Oscurantista, la educación oficial: comisión episcopal
Más allá de practicar el laicismo, la educación oficial fomenta el ``oscurantismo'', porque se vale de principios laicos para atacar a la Iglesia católica, dijo el secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal de Educación, Edmundo Morales Romero.
Señaló que desde la última reunión que tuvo la jerarquía católica con un titular de la Secretaría de Educación Pública (entonces Ernesto Zedillo) para proponer la participación de las iglesias en la educación, no ha habido avances ni hay expectativas de que las autoridades educativas accedan a discutir el tema.
Morales indicó que a los católicos les interesa ampliar su participación a la educación oficial, como lo han hecho en la enseñanza privada, en la que 60 por ciento de las escuelas son de formación católica.
En opinión del religioso, en México no hay libertad de educación porque ``el Estado en vez de considerar la enseñanza laica como aconfesional, la define como antirreligiosa''.
De esta forma, agregó, el Estado viola la Declaración Universal de los Derechos Humanos que concede a los padres la libertad de escoger el tipo de educación que pretenden ofrecer a sus hijos.
El religioso calificó de monopolio la labor que realiza el Estado en materia educativa, ya que los programas y la formación de los maestros dependen de la SEP y están regidos sólo por el principio laico.
Para las familias con capacidad económica, afirmó, es más facil obtener la educación que prefieren porque tienen acceso a escuelas particulares, pero consideró que se restringe la libertad a la población de escasos recursos, pues sólo tienen acceso a programas oficiales antirreligiosos.
Según Morales, el artículo tercero constitucional está basado en una ideología ``retrógrada'', que utiliza el laicismo para atacar a todas las religiones, y en particular a la católica.
Con esta política educativa, indicó Morales Romero, el Estado ``más allá de practicar el laicismo promueve el oscurantismo, al desviar la enseñanza aconfesional hacia el terreno de la antirreligiosidad''.
``En el ámbito educativo -añadió-, los gobernantes mexicanos creen que todavía tratan con la Iglesia católica de hace siglo y medio, y por eso ni se atreven a escuchar a los religiosos''. Claudia Herrera