No hubo sangre, ni roja ni azul.
Lo que sí hubo fueron algunos moretones y algunas lesiones que en el antiguo Código Penal se ubicaban en el artículo 289 y que, en resumen, significan que tardarán varios días en sanar, pero no ponen en peligro la vida.
Este podría ser el resumen de las cuatro comparecencias de funcionarios federales en las cámaras de Diputados --donde estuvieron el secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet Chemor, y los procuradores general de la República, Antonio Lozano Gracia, y del Distrito Federal, José Antonio González Fernández-- y en la de Senadores, hasta la cual llegó el titular de Educación Pública, Miguel Limón Rojas.
Los cuatro representantes del Ejecutivo tenían que tratar temas potencialmente conflictivos y efectivamente recibieron andanadas de los senadores y diputados que no son de su partido, pero nada fue más allá de lo que se había escuchado en otras ocasiones.
Lo único que no se había escuchado fueron las críticas de carácter personal y, lo más sorprendente, esas censuras no fueron contra un funcionario federal sino contra un legislador. Los papeles se invirtieron: los jueces eran diputados y senadores, mientras que los secretarios y procuradores aparecían como posibles reos. Pero el secretario de Gobernación invirtió las funciones.
Retrato hablado que habla
La agudeza mental de Emilio Chuayffet queda más allá de cualquier duda y ayer dio otra muestra de esa capacidad personal. El funcionario colocó la trampa y el que cayó fue el politólogo Adolfo Aguilar Zinser, quien fuera vocero del candidato presidencial del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, pero luego escribió un libro crítico contra éste y abandonó ese partido que lo postuló candidato a diputado federal.
Aguilar Zinser preguntó si el gobierno y su partido, el PRI, están realmente dispuestos a aceptar la alternancia en el poder en caso de que la oposición triunfe en los próximos comicios federales, y de paso revivió las acusaciones contra el presidente Ernesto Zedillo por su supuesta implicación en un presunto fraude contra Conasupo cuando el ahora mandatario era secretario de Programación y Presupuesto.
Al más puro estilo de la política mexicana, Chuayffet reviró con fuerza e hizo un retrato hablado sin precisar quién era el personaje :
``Me preguntó usted que si temo comparecer ante la oposición. Muchos de mis mejores amigos, señor diputado, están en la oposición, y de ellos aprendo cotidianamente. Están en el PAN, en el PRD, en el PT. El más viejo de ellos, por antigüedad, el diputado Peniche Bolio (del PAN), me honra con su amistad hace 20 años. A los que les tengo miedo no es a los diputados de oposición, sino a los sabonarolas, a los macarthies, a los que no son dignos de la historia política, sino de la siquiatría, a los que incurren en una figura que lamentablemente me temo que ocurre por algunos de estos rumbos en un solo asiento...
``A mí se me antoja que a veces hay políticos, tránsfugas de partidos, incoloros por cierto, que siguen a un líder y después lo denuestan en libros arteros. Hay políticos, señor diputado, que también cometen fraude político. Se erigen en sancionadores de la corrupción --¡Qué bueno! México no debe ser un país de corrupción--, pero van y venden sus conferencias en el extranjero para hablar de la corrupción de México. ¡Qué lástima, señor diputado! A esos sí me daría miedo tenerlos enfrente''.
Chuayffet dijo más, pero con estos dos párrafos se define claramente el retrato hablado.
Las reglas de la vieja política mexicana recomendaban ``no ponerse el saco''. Pero Aguilar Zinser es de otro corte, más moderno, y lo demostró. El espíritu combativo lo llevó a dar inmediata respuesta: ``Lo lamento, señor secretario, no dio respuesta a mi pregunta. Pero se refirió usted a mi persona en términos curiosos y reveladores de la mentalidad del gobierno. Si usted cree que yo encajo dentro de esas descripciones, entonces está usted preparando un Archipiélago Gulag. ¿Va usted a mandar a sus disidentes a hospitales siquiátricos, señor secretario, como lo hizo el totalitarismo soviético?
