La Jornada 26 de septiembre de 1996

Que el embajador Jones no ``meta la nariz'' en asuntos mexicanos: López Obrador

El dirigente Nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador, exhortó ayer al embajador de Estados Unidos en México, James Jones, ``a no meter la nariz en asuntos que solamente competen a los mexicanos'', y manifestó que más allá de los intereses de un grupo de hombres de negocios, nacionales y extranjeros por privatizar la industria petroquímica, debe prevalecer el interés por conservar la soberanía del país.

En respuesta a la afirmación del diplomático estadunidense en el sentido de que sería un error que el gobierno mexicano detuviera la privatización de ese sector, López Obrador consideró que ``es lógico de ellos que tienen intereses y desean el desmantelamiento de la industria petrolera, pero los mexicanos, al menos la mayoría, pensamos distinto. No vamos a permitir la privatización, la entrega del petróleo''.

En conferencia de prensa, el dirigente del PRD aseguró que su partido llamará a la ciudadanía mexicana a la movilización para evitar ``que se sigan entregando bienes nacionales a extranjeros'', y advirtió a los inversionistas interesados en Pemex a no atreverse a participar en negocios que no van a generar beneficios, ``porque los mexicanos nos vamos a oponer''.

En cuanto al resolutivo de la asamblea del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en contra de la privatización de la industria petroquímica, informó que se han establecido contactos con distintos actores de la sociedad con miras a entablar una alianza. ``Se está hablando con organizaciones sociales, ciudadanas y políticas'' para llegar a acuerdos de acción conjunta, expresó.

Pero aclaró que una alianza dependerá de la actuación concreta de los priístas en asuntos que son de interés para el país y para los mexicanos. De esta manera, apuntó, ``queremos ver cuál va a ser su postura en relación con la privatización de las plantas petroquímicas; queremos ver con mucha claridad su actitud en cuanto al combate a la corrupción y a la impunidad, por ejemplo''.

Por su parte, el Partido de la Revolución Democrática, como organismo político, afirmó que ``no existe ninguna justificación económica para vender las plantas petroquímicas a inversionistas nacionales y extranjeros'', y adujo que, detrás de la pretendida privatización de Pemex, se encuentra el interés de grupos financieros internacionales que buscan apropiarse de la riqueza petrolera del país, y aseguró que el petróleo es el mejor negocio del mundo.

Afirmó que a pesar de la corrupción imperante y de la mala administración, Pemex constituye la empresa más rentable del país, y en su tipo es una de las que generan más ganancias en el mundo.

``Producir un barril de petróleo cuesta 3 dólares y se vende en 19'', argumentó.

Entre 1983 y 1994, periodo que comprende a los sexenios de Miguel de la Madrid Hurtado y de Carlos Salinas de Gortari, la carga impositiva de Pemex fue de 61 por ciento de sus ingresos totales, lo que implicó que esta paraestatal generó en ese lapso 266 mil millones de dólares, de los cuales 161 mil millones se destinaron al pago de impuestos.

Exclusivamente en el gobierno de Salinas de Gortari, Petróleos Mexicanos obtuvo 53 mil millones de dólares en ingresos procedentes de la exportación de crudo, pero cubrió impuestos por 84 mil millones de dólares, agregó el PRD. (Juan Antonio Zúñiga M.).