Chapultepec, en la precariedad financiera; mina de oro para otros
Raúl Llanos Samaniego/I parte Con un presupuesto anual de 21 millones de pesos, el bosque de Chapultepec enfrenta hoy una severa restricción financiera para poder mantener las 650 hectáreas que lo componen, lo que obliga a destinar tan sólo 27 centavos para vigilancia, reforestación y mantenimiento de cada metro cuadrado de área verde.
Muchos cobros por las concesiones otorgadas en el bosque se han rezagado a lo largo de los últimos años. Los quioscos de comida, por ejemplo, cubren mensualmente una renta de 10 centavos, y muchos de ellos tienen atraso de hasta un año y medio, en tanto los particulares que operan el servicio de bicicletas pagan de 20 a 25 pesos cada mes.
De igual manera, el número de comerciantes ambulantes se ha incrementado, y mientras el Bosque de Chapultepec cuenta con 730 trabajadores -entre guardabosques, vigilantes, personal de limpia, jardineros y administrativos- los vendedores suman 2 mil 500, y sus dirigentes han impuesto ``cotos de poder'', con la firme intención de llevarse la mayor tajada de un pastel que implica ventas semanales hasta por 10 millones de pesos.
Otro de los problemas de esa extensa área verde es la carencia de agua, principalmente para el riego de los árboles. De acuerdo con información de la Coordinadora General del Bosque de Chapultepec, los mantos acuíferos están muy contaminados y en los últimos años han bajado de 12 a 15 metros.
La delegada en Miguel Hidalgo, María Esther Sherman Leaño, precisa que ese lugar de recreo se reciben anualmente a 80 millones de personas, y los fines de semana a casi un millón 600 mil visitantes por las tres secciones.
En entrevista con La Jornada, María Luisa Mendoza, responsable de la administración del lugar; Eugenio López Negrete, subcoordinador, y Yolanda Contla, asesora de la Coordinación, hablan de los principales problemas del bosque, pero también de retos y soluciones a corto plazo.
Todos coinciden en que frente a esas situaciones ``se puede decir que estamos haciendo un milagro, pues con el personal y los recursos con que se cuentan, esta zona muestra una situación muy aceptable, aunque claro, que puede mejorarse''.
Consideran que los problemas son enormes y en ellos tienen mucho que ver los visitantes, ya que con sus actitudes contribuyen, por ejemplo, a la degradación de los árboles, de las plantas y las áreas verdes, pero también fomentan la proliferación de vendedores ambulantes.
La ganancia de los ambulantes
Eugenio López Negrete, subcoordinador del bosque, expresa que dentro de las tres secciones operan cerca de dos mil 500 ambulantes. De estos, cerca de 700 tienen cédulas que otorgaron antiguamente en la delegación; 500 más son tolerados, a quienes se les ha permitido vender ahí.
El resto, menciona, los llamados toreros, entran al bosque sin permiso. En su opinión, el manejo por los espacios ha llevado a la formación de ``cotos de poder'' entre los dirigentes de los ambulantes del bosque de Chapultepec.
Así como hay aquellos que quieren trabajar, dice, hay otros líderes que ``lo único que pretenden es regentear a esa gente, vender espacios, manejar a los comerciantes como si fueran esclavos y cobrarles por ocupar un pequeño espacio''.
María Luisa Mendoza indica que esos dirigentes: ``se concretan a invadir áreas que no les corresponden, como los estacionamientos o los accesos a los museos. En el parque recreativo La Feria, por ejemplo, los puestos están invadiendo poco a poco el estacionamiento, y ahora hasta amenazan con cerrar este parque si son desalojados, cuando gracias a La Feria es que obtienen dinero de la gente''.
Añade que la falta de control de esos vendedores ha estado relacionada con el cada vez menor número de personal, pues mientras hace ocho años tenían una planta laboral de mil 200 trabajadores, hoy son 734. ``Es patético que este grupo mínimo atienda a las 650 hectáreas de bosque''.
Al respecto, Mendoza cita que los reglamentos vigentes, que datan de 1986, establecen que por cada retiro, jubilación o muerte, la plaza vacante desaparece, ``esas son las reglas aprobadas por el DDF y a ellas nos atenemos''. Esto ocasiona que cada jardinero tenga que cortar cuatro mil metros de pasto o que los barrenderos limpien más de mil metros cuadrados diarios.
Eugenio López puntualiza que hay sólo 192 guardabosques y 54 efectivos de la Policía Bancaria e Industrial, lo que implica que cada sección del bosque -de 200 hectáreas en promedio- tenga 40elementos de seguridad y sólo 30 por ciento de ellos tiene equipo de radiocomunicación.
Rentas de 10 centavos
El gobierno capitalino ha autorizado la concesión de diversos centros de recreo, restaurantes, quioscos y otros servicios. Entre los principales están: Restaurante del Lago, Café del Bosque, La Ola, Atlantis, La Feria, el Lienzo Charro, Club Hípico y Arquería, Foro Cultural, la Federación de Jardinería, la renta de bicicletas y lanchas, entre otros.
El subcoordinador del bosque explica que algunos contratos datan de muchos años atrás, como en el caso de los quioscos, que pagan algunos 10 centavos de renta mensual, y aún así tienen atraso en sus pagos de hasta un año y medio, y hay otros como las bicicletas que pagan de 20 a 25 pesos.
La cuestión, dijo, es que fueron acuerdos establecidos por la Dirección de Patrimonio Nacional (que ya no existe), la cual dio las autorizaciones y no se notificaba a la administración del bosque. Sin embargo, nunca se actualizaron esos pagos, de los cuales para ese lugar sólo se destina un máximo de 60 por ciento, y el resto va a la Tesorería de la Federación, entonces en la medida en que menos paguen, menos dinero se recibirá en Chapultepec.