Inician bancos mexicanos la guerra por las pensiones
Roberto González Amador Una nueva lucha ha comenzado en el sistema financiero mexicano. Ahora no es por la sobrevivencia, como en 1995, cuando los bancos mexicanos estuvieron a un paso de la quiebra.
Una vez que las instituciones de crédito lograron sobreponerse a la crisis de insolvencia que afectó al país después de la devaluación --gracias a la intervención del Ejecutivo--, aunque diez de ellas están en manos del gobierno, un nuevo y jugoso negocio toca a sus puertas.
Dentro de cuatro meses, es decir, en enero de 1997, entrará en vigor un nuevo sistema de pensiones. Los trabajadores mexicanos, que en los últimos 18 meses perdieron una cuarta parte del poder de compra que tenían en 1994, mantienen depósitos en las subcuentas de retiro y vivienda del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) por un monto de 66 mil 206 millones de pesos, según cifras de la Comisión Nacional del SAR (Consar).
No es una cantidad insignificante. Se trata de recursos aportados por los trabajadores en los últimos tres años y medio por un monto equivalente al 94 por ciento del capital contable del sistema bancario mexicano, que en junio pasado fue de 70 mil 116 millones de pesos.
Pero a futuro el potencial del negocio de administrar las pensiones en México es más que prometedor. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) estimó que cada año el monto de los recursos que serán aportados a los fondos de pensiones es de aproximadamente 30 mil millones de pesos actuales.
Dentro de 25 años, cuando los trabajadores que ahora llevan una década en activo estén pensando en el retiro, el sistema de pensiones manejará recursos que representarán el 40 por ciento del producto interno bruto (PIB), según la SHCP.
El 23 de mayo de 1996 el gobierno del presidente Ernesto Zedillo emitió un decreto en el que anunció la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro. Fue el último paso del proceso para modificar el sistema de seguridad social, que fue rechazado desde un principio por la oposición de centro izquierda, por organismos gremiales independientes y por trabajadores del Seguro Social. Sin embargo, fue aprobado en el Congreso por la mayoría del Partido Revolucionario Institucional.
La Consar explicó que los trabajadores podrán tener una cuenta individual de ahorro para el retiro, en la que los ahorros que vayan reuniendo a partir de las aportaciones durante su vida en activo ``se administrarán e invertirán con profesionalismo y seguridad para obtener una adecuada jubilación al momento del retiro de la vida laboral''.
Con el nuevo sistema, señaló la Consar, las cuotas obrero-patronales y las aportaciones del Estado serán canalizadas a una cuenta de ahorro individual, a nombre del trabajador, en alguna de las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores) elegida por el propio trabajador.
La Consar explicó que las Afores serán instituciones financieras dedicadas exclusivamente a administrar fondos de retiro. Recibirán las cuotas del seguro de retiro, abrirán cuentas individuales por trabajador y entregarán estados de cuenta de sus aportaciones y los rendimientos obtenidos, y también se encargarán de administrar a las Sociedades de Inversión Especializadas en Fondos de Retiro (Siefores).
La Consar señaló que las Siefores serán fondos de inversión creados para recibir los recursos de los trabajadores y canalizarlos a la inversión productiva a través de la adquisición de instrumentos y valores financieros, y los intereses y beneficios que otorguen se acumularán al ahorro de los propios trabajadores. El trabajador podrá elegir una o más Siefore para que se inviertan sus ahorros (Ver cuadro).
Para la SHCP no hay motivo de preocupación en cuanto al riesgo que representa la utilización de recursos del sistema de pensiones en instrumentos con riesgo financiero que se cotizarán en el mercado de valores. ``En todo momento --señaló-- la Comisión Nacional del SAR vigilará que los riesgos que toman las sociedades de inversión estén muy acotados''.
En la ley que creó las Afores y Siefores se establece que existirá un comité que vigile y analice los riesgos en que cada una de las administradoras de fondos de retiro va a incurrir con el manejo de los instrumentos financieros.
