La Jornada 10 de septiembre de 1996

Zedillo: México y Guatemala buscan construir una ``frontera ejemplar''

Elena Gallegos, enviada. Guatemala, 9 de septiembre México comparte con Guatemala el anhelo de vivir en paz, en libertad y con democracia, dijo el presidente Ernesto Zedillo luego de que su homólogo Alvaro Arzú agradeciera el apoyo a las negociaciones de paz entre su gobierno y la URNG y anunciara que minutos antes y en la ciudad de México las dos partes llegaron a un acuerdo en un tema crucial: ``El fortalecimiento del poder civil y el papel del Ejército''.

Arzú confirmó que el próximo día 19, en la capital mexicana, la Unión Revolucionaria Nacional de Guatemala y la Comisión Nacional para la Paz (Conpaz) firmarán este último de los acuerdos nodales en el proceso, con lo que se despeja cualquier tipo de especulación que había circulado en el sentido de que las conversaciones de paz atravesaban por serios obstáculos.

``Dios mediante y si todo marcha como hasta ahora --dijo-- estaremos listos en pocas semanas para rubricar el acuerdo definitivo para una paz firme y duradera y con el que se pondrá punto final al enfrentamiento armado que ha dejado traumáticas secuelas''.

Más tarde narró a su invitado los horrores de la guerra, de esta guerra que está por terminar. Contó de los lisiados, las viudas y los huérfanos. Parafraseó al cantor: ``¡Quién nos va a devolver la patria que pudo haber sido!''. Ahora, por fin, concluyó, se iniciará una nueva etapa para este país, etapa ``de la que todos habremos de ser responsables''.

Zedillo señaló que México se siente ``profundamente honrado'' de que las negociaciones para la pacificación definitiva ``de esta gran nación'' continúen celebrándose en su territorio, y ofreció: ``siempre mantendremos nuestra más respetuosa y solidaria disposición para contribuir al diálogo y la paz''.

En un acto que se efectuó en el Palacio de Gobierno, los mandatarios celebraron las perspectivas de paz que, finalmente y luego de 36 años de conflicto y más de 100 mil muertos y desaparecidos, se abren para este país. Aquí se destacó que 30 rondas de conversaciones entre el gobierno y la guerrilla guatemaltecos se celebraron en México. La última, este fin de semana.

Zedillo le dijo a Arzu que México comparte con Guatemala el anhelo de vivir en paz y en libertad, con leyes y democracia, ``porque sabemos que son indispensables en la construcción del progreso y la justicia para todos''. Insistió en el empeño de los dos vecinos por construir una relación y una frontera ``ejemplares'' sustentadas en la paz, la armonía, la ley y la justicia.

Lo fundamental ahora, subrayó, es que se construya al sur con Guatemala una frontera amable y productiva, y ofreció que su gobierno perseverará en los esfuerzos para que quienes cruzan hacia México ``lo hagan con tranquilidad, buen trato y confianza''.

El mandatario anfitrión se congratuló porque entre los dos vecinos se esté imponiendo una visión de futuro ``muy distinta de aquella que reduce las zonas fronterizas a un muro de controles policiacos o tramita la atención de sus consecuencias a una agenda electoral pasajera''.

Zedillo realizó aquí una visita de 12 horas que comenzó a las 9 de la mañana y concluyó por la noche, después de una cena de gala que le ofreció Arzú. Estuvo acompañado por su esposa Nilda Patricia Velasco de Zedillo y por los secretarios de Relaciones Exteriores, José Angel Gurría; Salud, Juan Ramón de la Fuente; Desarrollo Social, Carlos Rojas, y Comunicaciones, Carlos Ruiz Sacristán, así como por los directores del Instituto Nacional de Migración, Fernando Solís Cámara, y del INEGI, Carlos Jarque, el comisionado para la Ayuda a Refugiados Pedro Joaquín Coldwell, y los subsecretarios Enrique del Val y César Becker, entre otros.

