La Jornada 26 de septiembre de 1996

COLONIA CONDESA

Pascual Salanueva Camargo El operativo para liberar las calles de banquetas en las colonias Condesa, Hipódromo, Hipódromo-Condesa, Roma Norte y Roma Sur, se hizo apegado a derecho y con el propósito de hacer cumplir la Ley para el Funcionamiento de Establecimientos Mercantiles en el Distrito Federal, expedida por la ARDF en mayo del presente año, aseguró el delegado de la Cuauhtémoc, Alejandro Carrillo Castro.

El funcionario declaró en conferencia de prensa que las autoridades delegacionales actuaron en la tarde de ayer de manera simultánea en contra de unos 150 restauranteros que tenían mesas y sillas en las banquetas y dicho operativo continuará este jueves, para supervisar otros 100 giros de ese tipo.

Con el fin de explicar que se actuó apegado a derecho, citó el artículo 12 de la citada ley, en donde se dice que si bien los restaurantes, cafeterías y bares, podrán colocar, previo pago de impuestos, sombrillas, mesas, sillas o cualquier tipo de enseres o instalaciones, éstas deberán ser desmontables, lo cual no ocurrió en ninguno de los lugares que visitó.

Incluso, manifestó que a los 250 giros comerciales se les dio un plazo de 120 días para que sus propietarios regularizaran sus negocios, pero de ese total sólo 13 se dieron por enterados, aunque, de igual manera, se rechazó su solicitud para continuar ocupando con sus enseres las banquetas.

En virtud de lo anterior, expresó, la delegación ya no tuvo ninguna opción de aplicar discrecionalmente ningún criterio, sino de hacer cumplir la ley, así como el Programa de Desarrollo Urbano delegacional, aprobado por el Consejo de Ciudadanos y el cual señala que esas cinco colonias son de uso exclusivamente habitacional, por lo que la Cuauhtémoc no puede autorizar y expedir licencias para el uso de la vía pública, sobre todo tratándose de zonas habitacionales.

Rechazó que hayan sido las autoridades delegacionales las que generaron la violencia al establecer el operativo, ya que los responsables fueron algunos grupos de personas ajenas que trataron de impedir el cumplimiento de la ley pero, por fortuna, en muchos de los casos se impuso la razón y el entendimiento.

Ante el cuestionamiento del porqué se permitió la instalación de restaurantes en zonas de uso habitacional, desde antes de 1987, explicó que en ese año no había ninguna ley vigente en esa materia y, posteriormente, a esos lugares se les otorgaron permisos temporales y revocables, para extenderse a las calles, pero ante esta nueva ley, aprobada por la Asamblea de Representantes del DF, tales permisos fueron cancelados, pero al hacer los propietarios caso omiso de ésta, la demarcación a su cargo se vio obligada a utilizar los recursos legales a su alcance.

Además, las autoridades entraron en acción a petición de la ciudadanía, la cual exige que la ley se cumpla por igual, para poder vivir en un Estado de derecho en el que ninguna persona puede hacer lo que le venga en gana, ello independientemente de que la ley de ninguna manera es negociable.

No obstante, dijo que dado que los dueños de los restaurantes han creado derechos, están en libertad, como algunos afirmaron ante los reporteros que cubrieron el operativo, de promover los juicios de amparo que deseen.


Miriam Posada García Las zonas de restaurantes de las colonias Condesa, Hipódromo Condesa y Roma quedaron convertidas en ``zonas de desastre'' después de que la delegación Cuauhtémoc aplicó un operativo para desmantelar toldos de más de un metro y medio de ancho, y retirar de las banquetas los objetos que estorbaran el paso peatonal, incluyendo las jardineras.

Al vencer los 120 días de plazo que otorgó a los locatarios a través de la Ley de Funcionamiento de Giros Mercantiles, para que modificaran el mobiliario que obstruyera la vía pública, la delegación desplegó un operativo en el que participaron cerca de 45 camiones de volteo y más de 300 trabajadores que se encargaron de derribar lonas y estructuras metálicas de cualquier tipo de comercio.

Miembros de la Asociación de Restauranteros y Comerciantes del Corazón de la Condesa se prepararon para recibir a las autoridades delegacionales desde las 9:00 horas de ayer, sin embargo, la espera se prolongó por casi cuatro horas.

