum. Hay una serie de decisiones importantes que deben ser tomadas por los ciudadanos. Pongo el ejemplo de las marchas. Como nadie va a tomar una decisión firme respecto de lo que se debe hacer, creo que deberíamos pedirle a la población que se pronunciara respecto de ese tema''.

--¿Cuál es su punto de vista?

--Creo que debemos respetar la libertad de expresión, pero no podemos hacerlo coartando la libre circulación a muchos ciudadanos. En este asunto se requiere conjugar las dos libertades.

El gran desorden urbano

--Las calles de la ciudad son, como nunca antes, inmensos foros políticos. No acudirían a ellos si los habitantes del interior de la República fueran atendidos por sus autoridades locales. El mismo ejemplo cabe para los delegados del DF.

--Estamos padeciendo el resultado de la centralización brutal que ha tenido el país. Todos los asuntos se resuelven en la capital de la República; la gente acude al Centro Histórico... porque piensa que allí tendrá más resonancia su protesta.

``Un ganadero de Chihuahua, un petrolero de Tabasco, un campesino de Chiapas, vienen también porque saben que aquí están los medios de información y captarán más fácilmente la atención del público''.

``Todo esto es consecuencia de la terrible concentración de facultades y de recursos que hay en la capital. Para ilustrarlo, déjeme decir la forma en que se distribuyen los ingresos fiscales: 80 por ciento es para la Federación, 16 por ciento para los estados y sólo 4 por ciento para los municipios. Insisto en que uno de los grandes problemas de la ciudad se resolverá el día en que tengamos una mucho mayor desconcentración''.

--Será imposible llevar a cabo la descentralización si las ciudades del interior y el campo siguen rezagados y en completo abandono; si las personas tienen que seguir viniendo aquí para poder conseguir trabajo, casa, escuela para los hijos.

--Tiene razón en cuanto a la causa mayor de crecimiento de la ciudad al citar esta búsqueda de oportunidades que indudablemente se presentaban con mayor abundancia aquí que en otras entidades y en el campo. Este fue un gran impulso durante muchas décadas debido a la industrialización, a la concentración de poder y de recursos, no sólo a nivel público sino también de las grandes instituciones privadas.

El porvenir de la Asamblea

--En la delegación Cuauhtémoc se encuentra el Centro Histórico. ¿Opina que debería ser una demarcación independiente?

--Es una propuesta que ya se ha hecho. En este momento será difícil lograr una división racional por falta de recursos. El próximo gobierno será de sólo tres años, una especie de primera experiencia. Los gobiernos duran seis años, apenas en ese tiempo es posible desarrollar un plan. Volviendo a su pregunta: si la crisis económica no se supera va a ser difícil que tengamos los recursos para darle una organización racional a la ciudad.

``Personalmente me gustaría que el Centro Histórico constituyera una Delegación. También creo indispensable hacer dos delegaciones más en Iztapalapa y dividir en tres la Gustavo A. Madero. Este proyecto estaba casi listo antes de que sobrevinieran los errores de enero y la crisis que los siguió; pero sigo creyendo que es algo necesario para darle mejor atención a las personas y un trato más racional al conjunto de la administración pública y a los servicios''.

--Usted es asambleísta. ¿Cómo es actualmente la relación de este organismo con el DDF y cómo cree que debería ser?

--El trato con el actual jefe del Departamento es reducido. Se da en algunos actos, la mayoría ceremoniales. La Asamblea vigila el trabajo del gobierno, pide información al regente o a los servidores públicos que dependen de él. Ejercemos una cierta vigilancia, que es parte del trabajo de contrapeso que hace el Poder Legislativo.

``Si yo llegara a ser jefe del gobierno capitalino le concedería más facultades a la Asamblea. La Asamblea, que se llamará Legislativa y tendrá diputados y no representantes, según el acuerdo de la Constitución, quedó corta por lo menos en el asunto de poder legislar en materia de su estatuto de gobierno. Como sabe, esto lo hace el Congreso de la Unión.

En la oposición --PT, PV, PRD y PAN-- propusimos que esta fuera una materia que legislará la Asamblea, que es el poder legislativo local, porque es algo que se refiere a la legislación de los órganos propios del gobierno local. Esto se había aceptado en febrero, cuando firmaron los priístas, junto con nosotros y el PT, un compromiso de que esto pasaría a ser facultad de la Asamblea. Pero después se retiraron y en la iniciativa que se presentó omitieron esto, sacándolo en realidad. Creo pues que la Asamblea quedó corta, aun cuando ya tiene un número importante de facultades