Dispareja reforma en el gobierno: Zedillo
Elena Gallegos Los mexicanos ya no están hoy dispuestos a que la autoridad los convoque a realizar más esfuerzos si el propio gobierno no da muestras claras de su voluntad para renovarse al parejo de la sociedad, dijo el presidente Ernesto Zedillo ante cientos de servidores públicos.
Adelantó que, por lo anterior y en el marco de la reforma del Estado, una de las más altas prioridades es la reforma del gobierno para hacer eficiente la administración pública y desterrar trámites y normas que propician la corrupción.
Enseguida, precisó que es necesario tener cuanto antes un organismo autónomo y con amplias facultades para evaluar y fiscalizar la gestión pública y el ejercicio del gasto.
Recordó que desde diciembre de 1995 envió al Congreso la ini-ciativa de ley para crear ese órgano superior de fiscalización, y reiteró su compromiso de dar mayor fortaleza y libertad de acción a las contralorías internas de las dependencias públicas.
En un acto que se efectuó ayer por la mañana en el salón Adolfo López Mateos de Los Pinos, y en el que entregó los premios que otorga año con año el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), el Presidente convino en que si bien ya hay importantes avances en la reforma del Estado, ``no estamos aún satisfechos. Por el contrario, estamos resueltos a ir todavía más adelante''.
Insistió en que la reforma del Estado es un proceso irreversible que renueva el pacto federal; establece reglas claras para la competencia política; estimula la participación social y respalda el despliegue de la energía creadora y productiva de los mexicanos.
Más adelante, el jefe del Ejecutivo apuntó que uno de los principales objetivos de la reforma del Estado es, precisamente, el de transformar y modernizar el ejercicio de la gestión pública.
Zedillo sostuvo que el vigor y la eficiencia de las instituciones públicas es requisito indispensable para alcanzar un desarrollo justo y equilibrado de los municipios, estados y regiones. ``El funcionamiento eficaz y efectivo del Estado mexicano hoy en día reclama un profundo ajuste en sus estructuras para adecuarlas al ritmo y a la demanda de la dinámica social contemporánea''.
Enumeró entonces los avances de la reforma del Estado, logrados en lo que va de su administración, desde la reforma al Poder Judicial hasta los acuerdos para la reforma política -aquí atribuyó el mérito a las fuerzas representadas en el Congreso-, y aseguró que en ese contexto son también fundamentales los procesos de descentralización de los servicios educativos y de salud, entre otros.
Fue entonces cuando habló de la importancia de la reforma del gobierno dentro de la reforma del Estado y dijo que aquella competía a todos: a los ciudadanos, a las organizaciones sociales, a las instituciones académicas y a los poderes del Estado, señaladamente a los servidores públicos. Repitió que la sociedad reclama una administración pública moderna, eficiente y accesible, que impulse el crecimiento de la economía y facilite el avance de la democracia.
La sociedad quiere también, continuó, una administración pública plenamente honesta y abierta a un servicio oportuno y flexible que utilice de la mejor manera los recursos de la nación, los recursos que son del pueblo.
Se refirió por eso al compromiso de su gobierno para eliminar y racionalizar, del lado de la sociedad y de los productores, todas aquellas prácticas, trámites y normas que propician ineficiencia o corrupción. ``En ese camino nos empeñamos en fomentar la dignificación y la profesionalización del servicio público'', dijo.
Fue el presidente del Consejo Directivo del INAP, Adolfo Lugo Verduzco, quien mencionó los nombres y los méritos de los premiados. José María Ramos y su trabajo ``Desarrollo Regional y Relación Transfronteriza: el caso México-California'', obtuvo el primer lugar; José de Luna Martínez el segundo por su texto ``Economía Política de la Privatización de Empresas Públicas en México: el caso de Teléfonos de México''.
Se otorgaron además menciones para Juan Miguel Ramírez Zozaya y Luis Arturo Méndez Reyes. Lugo Verduzco dijo que la sociedad civil plantea como demanda persistente un servicio público caracterizado por el respeto a un conjunto de valores que conformen un código de ética institucional y que en esa tarea el Ejecutivo contará con el apoyo del INAP