Ambos mandatarios sostuvieron, en lo que fue su cuarto encuentro, dos rondas de conversaciones privadas y asistieron a la firma de media docena de convenios, entre los que destaca el que echará a andar el Programa para el Desarrollo Sostenible de las Poblaciones Fronterizas, con el cual los dos países unirán esfuerzos para combatir la pobreza y la exclusión social en la región.

El programa está diseñado para incidir en el desarrollo de 20 municipios de Chiapas, Campeche y Tabasco, del lado mexicano, y 22 de los departamentos de San Marcos, Huehuetenango, Quiché y Petén. Se espera beneficiar a un millón 400 mil habitantes de las dos naciones. Se anunció la decisión del gobierno mexicano de facilitar los trámites a los 32 mil refugiados guatemaltecos que permanecen en su terriorio para que, sin demérito de los programas de repatriación, y sí así lo deciden, puedan quedarse en México.

Por otro lado, los presidentes suscribieron una declaración conjunta en la que expresaron su satisfacción por la reanudación, el día 26 de este mes, de las negociaciones para un tratado de libre comercio entre México, Guatemala, Honduras y El Salvador.

En este punto, plantearon la conveniencia de que las autoridades competentes promuevan la agilización de los trabajos necesarios basados en las directrices del Marco General firmado por los ministros responsables de los cuatro países en mayo pasado.

Además se formalizó el acuerdo para el Programa de Proyectos de Infraestructura, entre los cuales destaca la construcción del puente fronterizo entre Ciudad Hidalgo y Tecun-Uman. Entre los dos países se registra un flujo migratorio documentado de 166 mil cruces anuales.

A lo largo de la visita se destacó en repetidas ocasiones la preocupación del gobierno mexicano de velar porque sean respetados los derechos humanos de los migrantes, independientemente de su estatus.

Los dos gobiernos convinieron en que México, a través de la Secretaría de Salud, proporcionará asistencia a Guatemala en la formación de recursos humanos para la salud y colaborará en programas específicos de inmunización, control de rabia y cólera, entre otros. El INEGI, por su parte, participará aquí en 11 proyectos.

Zedillo inauguró el nuevo centro de negocios del Banco de Comercio Exterior; puso la primera piedra donde se construirá el edificio de su sede diplomática, y en el Fondo de Cultura Económico encabezó la que sería la ceremonia más emotiva: la imposición de la máxima condecoración que otorga el gobierno mexicano, la orden del Aguila Azteca, al maestro Mario Monteforte Toledo.

Lúcido, vigoroso, a sus 85 años, Monteforte resumió en tres líneas su estancia en nuestro país: ``Allá sentí el viento del tiempo y ese respeto por la creación intelectual y por el mundo de los pequeños del que yo formo parte''.

Amigo de León Felipe y autor, entre decenas de novelas, cuentos y ensayos de sociología política, literatura y arte, de la obra Literatura, ideología y lenguaje, texto obligado en un buen número de universidades, Monteforte entregó a los presidentes Zedillo y Arzú su último libro: La frontera móvil.

La premio Nobel Rigoberta Menchú, quien asistió a la ceremonia en la que Monteforte fue condecorado, dijo a los reporteros, sobre la suspensión de las pláticas con el EZLN, que es un buen momento para que las dos partes reflexionen, revisen el proceso y enmienden errores. Externó su confianza en que pueda reanudarse el diálogo.

En cuanto al Ejército Popular Revolucionario (EPR), consideró que es muy distinto al Ejército Zapatista ya que, entre otras cosas, el segundo tiene el apoyo de los pueblos, por lo que también tiene que ser tratado de manera diferente.

Condenó los actos violentos ``tipo comando'' que el EPR efectúa, e insistió en la necesidad de atacar los problemas de extrema miseria. Deseó también: ``Ojalá México no cometa los mismos errores de Guatemala. Que no haya excesiva militarización ni cementerios clandestinos''.

¿Usted cree que se deba dialogar con el EPR?, le insistieron y Rigoberta respondió enseguida: ``siempre una situación de diálogo es favorable, mejor que el combate y la excesiva militarización''.