La Iglesia debe actuar como un factor de unidad nacional: Prigione Los hombres del culto deben ser ajenos a radicalismos, dijo el nuncio
José Antonio Román, enviado, Guadalajara, Jal., 9 de septiembre El nuncio apostólico, Girolamo Prigione, afirmó que el papel de la Iglesia, en un país que como México vive un momento de ``turbulencia'', debe ser el de factor de unidad, de paz y de progreso.
Entrevistado el término de la ceremonia religiosa con la que se festejó el tecer centenario de la fundación del Seminario de Guadalajara, subrayó que los obispos y sacerdotes deben ser hombres de equilibrio, ``ajenos al radicalismos y a los puntos extremos''.
Acompañado por el arzobispo anfitrión, Juan Sandoval Iñiguez; el prefecto de la Congregación para la Educación Católica de la curia romana, Pío Laghi, y 10 obispos mexicanos, el nuncio dirigió un mensaje a sacerdotes y seminaristas.
Prigione destacó la importancia de este seminario e hizo referencia a la ``dolorosa'' historia de la Iglesia en México, donde no se sabía qué iba a suceder al día siguiente ni cuáles habrían de ser las medidas que tomaría el gobierno contra las actividades religiosas.
Sin embargo, dijo, el Seminario de Guadalajara superó siempre las adversidades. Hay que recordar, dijo, que de estas aulas ha surgido un total de 72 obispos durante los 300 años de existencia, muchos de ellos en los últimos 40 años, y se han trasladado a otras diócesis del país.
Ante más de un millar de sacerdotes y seminaristas, que hicieron insuficiente la gran capilla del seminario, el nuncio señaló que la celebración de una fecha tan importante no puede limitarse a la simple contemplación restrospectiva de un ``espléndido pasado'', sino también se hace necesario mirar hacia el futuro.
Expresó su certeza de que el seminario y la Iglesia sabrán responder en esta ``hora turbulenta'' en la que se vive. ``Es un momento de madurez, de consolidación como Iglesia adulta, de responder pastoralmente a los desafíos de la historia en la realidad de hoy. Realidad de ilusiones y de esperanzas, pero también de dolor y de muerte. Se trata de proclamar el reino de Dios luchando por un mundo más justo, más humano y más fraterno'', expresó.
El Seminario de Guadalajara, agregó en su homilía, debe saber formar evangelizadores que sepan mirar el futuro con esperanza y abrir caminos de paz, de justicia y de progreso, de amor para la humanidad. Descubrir con alegría y entusiasmo los grandes ideales de la vida y dar a la gente razones para vivir y esperar.
Señaló que hoy se habla con insistencia de la llamada nueva evangelización, pero aclaró que ésta no consiste en un nuevo Evangelio, pues surgiría siempre de una misma cultura. ``Por ello, no sería Evangelio, sino mera invención humana y no habría en él salvación'', explicó.
Tampoco consiste, añadió, en recortar del Evangelio todo aquello que parece difícilmente asimilable a la mentalidad de hoy. ``No es la cultura la medida del Evangelio, sino Cristo es la medida de toda cultura y de toda obra humana'', dijo.
Por su parte, el prefecto de la Congregación para la Educación Católica de la curia romana, el cardenal Pío Laghi, quien asistió a los festejos como enviado especial del Papa, llamó a los sacerdotes a mantenerse firmes en el llamado de Dios, y advirtió de los peligros presentes desde el interior de la Iglesia.
Con esta celebración culminaron las festividades iniciadas hace un año. Luego de la misa, el acto se transformó en un convivio en el que varios sacerdotes mostraron sus dotes artísticos.