La Jornada 17 de septiembre de 1996

Denuncia Félix Salgado que intentaron apresarlo como guerrillero

Raúl García, corresponsal, Chilpancingo, Gro., 16 de septiembre ``Si no fuera senador de la República, ahorita estaría encarcelado como guerrillero del Ejército Popular Revolucionario'', dijo el legislador federal guerrerense Félix Salgado Macedonio al relatar la forma en que supuestos agentes federales intentaron detenerlo, lo agredieron y le plantaron un rifle AK-47 para vincularlo, sin saber quién era, con ese grupo armado.

Salgado Macedonio trató de interponer una denuncia penal ante la agencia del Ministerio Público Federal con sede en Iguala, pero el titular, Gabriel Godínez Ponce, lo citó para otro día porque era ``día inhábil''.

Según la versión del senador perredista, los hechos ocurrieron de la siguiente forma: viajaba de Ometepec hacia Iguala, donde encabezaría la ceremonia perredista del Grito de Independencia.

Al pasar por Chilpancingo, Salgado Macedonio hizo una escala para encontrarse con René Lobato, miembro de la dirigencia estatal del PRD. Allí compró en un taller un jeep en 9 mil pesos.

Para continuar su camino hacia Iguala, él mismo manejó el jeep, y su chofer, Tomás López García, condujo la camioneta del senador en la que ambos viajaban desde Ometepec.

Doce kilómetros antes de Iguala se ponchó una de las llantas del jeep, que no traía repuesto, por lo que su ayudante viajó en la camioneta a Zacacoyuca, el poblado más cercano, a buscar una vulcanizadora. El legislador decidió esperarlo al lado de la carretera, junto a un huamúchil. Traía consigo su celular, una botella con agua y un ejemplar de La Jornada.

Minutos después una camioneta Nissan, de color blanco, doble cabina, vidrios polarizados, sin placas, con una pequeña bandera nacional en la antena, se detuvo detrás del jeep estacionado al costado del camino. Bajaron cinco individuos y otro más permaneció al volante.

El que venía a un lado del conductor se acercó a él y los otros cuatro se dispersaron. ``¿Qué te pasó?'', le gritó el que caminaba hacia Salgado Macedonio. ``Nada, se me ponchó un llanta'', respondió el senador, quien ya había notado en la cintura del presunto judicial una placa dorada con las siglas de la Procuraduría General de la República.

Ya frente a él, el agente sacó su pistola y le espetó: ``Conque leyendo propaganda subversiva, ¡párate hijo de la chingada, tú eres del EPR!''. En ese momento el judicial lo tomó violentamente del cuello de la camisa y lo obligó a levantarse mientras los otros cuatro lo cercaban por atrás, apuntando hacia él sus armas y cortando cartucho.

Salgado trató de explicarles que era un error y se quiso identificar cuando el que dirigía al grupo le volvió a gritar, señalando el teléfono celular: ``¡Cómo no hijo de la chingada, te estabas comunicando con los del EPR, y mira lo que tienes allí!''. El senador volteó hacia el huamúchil y descubrió que uno de los agentes que lo rodeó por la espalda había colocado junto al árbol un cuerno de chivo con doble cargador. En ese momento recibió un puñetazo en el abdomen.

Cuando se repuso, logró sacar del bolsillo su identificación. El aparente jefe del grupo cambió de inmediato su actitud y le ofreció ``mil disculpas por el error'', y le informó que eran un grupo especial de la Policía Judicial Federal proveniente de la ciudad de México.

Enojado, Salgado Macedonio devolvió los insultos y les exigió que le dijeran su nombre, pero los judiciales se retiraron de inmediato y se llevaron el AK-47. ``Eran altos, gordos, güeros y hablaban como norteños'', describió el legislador