Calderón: surgió en el PRI la campaña contra Acción Nacional
Elena Gallegos Cara a cara, el líder del PAN, Felipe Calderón Hinojosa, sostuvo que existe una campaña en contra de su partido y que es muy difícil pensar que en Los Pinos no haya tolerancia o conocimiento de la misma. Seco, el presidente Ernesto Zedillo le rebatió que no había tal campaña y mucho menos que algo así pudiera ``emanar'' de la residencia oficial o de sus colaboradores más cercanos.
Y es que después de una breve e intensa polémica sobre ese asunto --efectuada a través de los medios-- Ernesto Zedillo y Felipe Calderón conversaron largamente ayer en el despacho presidencial.
Llegada de Felipe Calderón Hinojosa, presidente del
Partido Acción Nacional, a la residencia oficial de
Los Pinos. Foto: Duilio Rodríguez
Aunque ambos mantuvieron sus posiciones, según el relato del propio Calderón, pudieron llegar al acuerdo de realizar esfuerzos para ``elevar el nivel del debate y desterrar las calumnias que denigran y envilecen la vida política''.
El PAN --sostuvo su dirigente-- está dispuesto a poner su parte, siempre y cuando las otras fuerzas políticas, especialmente el PRI, se comprometan a ello.
Pero de las palabras del panista se desprendió que todo terminó bien y que lo dicho por Ernesto Zedillo fue ``suficiente'' para satisfacer la petición de ``deslinde'' del Ejecutivo hecha en Puebla el domingo pasado. ``El, en lo personal, me merece credibilidad'', despejó dudas el dirigente.
Incluso los dos convinieron en tener una mayor comunicación para que los malos entendidos y las discrepancias que surjan entre el PAN y el gobierno sean tratados a nivel personal antes de que se ventilen ante la opinión pública.
Calderón Hinojosa llegó solo y cinco minutos antes de la una de la tarde --hora de la cita-- a la residencia; llevó al Presidente una copia del discurso que pronunció en Puebla y que estalló la crisis. Le entregó además la versión de las puntualizaciones que sobre sus palabras hizo allá mismo a los reporteros.
Dos horas después, en el Salón Carranza de la casa presidencial, ofreció una conferencia de prensa. Resumió de entrada la charla:
``La conversación fue larga, provechosa y sincera, luego de lo cual llegamos a algunas coincidencias. Manifestamos nuestra preocupación porque no decaiga el nivel del debate político.
``Coincidimos en que no le conviene al país desprestigiar a la política. Tampoco que se denigre la discusión o se deteriore la relación entre Ejecutivo y partidos''.
A lo largo de la conversación, Zedillo le dijo tajante que él no aceptaba las imputaciones hechas e incluso defendió a los funcionarios señalados por Calderón como ``artífices'' de la campaña.
--Después de la plática, ¿qué diferencias prevalecieron? --abrieron los reporteros la conferencia:
--Quedaron contenidas en el boletín que la Presidencia emitió el lunes, respecto a negar su participación en estos eventos.
--¿Quiere usted que caigan cabezas?
--No. No tengo especial interés en eso.
--¿Salió convencido de que la Presidencia no participó?
--De lo que salí convencido es de que no hay que permitir que se denigre el nivel del debate. Eso requiere una actitud diferente que yo asumo y que desde luego tienen el Presidente y su equipo.
--¿En qué basó sus acusaciones a la Presidencia?
--No creo que deba reiterar lo mismo. Existe, desde hace meses, una campaña contra el PAN y es difícil no pensar que en estas oficinas no se le conociera o tolerara. El me dijo que no hay tal campaña y también que hay una gran apertura hacia los medios, por lo que no se les busca controlar u orientar.
--¿Sus palabras en Puebla fueron para defender a Diego Fernández de Cevallos luego que se habló de sus terrenitos? --repreguntaron los reporteros.
--De ninguna manera. Es algo que no tiene que ver con este caso. La campaña tenía meses.
--¿Su relación con Zedillo es tan buena como la que tenía el PAN con Salinas?
--No tengo la referencia. Yo tengo una buena relación con el Presidente, aunque ustedes dirán que no lo parece.
--¿También Diego la tiene? --apretaron.
--Eso pregúntenselo a él --se salió airoso el líder panista.
Después, Felipe Calderón Hinojosa dijo que su impresión era que el primer mandatario no tenía la intención personal de enfocar ese tipo de campañas contra el Partido Acción Nacional, por lo que los reporteros le pidieron una y otra vez que aclarara si se iba convencido o no y en qué había basado sus imputaciones.
Entonces, el dirigente panista precisó que la campaña surgió en el PRI y que seguía sosteniendo que era muy difícil creer que en la Presidencia de la República no se tuviera conocimiento de ella.
``La cuestión --explicó Calderón-- era determinar el nivel de participación de esta oficina, y el origen de la campaña no está aquí''.
Cuando alguien quiso saber si esas afirmaciones significaban que se estaba retractando, Calderón reviró:
``¿Sabe usted exactamente qué dije? ¿no? Pues cuando lo sepa me pregunta''.
Los reporteros lo interrogaron sobre las acusaciones hechas al vocero del gobierno, Dionisio Pérez Jácome; al vocero presidencial, Carlos Almada, y al jefe del Departamento del Distrito Federal, Oscar Espinosa Villarreal.
Contestó: ``En opinión del Presidente la intervención de ellos en las campañas de los medios es muy relativa y baja. Tal vez sea una percepción menor de la que yo tengo sobre la capacidad de influencia de los funcionarios''.
--¿Pidió usted que se deje en paz a Diego? ¿Qué opina de su súbito enriquecimiento?
--No hice tal petición. Por lo demás, Diego está muy por debajo del ranking de los 15.
Insistentes, los reporteros machacaron:
--¿El presidente Zedillo lo regañó? ¿Le jaló las orejas?
--Precisamente no. Ni lo podía haber hecho, ni de mí hacia él.
--¿Cómo queda la relación entre el gobierno y el PAN?
--La relación personal entre el Presidente de la República y el dirigente del Partido Acción Nacional, creo que queda mejor y, en consecuencia, espero que mejore entre las dos instituciones.
Así y por lo pronto, el conflicto pareció desactivarse