El salinato, al banquillo
Se eliminará el liberalismo social de la Declaración de Principios
José Ureña La dirigencia priísta decidió dejar en libertad a su militancia para discutir, durante la 17 Asamblea Nacional que comenzará esta noche, la situación del ex presidente Carlos Salinas de Gortari como militante del PRI.
Por su parte, el proyecto de Estatutos que se presentará a votación a los 3 mil 731 delegados disminuye la rigidez para los aspirantes a presidente de la República, y con ello abre posibilidades a todos los integrantes del gabinete, pues cualquier secretario de Estado puede incorporarse en algún momento al Consejo Político Nacional (CPN) sin dejar el cargo administrativo que ostente, y de esa manera tener pleno derecho a contender internamente por la postulación como candidato al Ejecutivo.
El proyecto de norma interna no presenta novedades, salvo la eliminación del vicepresidente y las dos secretarías generales previstas para el nuevo Comité Ejecutivo Nacional que contenía el borrador llevado a los 300 distritos y las entidades federativas para su discusión.
En cuanto a la industria petroquímica, esta mañana habrá una reunión en la sede del partido para que el dirigente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) decida a qué mesa llevará su petición de apoyo.
El Comité Ejecutivo considera que la exigencia de conservar en poder del Estado las plantas petroquímicas puede encajar en dos documentos: la Declaración de Principios o el Programa de Acción.
La idea incluye una certidumbre: se someterá a votación si el partido apoya o no la venta de las 61 plantas que el régimen de Ernesto Zedillo ha programado para allegarse recursos y, al decir del gobierno, permitir la modernización de la industria.
Asimismo, aclaró que la prohibición de las ``alusiones personales'' no pretende retirar de los trabajos la discusión sobre el ex presidente. Se refiere a eventuales agresiones entre oradores y militantes, no a gobernantes actuales o pasados.
Tampoco habrá novedad sobre el caso Colosio. Se aprobará un reclamo de justicia y eventualmente habría críticas a la forma en que el panista Fernando Antonio Lozano Gracia maneja la Procuraduría General de la República (PGR), su falta de información y las malas investigaciones seguidas hasta ahora.
La censura podría iniciarse en el discurso de inauguración de Santiago Oñate, con manifiestos que se aprobarían en las cuatro mesas en que se dividirán las discusiones sabatinas: doctrina y principios, compromisos del PRI ante la sociedad, nuevos documentos y propuestas del partido, y normas de organización partidaria.
De la Declaración de Principios se eliminará el liberalismo social, descubrimiento salinista que se anexó en la 16 Asamblea efectuada en Aguascalientes, al que se ataba al PRI desde el sexenio pasado. En lugar de ello, ese partido será declarado afín al nacionalismo revolucionario.
En tanto un equipo encabezado por Oñate, Juan S. Millán y César Augusto Santiago elaboraba los cuatro documentos base, la Secretaría de Información y Propaganda anunciaba que asistirán, además de los 3 mil 731 delegados elfectivos, 372 delegados fraternales, 201 invitados internacionales, 96 diplomáticos y mil 300 invitados especiales.
Por su parte, el agrupamiento Democracia para el Cambio exigió ``una reforma incluyente, de fondo, que ubique al PRI en el centro de la transición democrática. Si la 17 Asamblea resulta una farsa, no sólo estaremos engañando a la sociedad, sino que también podríamos anular los esfuerzos nacionales de cambio''.
Contra este pesimismo, el secretario de Finanzas, Octavio West, dijo que la oposición pagará los resultados de la Asamblea. ``Tendrá que enfrentar en el futuro a un partido renovado, con nueva mística y una actitud de trabajo comprometido con México'', insistió el también legislador.
Aunque los trabajos se prevén en orden, los preparativos se toparon antenoche con un riesgo de escición. Iba a comenzar la reunión del Consejo Político Nacional para anunciar el reglamento de la Asamblea cuando alguien informó al cetemista Fidel Velázquez que los documentos eliminarían el reconocimiento a los sectores como pilares del partido. Amenazó con irse. Lo convencieron y se quedó.
Luego vino un segundo conflicto. Se negoció la designación de Elba Esther Gordillo como presidenta de la mesa que discutirá los Estatutos, pero buena parte de los consejeros y el propio Fidel Velázquez se opusieron, dada su filiación de tinte oposicionista en los grupos San Angel y Compromisos con la Nación.
Se les convenció del mensaje: ``Se le designa porque está de este lado, no en contra del PRI''. No muy conformes, pero aceptaron. Elba Esther presidirá los trabajos, acaso donde se den los mayores debates, pero no por voto de toda la militancia.