Prepara el gobierno candados a la labor clerical: obispo Navarro Ocultar la religiosidad de gobernantes causó esquizofrenia, afirmó
José Antonio Román, enviado, Guadalajara, Jal., 9 de septiembre El gobierno federal pretende imponer, mediante el reglamento de la Ley de Culto Público, ``ciertos candados'' para limitar la acción de la Iglesia, dio a conocer el obispo auxiliar de Guadalajara, Javier Navarro Rodríguez, y afirmó: ``El Evangelio no lo vamos a negociar con nadie''.
Lamentó que siendo un país ``profundamente religioso'', México sea dirigido por líderes que se declaran públicamente no creyentes. Esto ha provocado, por lo menos durante este siglo, ``una esquizofrenia'' en los gobernantes y el pueblo.
``Por eso como que nos presentamos con una doble personalidad. Con las reformas, afortunadamente, esto tiende a cambiar. Pero una era la forma de actuar pública y oficialmente, y otra muy distinta la vida privada. Por ejemplo, grandes dirigentes en la vida política jamás permitirían que su hija se fuera con el galán sólo con el matrimonio civil. Pero en público perdieron la fe'', dijo.
Durante su ponencia Alternativas de liderazgo cristiano, dentro de las mesas de trabajos del primer Congreso de ex Alumnos del Seminario que se realizó este fin de semana, Navarro dijo que esta ``doble personalidad'' afectó seriamente a la sociedad mexicana, pues vivió décadas en la ``esquizofrenia'' y en la ``simulación''.
Consideró que las reformas significaron un gran avance. Estas leyes, señaló, no son perfectas, aunque sí perfectibles. Fue entonces cuando recordó que durante la pasada reunión del Consejo Permanente del Episcopado, en la ciudad de México, se habló de la pretensión del gobierno de imponer ``ciertos candados'' a la forma de actuar de los sacerdotes y obispos, a través del reglamento de la nueva ley que actualmente se redacta en la Secretaría de Gobernación.
Navarro, quien hasta antes de su designación como obispo hace cuatro años ocupaba la secretaría general adjunta del Episcopado y forma parte del Consejo Permanente, dijo que ante el difícil panorama del país es necesario que los cristianos retomen su liderazgo dentro de la sociedad y ``evangelicen la cultura''.
Citó algunos campos en los que esta presencia se hace urgente: la familia, la promoción y defensa de la vida -``en esta violencia que padece el país, se eliminan vidas humanas cuando estorban a intereses económicos y ambiciones políticas''-, la economía, la política y en la impartición de la justicia, entre otros.
``Los mexicanos -agregó- prácticamente estábamos acostumbrados a que en casi todos los campos de la vida social, la mentira y el fraude fueran recursos muy ordinarios. El discurso oficial es muy optimista, incluso el del pasado día primero, porque constata un repunte en la macroeconomía. Sin embargo, muchas familias no tienen para comer ni atender su salud. Esa supuesta mejoría no se ha visto todavía reflejada en el bienestar general del pueblo.'' En el caso de la impartición de justicia, el jerarca tapatío consideró que están presentes la impunidad, el soborno y la corrupción.
``Los miembros de las corporaciones policiacas están en contubernio con delincuentes profesionales. En los asesinatos lamentables de los últimos años, en los que en Guadalajara nos vimos tocados muy de cerca, hemos visto la incapacidad o la falta de voluntad para llegar al fondo de la verdad. La misma lentitud en aplicar la justicia es ya una injusticia'', aseveró.
Por otra parte, dijo que aun cuando la legislación prohíbe a las iglesias poseer y administrar medios de comunicación, los laicos tienen ante sí una gran responsabilidad en este campo, pues es ahí donde hacen faltan verdaderas alternativas.
Esta participación se hace más urgente, subrayó, debido a que en este campo existe ``monopolio'', ``manipulación'' y en los medios se exhalta la violencia, además de que presentan una imagen distorsionada de lo que es el amor y la familia, y modos de vida ajenos a valores e idiosincracia nacionales.
El obispo auxiliar de Guadalajara, que como muchos otros religiosos del país se formó en el seminario de esta arquidiócesis, señaló que existen ``luces'' y ``sombras'' en la realidad que se vive hoy.
Javier Navarro Rodríguez dijo que entre los aspectos negativos están el secularismo creciente, es decir, vivir como si Dios no existiera; el relativismo intelectual y moral, en el que es verdad aquello que admite el consenso de todos y es bueno lo que todos hacen, olvidándose también de las enseñanzas del Evangelio, y la tergiversación del verdadero sentido de la sexualidad humana.