``Esto implicará que las Afores no podrán invertir dinero en papel que no esté calificado y que esta calificación sea, además, sancionada por el comité de inversión. Siempre se invertirán los recursos en papel de la mayor calificación que exista en el mercado'', aseguró Hacienda.
La ley también establece que en el órgano de gobierno de las Afores por lo menos el 40 por ciento de los consejeros debe ser independiente y siempre debe incluir en su consejo a un contralor normativo.
Para la Asociación de Banqueros de México las normas garantizan el ahorro de los trabajadores. Información de la ABM señala que las Afores estarán obligadas a mantener activos sobre el valor total de las carteras de las Siefores que administren, y deberán ser invertidos en acciones de las sociedades de inversión que administren, proporcionalmente al valor de cada cartera.
La reserva especial, agregó la ABM, tendrá como fin cubrir las responsabilidades a cargo de las administradoras y de las sociedades de inversión. Esta reserva deberá constituirse sin perjuicio de integrar la reserva legal establecida por la Ley General de Sociedades Mercantiles.
El ordenamiento legal que modificó el sistema de seguridad social no establece límite al número de Afores que puedan ser constituidas en el país, pero sí marca restricciones en la composición del capital.
La ABM indicó que ninguna persona física o moral podrá adquirir el control de las acciones de la serie A y B por más del 10 por ciento del capital social, a menos que la comisión lo autorice. Las Afores deberán contar permanentemente con un capital fijo sin derecho a retiro totalmente pagado. Si el capital se redujera por debajo del mínimo exigido, se deberá reconstituir en un plazo no mayor de 45 días.
Aún faltan cuatro meses para que entre en vigor el nuevo sistema de seguridad social, pero la lucha por ser de los primeros en el mercado de las pensiones ha comenzado.
El Instituto Mexicano del Seguro Social creará su propia Afore. Y los bancos mexicanos y las filiales de bancos extranjeros también competirán por ese mercado, que crecerá a un ritmo de 30 mil millones de pesos al año. La SHCP señaló que el primer paquete de diez Afores autorizadas para operar en México será dado a conocer a más tardar a mediados de octubre.
Por ahora se conocen ya varios candidatos: Banamex, el principal banco del país, creará su propia Afore; Bancomer, el segundo en importancia, busca asociarse con una empresa de seguros --alianza prácticamente arreglada-- para tener su administradora. En estos días se anunciará la alianza entre Citibank, Hábitat y Serfin con el mismo objetivo. Bancrecer también creará su Afore y el Banco Alianza tiene ya un acuerdo con Magister International, una de las cinco administradoras de pensiones de Chile con autorización para actuar fuera de ese país.
El negocio da para más: el Banco Santander, de España, también ha hecho público su interés por entrar al negocio de las pensiones, al igual que Banco Bilbao Vizcaya.
Las filiales de bancos extranjeros podrán operar las Afores al amparo del Tratado de Libre Comercio, que establece la norma de ``trato nacional'' mediante la cual las filiales de bancos extranjeros establecidos en México están constituidos conforme a las leyes mexicanas y tienen los mismos derechos y obligaciones de los bancos locales.
Según la SHCP, las filiales operarán conforme a la legislación mexicana. Si constituyen una Afore, los recursos que capten no podrán ser empleados para financiar inversiones fuera del país.
Asimismo, señaló que los recursos que capte el nuevo sistema de pensiones serán orientados a inversiones de largo plazo, que fomenten la actividad productiva nacional, la creación de infraestructura, inversión en títulos de vivienda y la generación de empleo. El gobierno, agregó, regulará que los recursos de los trabajadores no se canalicen a inversiones de alto riesgo, especulativas o en el extranjero.
Con los nuevos fondos de retiro el gobierno federal pretende que los trabajadores en activo no paguen las pensiones de los retirados. Pero el ingreso de estos recursos a instrumentos financieros fortalecerá el mercado financiero del país y también se convertirá en un pilar del ahorro interno, agregó la SHCP.