``Yo, señor secretario, vendo mis conferencias, porque de eso vivo, y vivo honestamente, y usted lo sabe. Yo no vendo al país en Estados Unidos, yo no vendo la independencia, yo no vendo la dignidad. Yo vendo conferencias, vendo puntos de vista, artículos, opiniones que expreso aquí en esta sesión, y lo hago también en mis artículos en los periódicos y en los escritos en inglés y en todos los idiomas''.
Aguilar Zinser dijo más, pero estos párrafos son esenciales en su alegato, en el cual sostuvo que no se dejará intimidar y continuará el ejercicio de su libertad de expresión, ``en español y en inglés''.
Allí acabó la polémica, porque el siguiente turno le correspondía al diputado Ezequiel Flores Rodríguez, del PT, pero como no estaba presente se le cedió la oportunidad a Taide Aburto, del PRD, y por tanto ex compañero de Aguilar Zinser. Estaba abierta la oportunidad para mantener la polémica. Pero el perredista consideró más importante preguntar sobre las consecuencias del surgimiento del Ejército Popular Revolucionario (EPR).
En las comparecencias de Lozano Gracia y de González Fernández no hubo ni un destello de esta intensidad. Como se sabía de antemano, no hay avances en las investigaciones de los crímenes políticos ni en el combate al narcotráfico más allá de eventuales decomisos y de intentos de crear un terreno propicio para el procurador general con la difusión de un supuesto éxito al aprehender a presunto jefe del narcotráfico ``vinculado'' con las bandas colombianas.
El procurador de Justicia del Distrito Federal tampoco tenía ases escondidos, sólo la suma de tareas realizadas, que son pobres comparadas con la enorme dimensión de la criminalidad en la ciudad. El esfuerzo es grande, pero los recursos humanos y materiales escasean.
En el Senado, para el secretario de Educación Pública dos eran los temas potencialmente conflictivos: los salarios de los maestros y el problema de los rechazados en instituciones de enseñanza media. Respecto de lo primero ratificó que es propósito central del gobierno lograr que los miembros del magisterio alcancen ingresos que les permitan elevar sustancialmente su nivel de vida. En cuanto a las protestas de quienes no alcanzaron sitio en las escuelas que lo deseaban, indicó que a pesar de que legalmente no tiene obligación de atender ese nivel de enseñanza, el gobierno federal hace un gran esfuerzo para abrir oportunidades a los jóvenes para que puedan aspirar a una educación superior o adquirir conocimientos que les permitan incorporarse a la planta productiva, en caso de que sus capacidades individuales y sociales les impidan ir más adelante.
La cosecha
Apenas concluidas las fiestas patrias, la Asamblea de Representantes del Distrito Federal iniciará formalmente sus trabajos, el martes 17, con la comparecencia del regente Oscar Espinosa Villarreal. Para muchos analistas, esta será la última ocasión en que el funcionario se presente ante el pleno de la ARDF, pues se insiste en que casi necesariamente durante el proceso electoral de 1997 habrá otro responsable del gobierno capitalino, que sería una especie de interino al que le corresponderá entregar el poder a quien resulte electo. Otro sector opina que Espinosa gobernará hasta el 1 de septiembre, cuando tome posesión el gobernante electo, y que por ello no se debe hacer caso a las críticas de la oposición, como la exigencia reciente del dirigente capitalino del PAN, Gonzalo Altamirano Dimas, que pidió ``amarrar'' las manos al regente... Después, en fecha aún no decidida, pero que debe ser en noviembre, tendrá que presentarse un funcionario para explicar la iniciativa de Ley de Ingresos y el Presupuesto del DDF para 1997. La duda acerca de la identidad del funcionario es porque la ley habla de un representante del Ejecutivo, y mientras no entren en vigor las reformas constitucionales el titular del gobierno en esta capital es el Presidente de la República. Por lógica las dudas en materia de ingresos y egresos debería aclararlas un funcionario capitalino, pero podría darse el caso de que se prefiriera a algún representante de Hacienda.