En ese tiempo vecinos de la Condesa e Hipódromo Condesa, encabezados por el presidente de esta colonia, Hugo González Gutiérrez, manifestaron su inconformidad por la presencia de restaurantes, cafés y bares ubicados en las inmediaciones de Michoacán, Atlixco, Tamaulipas y Campeche, entre otras.

Vecinos dijeron que los restaurantes han hecho ``inhabitable'' la zona debido al ruido que producen, la basura, la falta de estacionamientos y la obstrucción de la vía pública.

Por su parte, los restauranteros expusieron que han mejorado las áreas verdes del lugar, la vigilancia y que han elevado la calidad de vida de los vecinos.

Aclararon que la delegación se negó a recibir solicitudes para permisos de uso de banqueta, por lo que interpusieron un recurso de inconformidad y, de ser necesario, recurrirán al amparo. ``Nos negaron los formatos y nos dijeron que todavía no tenían formatos ni sabían quién sería el responsable''.

Todos estos argumentos se vinieron abajo cuando alrededor de las 13:00 horas por lo menos una decena de camiones de volteo arribó a la zona restaurantera por la calle Tamaulipas. El caos se apoderó del lugar cuando los visitadores delegacionales entraron a los locales ``para hacer una inspección''.

Los empleados de Obras bajaron de los camiones con picos y marros en mano dispuestos a derribar lo que fuera necesario, la consigna fue ``venimos por todo''. La confusión iba en aumento y nadie se hacía responsable del operativo. Casi una hora después se supo que el funcionario Ramón Calzada iba al frente, y después de las 17:00 horas llegó al lugar el subdelegado jurídico y de Gobierno, Carlos Vega Memije, quien dijo que actuaban conforme a derecho.

La primera ``inspección'' se llevó a cabo en el Coffe Station, ubicado en Tamaulipas y Michoacán, local que por ``no contar con los permisos'' pronto vio caer su toldo de lámina después de 22 años de servicio. Igual pasó con la taquería El Kioskito, en donde los comenzales ``disfrutaron'' sus tacos mientras los trabajadores de la delegación quitaban teja por teja. Otros tuvieron que dejar la comida a medias porque los sacaron del lugar.

Hubo casos como el del restaurante La Buena Tierra en donde un inspector pidió a los propietarios que le mostraran los permisos para operar, el pago de derechos y un plano del toldo de madera, cuyo costo asciende a aproximadamente cien mil pesos y cuyo plano no pudieron presentar simplemente ``porque está en el archivo de la delegación''.

Después de que la jurisdicción autorizó los toldos, el argumento para retirarlos fue que ``los toldos estaban permitidos, pero los postes para sostenerlos no porque qué tal si pasa un ciego y se lastima porque no lo vio''.

Los vecinos y empleados se organizaron para defender a los restauranteros y sus fuentes de trabajo, pero el intento terminó en una trifulca provocada por los inspectores de Vía Pública --entre ellos uno apodado El Guatusi--, quienes golpearon a un empleado del Mama Rosa's y a otro de la delegación.

A pesar del enfrentamiento el trabajo continuó. Conforme avanzaba la tarde más vecinos se reunían para apoyar a los restauranteros, cuyos representantes se encontraban en la delegación para solicitar en vano una audiencia con Alejandro Carrillo Castro.

Al anochecer los propietarios de la tienda de música Soho y los restaurantes El Zorzal, El Kioskito, Coffe Station, Mama Rosa's, La Selva, La Gloria, Reverso, Crepas la Paix y La Garufa, entre otros, habían visto caer sus toldos ``a martillazo y serruchazo limpio''.

La inversión en cada toldo va de los 600 a los cien mil pesos; al retirarlos, los restauranteros se ven obligados a quitar mesas de la vía pública y sus ventas se reducen hasta en un 60 por ciento; tendrían que despedir a casi la mitad de su personal. El presidente de la Hipódromo Condesa, Hugo González, dijo que no se imaginaba que el operativo sería de tal magnitud. Los vecinos le reclamaron apoyar a la delegación, a lo que respondió que sólo apoyaba el reclamo ciudadano.

Hoy los restaurantes abrirán al público sin toldos, con menos mesas, tal vez con menos empleados y sin saber si podrán colocar toldos que no rebasen el metro y medio de ancho y colocar sus mesas siempre y cuando dejen libre metro y medio de banqueta para el paso peatonal.