La Jornada 12 de septiembre de 1996

Los libros de texto únicos ``empobrecen'' la enseñanza: arzobispo Quintero

Hay muchos contenidos que corregir y la sociedad debe discutirlo: el religioso Pidió una ``revisión'' de la historia oficial del país, pero sin ``maniqueísmos''

José Antonio Román Los libros de texto únicos ``empobrecen'' al sistema educativo, afirmó el arzobispo émerito de Hermosillo, Carlos Quintero Arce, quien solicitó al gobierno revisar con profundidad la historia oficial del país, pero ``sin maniqueísmos ni prejuicios''.

Pidió que los recursos gubernamentales destinados a este sector sean distribuidos ``equitativamente'' entre todos los padres de familia, pues quienes tienen a sus hijos en escuelas particulares no sólo pagan sus impuestos, sino también el costo del colegio, lo cual ``resulta sumamente injusto''.

Ex presidente de la Comisión de Educación y Cultura del Episcopado Mexicano, Quintero Arce lamentó que las autoridades hagan propaganda sobre la presunta gratuidad de los libros de texto, cuando en realidad se pagan con los impuestos de los mexicanos, ``y muchos de ellos son católicos que tienen derecho a libros con inspiración cristiana''.

Argumentó que las escuelas católicas se han convertido obligatoriamente en elitistas, pues se sostienen sólo con las colegiaturas de los padres de familia, sin recibir ninguna ayuda o apoyo de las instancias gubernamentales. ``La Iglesia hace grandes esfuerzos por tener planteles gratuitos, pero fallan porque no se pueden mantener escuelas así''.

El jerarca eclesiástico, que entregará en octubre próximo el gobierno pastoral de la arquidiócesis de Hermosillo, luego de que el papa Juan Pablo II le aceptó su renuncia tras cumplir 75 años de edad, dijo que en los contenidos educativos se requiere un mayor diálogo entre los diversos sectores de la sociedad, y que la revisión de la historia y del verdadero carácter laico de la educación deben estar en la agenda.

Recordó las varias propuestas en las que la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha expresado su voluntad de escuchar ``sugerencias'', pero lamentó que hasta la fecha sólo ha quedado en eso: escuchar. ``Pareciera que ya todo lo tienen cocinado y disimulan ante la población. Sin duda, todavía hay muchas cosas qué corregir en materia educativa en el país''.

Quintero Arce, quien en su momento también ocupó la presidencia del Departamento de Educación del Episcopado Latinoamericano, insistió en la necesidad de revisar la historia oficial con claridad, sin maniqueísmos ni prejuicios. ``Con mucha frecuencia tenemos doble historia. Hoy estamos en un tiempo nuevo, y así como la Iglesia reconoce sus fallas, invita a las autoridades a que hagan lo mismo y se replantee la educación y también se hable de los mártires de la Iglesia''.

Tras destacar la estrecha relación entre la falta de educación y la pobreza, expresó que el país debería destinar mayores recursos a este sector, pues representa una de las palancas de desarrollo de cualquier nación que aspira a ocupar un lugar importante en el concierto internacional.

Por otra parte, la Secretaría de Comunicación Social de las Iglesias Evangélicas pidió que la educación pública que imparte el Estado se mantenga inalterable, tal como lo establece actualmente el artículo tercero constitucional.

La educación, señala en un comunicado, es uno de los principales elementos posibilitadores de la libertad religiosa en México. ``Creemos que mantener los espacios de la educación oficial libres y ajenos a cualquier presencia religiosa es condición básica para garantizar la democracia y la libertad de los mexicanos.

``Alertamos al pueblo de México sobre la pretensión de la Iglesia mayoritaria de cerrar pinzas sobre las conciencias de los educandos mexicanos. Ya los egresados de las escuelas privadas católicas resultan útiles instrumentos de las pretensiones políticas y económicas que se esconden tras la máscara de la religiosidad, al coptar diversas posiciones de liderazgo político, empresarial y social''.

En el texto evangélico, dado a conocer ayer en conferencia de prensa, se señala que no debe permitirse que los sectores populares y mayoritarios se conviertan en el complemento de una sociedad totalitaria y cerrada, acorde con las posiciones más conservadoras del catolicismo.

``A lo largo de la historia del oscurantismo, de manera cíclica, ha sido el instrumento de quienes en nombre de Dios quieren poseer a los hombres para sí mismos. Ante ello, el pueblo de México tiene el derecho y la responsabilidad de luchar por una educación oficial de mayor calidad y más democrática, pero también laica.''

Por ello, dice la representación evangélica, el gobierno de México ``tiene nuestro reconocimiento a los logros alcanzados, por más humildes que sean, en materia educativa, ya que los mismos abonan en favor de los principales contenidos en el artículo tercero constitucional, el cual debe permanecer inalterable, en la letra y en la práctica''