La Jornada 13 de septiembre de 1996

En los disturbios en Chile, cuatro cuarteles atacados; 224 detenidos

Efe, Afp, Dpa, Ap y Reuter, Santiago, 12 de septiembre Un total de 224 personas quedaron detenidas y otras 38 resultaron heridas a consecuencia de los disturbios ocurridos en ocasión del 23 aniversario del golpe militar pinochetista de 1973, según reportes que fueron proporcionados por las autoridades.

De hecho, los incidentes se prolongaron desde la tarde del miércoles a la madrugada de este jueves, con decenas de lesionados --entre ellos 14 policías-- de bala, a golpes o a causa de gases lacrimógenos, además de haberse registrado diversos actos de vandalismo, apagones y ataques contra cuatro cuarteles de la policía.

Los disturbios, que se iniciaron en las inmediaciones del Cementerio General, donde reposan los restos del asesinado presidente Salvador Allende, crecieron rápidamente al caer la noche y se extendieron a numerosos barrios populares de la periferia de Santiago, así como a las ciudades de Concepción y Temuco.

Fueron de tal magnitud los incidentes de violencia para las autoridades que el ministro secretario general de Gobierno, José Brunner, planteó la inconveniencia de mantener el 11 de septiembre como feriado y ``fecha simbólica''. Dijo que esta fecha ``divide al país y propicia la reproducción de situaciones que terminan por provocar enfrentamientos''.

Acusó como promotores de los hechos de violencia a grupos de encapuchados que se infiltran entre los manifestantes. Apuntó que estas acciones distorsionan las legítimas manifestaciones ciudadanas, y criticó a los grupos que ``le dan un carácter de celebración festiva'' a la fecha e incitan a reaccionar violentamente a quienes consideran el aniversario del golpe militar como un hecho luctuoso.

El recuento de las refriegas indica que hubo 84 detenidos, además de numerosos lesionados, durante los incidentes, suscitados tras la marcha de una 10 mil personas hacia el Cementerio General. A la par, se registraron saqueos y actos vandálicos contra comercios, en tanto que la policía reprimía a bastonazos, chorros de agua y gases lacrimógenos.

Por la noche se registraron apagones en amplios sectores de Santiago y se encendieron velas en barriadas periféricas en homenaje a los caídos por el sangriento golpe castrense. En algunas barriadas también hubo quema de vehículos y se levantaron barricadas con llantas y fogatas, impidiendo el libre tránsito de automóviles y camiones.

Turbas enfurecidas atacaron al menos cuatro cuarteles de policía en los sectores de La Pincoya, al norte de la capital, en Cerro Navia y Pudahuel, al oeste, y en San Bernabé, en el área sur. En La Pincoya, por ejemplo, el ataque fue lanzado por unas 300 personas que lanzaron bombas molotov, y se informó que el cuartel de San Bernabé quedó inservible.

El gobernador santiaguino, Germán Quintana, refirió que si bien los desórdenes en el centro de la capital fueron menores que los ocurridos el año pasado en esta misma fecha, los incidentes posteriores --en aparente alusión a los hechos suscitados en la periferia-- ``fueron de una violencia inusitada''.