Se vulnera a la nación cuando los priístas están desunidos, afirma Oñate
José Ureña Durante 45 minutos, poder y partido olvidaron la sana distancia que prometieron en septiembre de 1994 e, inmersos en la unidad revolucionaria, se reiteraron fidelidades y anunciaron que caminarán del brazo.
``Los priistas volveremos al origen del ideal maderista para convertirnos en la vanguardia del avance democrático de México'', dijo el presidente Ernesto Zedillo tras elogiar el liderazgo de Santiago Oñate Laborde.
``Estamos convencidos en la necesidad de luchar junto a usted, con usted... El PRI le refrenda a usted, señor presidente, lealtad y compromiso'', le correspondió el jerarca priista ante el aplauso general.
Bajo el enlonado, ante una mirada de seguridad acaso superior a los 800 invitados al desayuno de la Unidad Revolucionaria, convivían gobernadores y asambleístas, senadores y diputados, dirigentes regionales y ex presidentes del partido.
El mandatario llegó a las 9 en punto. Oñate, Juan S. Millán, Fernando Ortiz Arana y Humberto Roque Villanueva le dieron la bienvenida. Todo era orden y pulcritud, con mesas y sillas adornadas en colores patrios, con manteles y flores verdes, blancas y rojas.
La línea no tardó. Apareció con la primera voz discursiva de la mañana. La teniente coronel Irma Hernández Cortés exculpó de responsabilidades a los gober- nantes priístas y por ende a la administración actual:
``Los nuevos desafíos de México surgen por rezagos acumulados en la atención de necesidades sociales, así como de nuevos problemas de origen tanto interno como externo, asociados al complejo mundo de nuestros días.
``Rezagos y problemas que no (se) deben cargar a la cuenta de la Revolución Mexicana; rezagos y problemas que existen a pesar de ella; rezagos y problemas que habremos de superar con la fuerza del pueblo y con la acción de las instituciones revolucionarias, para encontrar la unidad y el progreso''.
Siguió Oñate. Presentó a un partido fuerte, aunque no único. Ha habido elecciones en meses recientes en 13 estados. El éxito tiene una cifra que contrasta con 1995: los priístas obtuvieron 74 por ciento de cargos de elección.
Oñate:
``La adversidad electoral que por momentos enfrentamos se vio revertida en elecciones celebradas en Chiapas, Oaxaca, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala, Michoacán, Puebla, Yucatán, Baja California Sur, Quintana Roo, Hidalgo, San Luis Potosí y Nayarit.
``Disputamos democráticamente 196 diputaciones de mayoría relativa. La ciudadanía nos confió 157 curules. Contendimos por el triunfo en mil 97 ayun- tamientos. Por el voto popular, hoy somos gobierno en 869 de esos municipios.
``En resumen, de un total de 5 mil 592 cargos de elección popular de mayoría, el PRI obtuvo el triunfo en 4 mil 158. Es decir, en 74 por ciento....''.
``El presidente tomó la palabra a las 9:52. Agradeció apoyos, en especial de los legisladores federales, y habló de sí y del PRI en primera persona del plural:
``Queremos ser y trabajaremos para ser el partido que sabe analizar, pero también que sabe proponer; que sabe criticar, pero que también sabe construir.
``Queremos ser y trabajaremos para ser el partido que sabe prometer, pero que lo hace con responsabilidad para así poder cumplir.
``Queremos ser y trabajaremos para ser el partido de las mayorías, el partido de México, el partido del presente y el partido del porvenir de los mexicanos...''.
La gente salió satisfecha. ``¡Es la definición que queríamos oír!'', saltó en aplausos Mario Villanueva, gobernador de Quintana Roo.
Al poblano Manuel Bartlett le cambió la expresión: ``Es un mensaje muy claro, de definiciones precisas, y que ha sido acogido por el partido con mucho afecto. Creo que ha sido una reunión de mucha importancia...''.
En la euforia bartlista: ``Si este país tiene un sistema democrático, de participación de los partidos políticos, es porque nosotros hemos abierto las puertas... Nosotros hemos hecho la democracia en el país...''.
-¿Y Huejotzingo?
-... Fue un chantaje del Partido Acción Nacional...
Podría reproducirse cualquier declaración, todas iguales, todas de elogios a la nueva relación PRI-presidente.
-Pareciera que la sana distancia se acabó -dijo un reportero a Elba Esther Gordillo.
-No. Yo creo que se han puntualizado claramente las responsabilidades que a cada quien competen, sin claudicar principios, preservando el Estado de derecho...
En el alud de elogios, raro fue que se le preguntara a Guillermo Ortiz sobre el hostigamiento, la persecución que según algunos contribuyentes hay en contra suya.
-No se trata de estar hostigando a los contribuyentes. Se trata de que quienes manifiestamente han violado la ley, cumplan con sus obligaciones -se defendió el secretario de Hacienda y Crédito Público.
La gente se dispersó. El ánimo les cambió a los gobernadores, que subieron a con Oñate para ser invitados formalmente a la Asamblea Nacional. Se fueron como Zedillo:
-Nos vemos en la Asamblea.