En Michoacán, un tercio de los contagiados habían emigrado a EU
Teresa Gurza, corresponsal, Morelia, Mich. Una tercera parte de los 816 casos de sida registrados en la entidad entre 1985 y 1996 corresponden a michoacanos que emigraron a Estados Unidos. Se calcula que en forma legal o ilegal hay entre dos y tres y medio millones de michoacanos trabajando en aquel país.
Contra la idea generalizada, dada la tradicional migración rural, la mayor incidencia de esta enfermedad se da en zonas urbanas de Michoacán.
De acuerdo con datos proporcionados por Hermenegildo Salazar Serrano, jefe del Departamento de Control de Enfermedades de Trasmisión Sexual de los Servicios Coordinados de Salud en la entidad, fue en 1985 cuando se notificaron los primeros casos en el estado, pero sólo se supo que se trataba de sida por los certificados de defunción, lo que impidió darles seguimiento. Hay, sin embargo, la presunción de que en todos ellos hubo la coincidencia de que los enfermos habían emigrado a Estados Unidos.
De 1985 a 1986 la tendencia de casos de sida fue de crecimiento lento. De 1987 a 1992 los casos se triplicaron. A partir de 1992 y gracias a las campañas oficiales que han repercutido en una mayor educación, la incidencia se ha reducido.
Durante los seis primeros meses de 1996 fueron notificados 78 casos.
Del total de los 816 casos detectados, por cada seis hombres contagiados hay una mujer, o sea que ha habido 707 michoacanos hombres enfermos de sida y 109 mujeres. El 66 por ciento de estos enfermos ya murió.
Tanto en hombres como en mujeres la mayor proporción, el 75 por ciento, se da en el grupo de población de entre 20 y 44 años, en plena edad productiva.
Por regiones, las de mayor incidencia de casos son la Primera Circunscripción Sanitaria, correspondiente a Morelia y municipios aledaños, que tienen 313 de los 816 casos. El segundo lugar lo ocupa la Segunda Circunscripción, con sede en Zamora y sus municipios vecinos, con 121 casos, y el tercer lugar lo tiene la Quinta Circunscripción, que abarca Uruapan y los municipios colindantes.
En cuanto a la incidencia por municipios, Aporo, Morelia, Santa Ana Maya, Lagunillas, Ario de Rosales, Mújica, Queréndaro, Taretan, Zamora y Jiquilpan, en este orden, son donde más casos se han presentado en relación con el número de sus habitantes.
Del total de 816 casos, 795 corresponden a enfermos adultos. El 84.26 por ciento de ellos se contagió por transmisión sexual, de modo que el principal reto para las autoridades de salud es lograr que sus campañas de educación a la población y concientización sobre lo que es el sida sean de tal modo eficaces que reduzcan los casos.
Actualmente estas campañas se realizan en todo el estado por medio de pláticas en escuelas, centros de trabajo y lugares públicos de reunión, sobre todo en los municipios de alta incidencia y en sitios de alto riesgo en donde, además de repartir condones en forma gratuita, se colocan carteles con advertencias sobre las formas de contraer la enfermedad y cómo no contraerla.
En la categoría de los contagiados por transmisión sexual, 179 de los casos corresponden a homosexuales masculinos, 168 a bisexuales masculinos y 290 a heterosexuales, lo que muestra que el problema se ha incrementado en el grupo heterosexual.
Michoacán ocupa el noveno lugar nacional en casos de sida, y el decimocuarto en cuanto al número de casos por habitante.
El hecho de que sólo en el 13.23 por ciento de los casos en adultos el sida haya sido ocasionado por transmisión sanguínea, indica que esta forma de infección está ya bajo control, en virtud del programa de donadores altruistas, y no se han registrado nuevos casos.
Entre 1985 y junio de 1996 fueron detectados 21 casos de sida pediátrico; 14 de niños y siete en niñas; en el 60 por ciento la infección fue por vía perinatal y en el 4 por ciento por transfusión de sangre, la mayor parte de estos niños eran hemofílicos; en un caso no se supo el origen del contagio.
La emigración de los michoacanos a Estados Unidos es muy alta; se calcula que en forma legal o ilegal hay entre 2 y 3 y medio millones de michoacanos trabajando en el país del norte; el hecho de que la mayor parte de los que se van en busca de trabajo y mejores condiciones de vida lo hacen sin papeles migratorios, impide que haya información completa al respecto.
Sin embargo, estudios hechos en los 816 casos de michoacanos contagiados, indican que en 256 hubo antecedentes de migración a Estados Unidos. En esta estadística 245 casos fueron de hombres y sólo 11 de mujeres; ésta es casi la proporción de emigración entre los dos sexos. También en estos casos la mayor parte de los enfermos, casi el 82.5 por ciento, corresponden al grupo de edad entre 20 y 44 años. El mayor porcentaje de los emigrados contagiados lo fue cuando tenían entre 30 y 34 años.
También entre la población emigrada que contrajo sida la máxima incidencia está en los municipios de Morelia, Uruapan y Zamora, a los que hay que agregar los de Apatzingán, Zacapu y Tarímbaro. Estos seis municipios juntos tienen el 48 por ciento de los casos. En los emigrados la transmisión se originó en lugares fuera de Michoacán, principalmente en Estados Unidos, aunque, dice el doctor Hermenegildo Salazar Serrano: ``también puede suceder que se vayan ya infectados de aquí y que sólo hasta que vuelven ya con los síntomas sea detectado''.
Algunos de ellos o no saben de su enfermedad o la ocultan y llegan a sus pueblos del estado de Michoacán sólo a morir. Conociéndose que estaban enfermos sólo por el certificado de defunción que se les expedía a sus familiares.
De los emigrados contagiados con el virus de inmunodeficiencia humana ya han muerto 164.
No se puede asegurar, dice el doctor Salazar Serrano, que haya casos de sida sin haber sido notificados. Añade que el personal de salud en todo el estado está capacitado para una detección oportuna del sida a fin de que un enfermo ya infectado no siga transmitiendo el virus.
Parte de su tratamiento consiste en indicaciones dietéticas, sicológicas y sanitarias, así como medicamentos para las diferentes enfermedades oportunistas, y todo lo que pueda redundar en una mejor calidad de vida.
El doctor Salazar declina precisar a cuánto asciende el costo del tratamiento para los pacientes con sida, pero advierte que es muy variado y que es pagado en parte por el enfermo luego de que se le hace un estudio socioeconómico. En cuanto a las críticas, pocas por cierto, que hacen las organizaciones sociales no gubernamentales acerca de lo que consideran insuficiente atención que se da a los seropositivos, el doctor Salazar indica que lo importantes es sumar, ``como se está haciendo, los esfuerzos del sector oficial y el privado para contar con mayores recursos''.
Renuentes a hablar de sus vida y enfermedad, algunas personas infectadas, sobre todo emigrados, aceptaron sin embargo responder a algunas preguntas respecto a la forma y lugar de contagio.
De cuatro entrevistados, directamente o por datos de sus parientes, tres piensan que se contagiaron en la frontera entre México y Estados Unidos, por relaciones con sexoservidores de ambos sexos de origen mexicano; dos de ellos no precisaron la ciudad, el tercero dijo que piensa que pudo haber sido en Tijuana, ``antes de pasar al otro lado''. El otro entrevistado aseguró que fue infectado por un estadunidense homosexual en un campamento de trabajo en California.