Presionan la venta de petroquímicas
Patricia Muñoz Ríos El embajador de Estados Unidos, James Jones, sostuvo ayer que el gobierno de México es soberano para decidir si frena el proceso de privatización de la petroquímica nacional, pero advirtió que de hacerlo podrían desestimularse las inversiones estadunidenses que entonces se trasladarían a otras naciones latinoamericanas como Argentina, Bolivia y Venezuela.
Esto es lo que puede pasar en realidad, lo que se ve, ``y yo digo lo que puede pasar, y no lo que los legisladores quieren escuchar'', afirmó. No obstante, reconoció que este tema compete sólo a los intereses de los mexicanos.
El diplomático asistió ayer al seminario que organizó la Cámara de Comercio de Laredo, Texas, en un hotel de la ciudad de México, para analizar la situación de los puertos terrestres de ambos países.
En este foro comentó que gracias al Tratado de Libre Comercio (TLC) la crisis mexicana no terminó en una ``catástrofe social''. En su opinión, los resultados de este acuerdo han sido sumamente benéficos para las dos naciones, ya que por ejemplo a Estados Unidos le ha permitido generar en menos de tres años casi 260 mil empleos por el incremento de las exportaciones hacia México.
En cuanto al comercio, si en 1993 el intercambio bilateral era de 85 mil millones de dólares, en 1996 ascenderá a 140 mil, lo que significa un crecimiento de casi 33 por ciento.
Argumentó que las exportaciones de ambos lados han logrado diversificarse, y hasta la industria maquiladora ha podido incrementar su participación en el sector externo. Sin embargo, subrayó que es preciso resolver los problemas de infraestructura carretera para incentivar este flujo comercial, dijo. La terrestre es la principal vía por donde se realiza el intercambio comercial bilateral, y es necesario que los gobiernos inviertan en ella y la modernicen, dijo.
Dio a conocer que Estados Unidos introducirá servicios aduaneros a través de rayos equis para procesar la información comercial mediante nuevos equipos, los cuales tendrán listo el proceso documental del traslado de mercancía en 10 minutos, lo que antes tardaba en promedio unas tres horas.
A su vez, México debe hacer un mayor esfuerzo por lograr que se concrete el proyecto de la ``supercarretera del TLC'', aunque se reconoce que el país atraviesa por una ``dramática'' transición en el plano económico.
En el foro también participó el vicepresidente y presidente electo para 1997 del Consejo de la United States Chamber of Commerce, Michael Sternes, quien expuso que en algunos sectores de ambas naciones persiste cierto temor a la apertura comercial, lo que ha dado lugar a acciones proteccionistas.
En la medida en que estas acciones continúen y no se frenen, no podrá ser aplicado el TLC en toda su plenitud, apuntó, y agregó que es necesario continuar la promoción del acuerdo y para ello se deben utilizar incluso recursos públicos. Sin embargo, expuso que también a México le toca ser más consistente en sus políticas y relaciones externas, para lograr un mayor avance del Tratado.