Colombia vive ``la anormalidad de siempre''; le gusta el conflicto: Samper Acusó al ex vicepresidente De la Calle de ``deslealtad institucional''
Efe, Ap, Afp y Reuter, Santafé de Bogotá, 13 de septiembre El presidente colombiano, Ernesto Samper, declaró que si bien nunca se puede decir ``que no hay ninguna circunstancia para renunciar'', reafirmó su decisión de terminar su mandato completo porque tiene un compromiso que tratará de cumplir.
En una entrevista con la televisión local, subrayó que la crisis política terminó en el país hace meses, ``aunque algunos quieren revivirla''. No obstante, admitió que ``la nación vive la misma anormalidad de siempre''. Y lo atribuyó a que se trata de un país ``dinámico, en ebullición, confrontacional, que le gusta el conflicto''.
Dijo que durante el último año se preguntó muchas veces si sería conveniente para Colombia su renuncia, e insistió en que si supiera que su salida iba a ser útil, entonces ``hace mucho tiempo'' que se hubiera ido. Añadió que en una democracia los problemas no se resuelven a golpes o tumbando un gobierno, sino confrontando diferencias en las urnas.
Tras afirmar que cuenta con amplio apoyo en las instituciones y la sociedad y de que subsistirá pese a los opositores, calificó la renuncia del vicepresidente Humberto de la Calle de oportuna, pero también como ``un hecho lamentable para el país y para la unidad del Partido Liberal'', en el poder.
El presidente, quien acusó a De la Calle de ``deslealtad institucional'', apuntó que el ahora ex vicepresidente se demoró un año en decir que hay una crisis de credibilidad y legitimidad, y en relación con que existía incapacidad de acción por el debate nacional sobre financiamiento con dinero del narco en la campaña presidencial de 1994.
Por otra parte, el gobernante manifestó que luego de años de denuncias sobre la participación de las guerrillas en el narcotráfico, en Estados Unidos se ha comenzado a comprender este problema. Indicó que esto quedó de manifiesto durante la reciente audiencia en el Congreso para la venta a su país de una docena de helicópteros artillados.
Samper, quien efectuó una visita a Florencia, la capital de Caquetá, afirmó que el narcotráfico es el principal problema que afronta Colombia, y aseveró que su gobierno lo combate por convicción y no por presiones de Estados Unidos. En esa línea, desestimó las últimas criticas de Robert Gelbard, funcionario estadunidense antinarcóticos.
Al asistir a una misa en memoria de los 27 militares caídos en combate durante el ataque de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) contra el cuartel de Las Delicias, situado en Putumayo, Samper pidió al grupo rebelde liberar cuanto antes a los 67 soldados que hizo prisioneros en aquella acción.
En las últimas horas se registraron combates entre guerrilleros y fuerzas del ejército en una zona rural de Necoclí, Antioquia, con saldo de cuatro rebeldes y dos soldados muertos. A la par, el grupo paramilitar de los hermanos Castaño se adjudicó el secuestro de tres familiares de un comandante del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Mientras, columnas de las FARC y del ELN lograron paralizar el transporte de carga y pasajeros y dejar incomunicados los departamentos de César y La Guajira, fronterizos con Venezuela. Estos grupos anunciaron que se proponen mantener el bloqueo en la zona hasta el domingo.
En Washington, el Departamento de Estado dio a conocer un comunicado en el que expresa su temor de que las guerrillas colombianas lleven a cabo ``operaciones hostiles'' en las siguientes horas en las proximidades de Santafé de Bogotá.
En su mensaje, en el que pide ``cautela'' a todos los ciudadanos estadunidenses que viajen o residan en la capital colombiana, apunta que el domingo podría ser el día más probable en que las guerrillas emprendan sus ataques.
Entre tanto, los jueces colombianos emitieron una protesta por considerar que se ha deslegitimado el fallo de un recurso emitido en la localidad de Albania, Caquetá, por el que se había ordenado el arresto de dos generales del ejército y que la Corte Suprema de Justicia revocó.
Un juez de Albania había sancionado a los generales Harold Bedoya y Néstor Ramírez por desacato al mantener barricadas que obstaculizaban el libre tránsito de manifestantes campesinos. Pero la Corte consideró que los jueces no deben impedir al ejército resguardar el orden público.