En Sinaloa, 6 mil pescadores en riesgo a un año de la tragedia por Ismael
Judith Calderón Gómez y Víctor Guerra, corresponsal /I El primer aniversario del huracán Ismael, que provocó la muerte de al menos cien pescadores, llegó con nubarrones.
No sólo está presente la amenaza del huracán Fausto en la costa sinaloense y la posibilidad de que toque tierra por la bahía de Topolobampo, también prevalecen las circunstancias que incidieron en aquella tragedia y que hoy ponen en riesgo la vida de 6 mil pescadores.
Volvieron al agua. En las mismas condiciones que propiciaron hace exactamente l2 meses que otros fueran devorados por el mar: flota en ruinas, deficiente comunicación, adelanto de la temporada camaronera pese al clima y, ante todo, el afán de ganancia de los dueños de los barcos.
De 600 naves que zarparon el 11 de septiembre en esta temporada, 80 por ciento no tiene seguro. Ninguna aseguradora quiso amparar las deterioradas embarcaciones que tienen en promedio 30 años de vida, pues se pide un máximo de 25.
Existen órdenes desde ayer por la mañana de que se cierren todos los puertos, desde Nayarit hasta Guaymas, ante la inminente llegada de Fausto a tierra. Ayer por la tarde se suscitó un escándalo en Mazatlán cuando se dio a conocer la decisión del capitán de puerto, José Luis Woo-ard Rojas, de permitir la salida de embarcaciones a eso de las diez de la mañana. Ante los cuestionamientos de la prensa local, argumentó que había sido presionado por los dueños de los barcos.
Para Ernesto Pérez Virgen, asesor de la cooperativa de viudas Unidas por el Mar, el asunto de la flota camaronera en el Pacífico se agudiza a partir de que desaparecen las cooperativas y predominan los lineamientos de la iniciativa privada.
Explicó que el afán de ganancia de los armadores --propietarios de embarcaciones-- no sólo repercute en que no inviertan en la renovación de la flota y ésta, cada vez más deteriorada, no cuente con el seguro, sino en que obligan a los pescadores a salir al mar pese a las inclemencias del tiempo y arriesgando sus vidas.
Pero los empresarios han ido más allá. Insisten en que se levante la veda del camarón antes del l5 de septiembre, ``pese a que estos días son fatales para la pesca porque hay muchas perturbaciones atmosféricas''. Pérez Virgen dijo que antes la salida era del 20 de septiembre al 5 de octubre, por lo que consideró que los legisladores deben manifestarse al respecto.
Recordó que lo mismo pasó hace un año: ``Los pescadores partieron antes, y la tragedia fue el l4 de septiembre''. Mencionó que este año ``salieron el día 11. A las 12 del día se había levantado la veda y a las 17 horas ya estaba todo mundo de regreso. Eso demuestra que no hay una verdadera planificación del recurso pesquero y humano'', advirtió.
Misa en Topolobampo
Hace un año el presidente Ernesto Zedillo dio la salida de la flota camaronera en la bahía de Topolobampo. Días después, cuando el luto cubrió cientos de hogares, este hecho fue bautizado en la comunidad como el banderazo de la muerte. Este año el encargo fue para Julia Carabias Lillo, secretaria de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca. Lo hizo en Guaymas, Sonora, un puerto de menor importancia comparado con Topolobampo o Mazatlán, donde la esperaban.
Pérez Virgen opinó que la funcionaria no acudió a Mazatlán porque ``no tuvo las agallas para enfrentarse a las viudas y hablar con ellas de mujer a mujeres''.
Cecilia Ramírez, dirigente de la cooperativa Unidas por el Mar, lo atribuyó a que ``es una irresponsable que no siente el sentimiento ajeno ni tiene corazón...''
En Topolobampo, considerada la segunda bahía más grande del mundo y donde hace un año se volcó la comunidad solidaria para auxiliar a las víctimas del naufragio, se programó para hoy una misa en honor de los muertos. Piensan realizarla a un costado de la bahía, en el Centro Cultural, sitio que sirvió de refugio para decenas de personas que pasaron días con la mirada en el mar en espera de sus familiares.
Ayer por la noche se recibió el pronóstico de que Fausto podría tocar tierra por aquí y se declaró el estado de alerta.
Lágrimas y una corona al mar
En Mazatlán habrá dos ceremonias en recuerdo de los muertos: por la mañana el ayuntamiento organiza un acto encabezado por el alcalde Alejandro Camacho. Ahí las viudas lanzarán una corona al mar.
Por la tarde, a un lado del muelle, en el Parque Bonfil se realizará una misa en honor a los pescadores muertos. Continúan organizadas 21 viudas exigiendo que el gobierno cumpla la promesa de darles cuatro navíos para su cooperativa.
Cecilia Ramírez, la misma mujer morena, delgada, con ojos grandes y cabello corto que hace un año lloraba en Topolobampo abrazada a una bolsa de plástico donde llevaba algunos documentos de su esposo y que reconoció el cuerpo en fotografías, estará hoy en el malecón.
La madre de cinco hijos recuerda que fue también en el muelle donde despidió a su marido en 1995. Días después viajó a Topolobampo, donde fue rescatado el cadáver de entre el lodo. Hoy, cerca del mar, difundirá un mensaje en nombre de las viudas.
La mujer, de 39 años, relata que cuando despidieron a sus esposos no sabían que el huracán Ismael estaba en el Pacífico y cerca de las costas donde se desarrolla la actividad pesquera. ``No teníamos preocupaciones. Hoy sabemos que llegó a la altura de las Islas Marías y las autoridades municipales, pesqueras y federales no hicieron nada; por eso hoy, en los muelles pesqueros y en muchas familias de los pescadores, se dice con justa razón que el presidente Zedillo fue mal asesorado por las autoridades de la Semarnap y de Comunicaciones y Transportes, y dio lo que hoy se conoce como el banderazo de la muerte en el puerto de Topolobampo''.