El plan económico, firme aun con mil paros: Menem
Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 25 de septiembre Un ambiente caldeado se vive aquí, a un día de la huelga general de 36 horas convocada por la Confederación General del Trabajo en rechazo al drástico proyecto de reforma laboral del gobierno, luego de que el presidente Carlos Menem asegurara nuevamente que ``aunque hagan mil paros voy a seguir adelante con el plan'' económico neoliberal.
A su vez, voceros del Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtieron desde Estados Unidos que Argentina ``debe mantenerse en el camino tomado'', sin variar su política económica.
El gobierno decidió ``neutralizar'' las calles que rodean a la Plaza de Mayo, frente a la casa de gobierno, con un dispositivo que involucrará entre mil 800 y 4 mil hombres ``y vehículos de toda clase''. Pero la CGT, su aliado, el Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA) y el opositor Congreso de los Trabajadores Argentinos (CTA), dispondrán de seguridad propia.
Al mediodía de este jueves 26 de septiembre comenzará el paro, y el transporte garantizará la llegada de los manifestantes hasta las cercanías de la Plaza de Mayo. ``Así no va más'', rezan los carteles de la CGT, cuya protesta tuvo como detonante el proyecto de flexibilización laboral apoyado por los empresarios locales y los ``gurúes'' de los organismos financieros.
La embestida empresarial no hizo sino aumentar la indignación general, ya que incluso se pretende modificar o eliminar el artículo 30 de la Ley de Contratación de Trabajo, dejando libre a la suerte el destino de los asalariados.
En este ambiente ``ya no puede convencer a nadie el argumento de Menem, quien asegura que no se puede hacer otra cosa'' ante las disposiciones del FMI, y por lo tanto decidió sacrificar a su país, del que ya no queda casi nada'', señalan los dirigentes sindicales.
Las encuestas oficiales revelaron hoy que más de 60 por ciento de la población apoya el paro, y que un 50 por ciento lo acatará, pero los sondeos privados estiman que entre 70 y 89 por ciento aprueba la huelga y que el acatamiento será muy importante, ya que los indicadores preliminares superan al del paro del pasado 8 de agosto.
Con el desempleo histórico más alto del país (17.1 por ciento en cifras oficiales), los nuevos ajustes no sólo precarizarán el trabajo, sino que arrojarán a corto plazo a más de 30 mil agentes públicos a las calles, según fuentes gremiales.
En la tarde, el ministro del Interior, Carlos Corach, citó a los empresarios del transporte público, quienes amenazaron con medidas duras ``incluyendo el despido'', a los choferes que no se presenten a cumplir tareas, mientras el ministro de Trabajo, Armando Caro Figueroa, advirtió que se adoptarán ``las sanciones que correspondan'' si no se prestan los servicios mínimos.
En tanto, el enfrentamiento entre sectores del justicialismo es evidente. Las nuevas medidas gubernamentales ``destruirán definitivamente la esencia básica de ese partido, que nació bajo la égida del general Juan Domingo Perón, cuyos gobiernos contaron con el apoyo esencial de los trabajadores. El peronismo representó una verdadera revolución contra el poder ultraconservador del país en los años 40, desarrollándose los sindicatos y estableciéndose legislaciones laborales de avanzada, muchas de cuyas leyes habían sido propuestas por el socialismo'', reseñó a La Jornada la dirigencia del MTA, que integra ahora la CGT luego de que esta central progubernamental decidiera partir aguas con el menemismo.
La reforma laboral que propone el gobierno prevé pagar fija sólo una parte del salario; el resto quedará librado a ``como le vaya a la empresa''. Asimismo, se permitirían jornadas de trabajo de hasta 12 horas, y los empresarios podrían disponer a su antojo del periodo de vacaciones y también rotar los horarios y las tareas, mientras que las indemnizaciones por despido virtualmente desaparecerán.
A este paso, el desempleo aumentará, razonan los dirigentes sindicales, quienes demostraron con cifras que las 32 leyes de flexibilización que impuso el gobierno ``supuestamente para dar un salto hacia el empleo'', generaron cesantías masivas.
Algunos sectores del gobernante Partido Justicialista (PJ) proponían ``acompañar el paro'', quinto desde 1989, para no ``perder las banderas'', pero el consejo nacional ratificó hoy su apoyo a Menem.
Sin embargo, 16 diputados de ese bloque decidieron adherirse a la medida al igual que algunos dirigentes, entre los que se cuenta el senador Antonio Cafiero. El diputado Oraldo Britos, viejo militante peronista, advirtió: ``no nos vamos a bancar (aguantar) más que nos amenacen con decretos de necesidad y urgencia'', anunciados por Menem si el Congreso no aprueba el proyecto de flexibilización laboral que le enviará la semana próxima.
Mientras, el mandatario continuó con su embestida, al anunciar que también tocará próximamente el tema de la desregulación de obras sociales (servicios médicos controlados por los gremios), pero los sindicalistas recuerdan que el mandatario ganó las elecciones bajo la promesa de una revolución productiva, y ``no cumplió''.