José Blanco
Una verdad inconvincente

En sus líneas básicas, el contenido económico del segundo Informe de Gobierno reiteró los datos y la interpretación de los mismos que algunos días antes de la fecha oficial habían sido adelantados con cierta cautela a la opinión pública por el Ejecutivo: la ``crisis'' ha sido vencida, ha pasado ya la etapa de ``emergencia'', se inicia la recuperación.

Los datos en términos de inflación, crecimiento, empleo, tipo de cambio, tasas de interés, muestran en el último semestre tendencias positivas hacia la estabilización de los mercados, confirmando el freno al deterioro y a la desestabilización de los dos trimestres anteriores. Pero estas tendencias ciertas continúan siendo, desde el mirador de la sociedad, y desde el de algunos analistas, una verdad inconvincente.

Hagamos un supuesto (falso): la ``crisis'' llegó desde fuera del marco de políticas económicas vigente hasta diciembre de 1994. Para vencerla, formulamos un plan de emergencia con dos instrumentos básicos: una flotación del tipo de cambio acompañada de un margen de subvaluación del mismo (logrado mediante intervenciones ``sucias'' del Banco de México: una especie de mercado de futuros de divisas no institucionalizado); y una aguda astringencia monetaria y de gasto público. Con la primera dinamizamos las exportaciones (lo que ha ocurrido), y con la segunda controlamos inflación y abatimos las importaciones (lo que ha ocurrido). Esas medidas corrigen la balanza de pagos (lo que también ha ocurrido --de acuerdo con el discurso público--: el déficit en cuenta corriente del primer semestre de 1995, se torna en superávit de 523 millones de dólares en el primero de 1996).

Puesto que ha sido exitosa, esa política continuará vigente: el margen de subvaluación proseguirá ampliando los ingresos del sector exportador y, por tanto, la inversión privada afluirá al mismo en mayor volumen. El crecimiento del sector exportador ``jalará'' al resto de la economía. Además, la disciplina fiscal y monetaria, al abatir la inflación y los tipos de interés nominal y real (abaratamiento del crédito), impulsará el crecimiento del consumo y de la inversión privada en los sectores no exportadores, con lo cual se generalizará la recuperación y el crecimiento sostenido, apoyado en la inversión privada y sobre basas sanas.

Este conjunto de tendencias restablecerán las entradas de capital externo de corto plazo y, en general, regresarán al país a los mercados internacionales de capital (lo que ha comenzado a ocurrir; Standard and Poor's pasó la calificación financiera de México de negativa a estable el pasado martes), con lo cual quedará restablecido el mecanismo de financiamiento del déficit comercial externo que el crecimiento sostenido generará. El crecimiento de la inversión y del consumo (esto es, el crecimiento del producto interno), acompañado de un también sostenido aumento en la productividad, paulatinamente, habrá implicado en su ocurrir mismo, un crecimiento del empleo y de los ingresos de segmentos cada vez mayores de la población. Esta tendencia, a su vez, implica un incremento del bienestar social.

En una formulación esquemática, tales son los supuestos básicos, los argumentos, los objetivos, las vías, la visión central del gobierno mexicano, sobre la ``crisis'', la ``emergencia'' y el restablecimiento de las condiciones para alcanzar el crecimiento sostenido.

No tengo espacio para examinar y discutir el marco de políticas económicas descrito, en sus propios términos. En mi entrega de la semana entrante, intentaré hacerlo, también de manera esquemática. Por lo pronto parece necesario señalar que ese marco de políticas tienden a restablecer el esquema vigente hasta diciembre de 1994, con una diferencia, probablemente vista como crucial por la actual administración: el gobierno anterior utilizó el tipo de cambio como un ancla frente a la inflación. Ahora se anuncia que continuará indefinidamente la flotación del tipo de cambio. Esta flotación, según algunos cálculos bancarios, se sostendrá con una subvaluación de alrededor de 10 por ciento hasta al menos el fin del presente año, con lo cual, si las tendencias del control de la inflación permanecen, el tipo de cambio llegará a 8.20 al finalizar diciembre, aproximadamente. No sabemos nada más hacia adelante.

La flotación del tipo de cambio será una presión continua sobre los precios. Por tanto, para continuar controlando la inflación serán utilizados otros instrumentos. Analizaremos esto.

Termino: si el restablecimiento es completamente exitoso (en términos de los elementos expuestos), habremos quedado ubicados en la vía que condujo a diciembre de 1994.