La Jornada 15 de septiembre de 1996

El PRI, hacia el ideal maderista: Zedillo

José Ureña El presidente Ernesto Zedillo dijo ayer que ``algunos quisieran la debilidad del PRI, porque en la inestabilidad política ven la ocasión de ganar los espacios'' que no han logrado con militancias genuinas y voto popular.

Otros ``quisieran la debilidad del PRI porque sólo la desintegración de la sociedad los sacaría de su aislamiento, y sólo en ella creen poder convertirse en sus redentores. A esos, por supuesto, tampoco les daremos gusto''.

Y otros más ``quisieran la debilidad del PRI porque sólo en el vacío ideológico, la desunión y el encono creen tener la oportunidad de saciar su ambición de poder. Esos también permanecerán frustrados''.


Santiago Oñate, Ernesto Zedillo y Ramón Mota Sánchez,
en el Desayuno de la Unidad Revolucionaria.
Foto: Alfredo Estrella

Zedillo asistió al Desayuno de la Unidad Revolucionaria en la sede priísta y anunció ``una nueva etapa de respeto a la ley, de fortalecimiento de la justicia y la seguridad pública, y de convivencia en un auténtico estado de derecho''.

Los mexicanos, insistió, ``estamos decididos a avanzar hacia una nueva etapa de plena democracia'', de división entre los poderes, de transparente rendición de cuentas y de más recursos, atribuciones y responsabilidades a estados y municipios''.

Antes que él habló el dirigente nacional priísta Santiago Oñate Laborde, quien destacó el significado de la ley y de la convivencia armónica. ``Siempre que hemos avanzado, lo hemos hecho en la unidad, pero cuando la historia nos ha encontrado divididos, la nación se ha visto vulnerada''.

El presidente Ernesto Zedillo comenzó su discurso a las 9:52; manifestó que la emergencia económica fue superada y se impulsa ``un crecimiento que restituirá lo que nos arrancó la crisis'', y que paulatina pero firmemente responderá a las aspiraciones de bienestar de la población.

``Estamos resueltos a iniciar una nueva etapa en la que el crecimiento rápido y perdurable de la economía sustente una política social que apoye mejor a las personas, a las familias, a las comunidades, pero señaladamente a los que menos tienen''.

Con el esfuerzo y la participación de todos, ``los mexicanos estamos resueltos a iniciar una nueva etapa de respeto a la ley'', de plena democracia, con equilibrio entre los poderes, transparente rendición de cuentas y asignación de más recursos, atribuciones y responsabilidades a estados y municipios.

Más adelante destacó el cumplimiento de su compromiso con los partidos de oposición, ``escuchando con atención y respeto sus opiniones, pero expresando con convicción las del gobierno; reconociendo sus ideas y propuestas, pero defendiendo con claridad las del gobierno''.

En la reforma electoral en marcha, ``el gobierno de la República ha cumplido su parte'', pero el mérito corresponde a los partidos. No hubiese sido posible ``sin la convicción democrática y la participación abierta y resuelta de los priístas'', en especial ``la iniciativa, el talento y la perseverancia de Santigo Oñate'', a quien describió como coautor esencial e indiscutible.

A continuación habló de la identificación, unión y corresponsabilidad que hay entre él y el PRI. ``Algunos quisieran que la relación entre el Presidente de la República y el PRI fuera de avasallamiento e intromisión, para entonces poder reclamar y aprovechar que no se distinguen los límites entre partido y gobierno, pero no les daremos gusto''.

Entre sí hay, asentó, una ``profunda afinidad de principios, de respetuosa convergencia de voluntades, de comunicación fluida y constante'', pero el partido tiene sólo ``el apoyo que con estricto apego a la ley, con transparencia y con el mayor republicanismo, puedo ofrecer desde la Presidencia de la República, y el mejor apoyo que puedo dar a nuestro partido es cumplir el programa que nos trazamos''.

Agradeció el respaldo de la militancia a su gobierno, y en especial el de los legisladores federales, ``que se la han jugado en todo momento con gran convicción, con gran pasión, con el Presidente de la República''.

También se refirió a los cambios de la sociedad mexicana, y convocó a su partido a ``una transformación que reivindique y vigorice la lucha por la democracia que inició Madero. Una transformación que haga de la democracia nuestro estandarte para las contiendas de hoy y nuestro legado para los mexicanos del mañana''.

La democracia, alentó Zedillo, es ``la base política del crecimiento económico y de una vida social regida por el derecho''. Los priístas, insistió, ``volveremos al origen del ideal maderista para convertirnos en vanguardia del avance democrático de México''.

Finalmente, insistió en el compromiso de su partido con ``una nueva ética política que sea implacable contra la corrupción y el abuso del poder. Una nueva ética que exige absoluto apego a la ley e inquebrantable honestidad en el ejercicio del servicio público y en la aplicación transparente de los recursos para toda la ciudadanía''.