La Jornada 19 de septiembre de 1996

Prófugos, los empresarios Juan Sarquís y Alfredo Hakim

Juan Manuel Venegas, Antonio Castellanos y Ciro Pérez Desde el viernes de la semana pasada son prófugos de la justicia los empresarios Juan Bernardo Sarquis Rodríguez, considerado el zar de los estacionamientos en la capital del país, y Alfredo Hakim Aburto, presidente del consejo de administración y socio mayoritario de Inmobiliaria Fumisa y GIH Estudios y Proyectos.

Ese día, el 13 de septiembre, el juez quinto de distrito de la ciudad de México, Alberto Pérez Dayán giró la orden de aprehensión en contra de los empresarios, acusados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de los presuntos delitos de evasión y defraudación fiscal por 8 y 11 millones de pesos, respectivamente.

A cinco días que el juez Pérez Dayán ordenara su captura, la Procuraduría General de la República (PGR) no ha logrado su aprehensión y, según trascendió en fuentes de la PJF, Sarquis Rodríguez y Hakim Aburto habrían abandonado el país. Hasta ayer ninguno de los dos había sido ubicado por la policía mexicana.

En el operativo policiaco desplegado para la detención de Hakim Aburto, responsable de las obras de ampliación del aeropuerto de la ciudad de México y que actualmente tiene la concesión de los locales comerciales del área internacional de la terminal aérea, los agentes federales lograron el mismo viernes 13 la captura de Eli Mauricio Bello Virues, uno de sus principales socios y representante legal de las empresas de Hakim Aburto.

Bello Virues fue trasladado inmediatamente a la sede del juzgado quinto en el Reclusorio Norte, donde permaneció hasta el martes, cuando el juez decidió concederle el beneficio de la libertad bajo fianza.

La SHCP informó que a través de diversas auditorías se comprobó que en sus declaraciones por el ejercicio fiscal de 1995, Hakim Aburto manifestó pagos provisionales de los impuestos al Valor Agregado, Sobre la Renta y al Activo, que nunca efectuó. Adeuda por estas omisiones 11 millones de pesos.

Con respecto a Juan Bernardo Sarquis Rodríguez, presidente del consejo de administración de la empresa Estacionamientos de la Ciudad de México, las auditorías practicadas por Hacienda revelaron que durante el año pasado retuvo a sus trabajadores el Impuesto sobre la Renta, sin reportarlo a las autoridades.

Asimismo, la querella en su contra expone que en su declaración anual del Impuesto al Valor Agregado por el mismo ejercicio, disminuyó el gravamen a su cargo y asentó falsamente pagos provionales. Su adeudo al fisco federal es de 8 millones de pesos.

Las autoridades hacendarias lamentaron la incidencia de estos hechos y recordaron a los contribuyentes que institucionalmente realizan esfuerzos de simplificación para otorgar facilidades a los contribuyentes, a fin de que corrijan su situación fiscal y eviten ser sancionados de acuerdo a lo que establece la ley.

Por último anunció que continuará con el programa intensivo de revisiones fiscales para comprobar el correcto cumplimiento de las obligaciones tributarias tanto del impuesto al Valor Agregado y Sobre la Renta y en otras contribuciones.

Agregó que se pondrá énfasis en lo que se refiere a pagos provisionales, que han sido falseados por algunos empresarios, destacando en los últimos días los casos del presidente y director general de El Universal, Juan Francisco Ealy Ortiz; el ex campeón mundial de boxeo y empresario, Julio César Chávez (aún prófugo), y los recientes casos de Sarquis Rodríguez y Hakim Aburto.


Sarquis, un hombre con el poder para congelar una ley de estacionamientos

Con el control de más de 90 por ciento de los estacionamientos instalados en la ciudad de México y beneficiario directo de las políticas de encarecimiento tarifario de los mismos, Juan Sarquis y sus familiares poseen un poder que fue capaz de congelar, ya aprobado por la Asamblea de Representantes, el reglamento de estacionamientos con el que se le pretendió meter en cintura.

Hoy perseguido por la justicia, acusado de fraude fiscal, Juan Sarquis puede ser catalogado como ``un integrante del proletariado de los ricos'' de México, que hizo su fortuna entre amigos y compadres en los diferentes niveles del gobierno capitalino, hasta antes de la actual administración.

Su fortuna, aunque cuantiosa, difícilmente podría contender en magnitud con la amasada en los últimos años por los capitanes de empresas relacionadas con el medio financiero. El origen de la riqueza del llamado zar de los estacionamientos se ubica propiamente a fines de los setenta, cuando al amparo del ex regente Carlos Hank González, de quien se dice compadre, obtuvo 70 concesiones administradas por él, sus familiares y colaboradores cercanos.

Hombre de la calle, Juan Sarquis fue señalado reiteradamente como evasor de impuestos y contribuciones a la Tesorería de la ciudad e, incluso, en varias ocasiones fue requerido por administraciones anteriores a la actual para responder a diversas multas y requerimientos. Nada pasó.

Con la demanda interpuesta ayer en su contra por la Secretaría de Hacienda, por evasión fiscal, esta es la primera ocasión en que el zar de los estacionamientos se encuentra frente a la ley. Ahora se encuentra prófugo de la justicia federal.

Alfredo Hakim Aburto, un ingeniero civil de carrera graduado en la Universidad Autónoma de Veracruz, constituyó en 1976 su primer empresa constructora, la base de lo que a la larga fue el Grupo Industrial Hakim y de la Inmobiliaria Fumisa.

Empresario modesto, Hakim cobró relevancia a mediados del sexenio pasado cuando obtuvo del gobierno del ex presidente Carlos Salinas de Gortari la concesión para hacerse cargo de la ampliación del área internacional del aeropuerto de la ciudad de México, así como de la construcción de los estacionamientos que se ubican frente a la terminal aérea capitalina.

Sus empresas se hicieron cargo de la remodelación de los aeropuertos de Manzanillo, Tijuana y Guadalajara, entre otras obras, de acuerdo con informes extraoficiales.

Es, también, propietario de la totalidad de los locales comerciales ubicados en el área internacional del aeropuerto capitalino (Juan Antonio Zúñiga M.