Por supuesto que lo inverosímil es también parte de la historia. Y así se desarrolla ésta hasta producir los más extravagantes efectos, sus contrasentidos.
A pesar del carácter tan deslavado del Informe presidencial, varios señalamos algún aspecto que potencialmente parecía y fue sin duda positivo: el avance en la reforma electoral como primer paso --pero paso adelante, al fin y al cabo-- para una reforma política del Estado de mucha mayor envergadura. Es evidente que una línea de transformaciones serias requiere de alianzas y contribuciones, sobre todo en un terreno en que el empuje principal ha venido de la sociedad y de los partidos políticos.
Pues bien, en pocos días ese potencial escenario favorable parece estar hecho añicos: el gobierno de Zedillo, en vez de buscar apoyos para profundizar una línea de apertura, abre todos los frentes posibles de viejos y nuevos conflictos, y vuelve a mostrar una cara de pavoroso aislamiento, de incompetencia y, en estos tiempos difíciles, de indudable debilidad. De no acertar en el ABC de una estrategia política mínimamente coherente y consistente.
¿Puede concebirse mayor inoportunidad del desplegado de Gobernación exponiendo en lenguaje seco, para no decir duro, sus diferencias con el EZLN, sobre todo después de que el Presidente distinguió favorablemente entre el movimiento de Chiapas y el EPR? ¿Era de verdad necesario ese nuevo obstáculo a la negociación? ¿No hubiera sido más lógica una actitud de clara decisión política que permitiera el avance y el posible coronamiento exitoso del diálogo de paz con el EZLN, en el momento en que se levantan en guerra otras agrupaciones? ¿No ha llegado el momento de cambiar la delegación gubernamental, que sufre ya un claro desgaste en su misión, a los ojos de la opinión pública y del EZLN, y de sustituirla por otra de refresco, más confiable y avezada en estas lides?
Para completar la pintura, se abre otro frente de fricciones con el PAN y sus dirigentes. ¿Tiene base la denuncia de Calderón Hinojosa, en el sentido de que la guerra sucia contra su partido se orquesta desde el gobierno, y concretamente desde Los Pinos, con la activa participación adicional del jefe del Departamento del Distrito Federal? Debe tener pruebas o presunciones fuertes para haberlo hecho en voz alta y recia.
Todos aquellos que conozcan mínimamente ``los aparatos'' de comunicación del gobierno saben que, en todo caso, la denuncia pudiera tener sólido sustento.
Eramos veinte y parió la abuela. El inmortal Jefe Máximo del movimiento obrero acusa de ``burócratas'', sin distinciones, a los dirigentes del PRI. Por supuesto, en eso de la ``burocracia'' muchos tendrían que aprender una carretada de mañas y estilos de ese Jefe Máximo. Pero eso no es lo importante. La cuestión es que se materializa explosivamente una poderosa oposición a cualquier aggiornamento del PRI. Los dinosaurios vuelven a la carga, pudiera llamarse la película. Y los ``burócratas'' del PRI y del sistema se ven muy pequeñitos frente a esos animales antediluvianos, que parecen realmente decididos a que aborte cualquier cambio en ese partido --cualquier modificación verdaderamente digna de ese nombre, no solamente ``cosmética''--, en su próxima Asamblea General. Los ``burócratas'': sin ideas precisas ni proyección estratégica, presionados y asustados y sin encontrar ``para dónde hacerse'' ante la andanada del pasado.
El cuadro de conjunto tal vez se explique más profundamente por esta última razón: frente a los posibles ``aperturistas'', las viejas guardias argumentan que el mejor método para seguir en el poder es continuar... como siempre. Y, si es el caso, aun por una línea más dura y contundente.
De allí seguramente que se haya perdido en la espesa bruma de la política de estos días cualquier alusión a que se profundice y continúe la reforma política del Estado. De allí también el endurecimiento y la militarización del país a niveles desconocidos desde hace décadas, en lo cual el EPR cumple un papel exacto. (¿Por eso se especula que la agrupación esté alentada precisamente por la línea más dura del PRI y de nuestro sistema político?)
Por supuesto, a estos aislamientos del poder respecto a la sociedad y a sus necesidades políticas habría que añadir la empecinada insistencia en que sólo ``hay un camino'' económico.
En verdad, historia inverosímil de ceguera y falsos pragmatismos, de errores de principiante, de ausencia de toda voluntad política mínimamente estratégica. Este es el régimen y el gobierno que vivimos. Este es precisamente el gobierno --y las razones profundas-- de que con esa frecuencia se le describa como un gobierno históricamente disminuido, sin liderazgo y sufriendo un dramático vacío de poder