La Jornada 28 de septiembre de 1996

Acata 90% el segundo día de huelga en Argentina

Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 27 de septiembre Con un masivo acatamiento de más del 90 por ciento transcurrió hoy el segundo día del ``paro y medio'' de 36 horas con movilización convocado en todo el país por la renovada Confederación General del Trabajo (CGT), la medida de fuerza más importante desde que asumió en 1989 el presidente argentino Carlos Menem.

El primer mandatario volvió a minimizar la situación aunque admitió hoy que el paro tuvo ``un relativo éxito'', pocas horas después de haberlo calificado como un ``rotundo fracaso'', y sus comentarios irónicos sólo atizaron los fuegos, un día después de anunciar aumentos en el transporte y de privatizar al eficiente Banco Hipotecario, uno de los últimos recursos de la población para obtener créditos de viviendas.

Menem, quien reiteró que ``no cambiará el rumbo (neoliberal) económico'', atacó hoy duramente a la CGT, tras calificar como ``político'' el paro, e incluso habló de la presencia de ``la ultraizquierda'' y tildó de ``oportunista'' a la oposición, cuya dirigencia estuvo ayer en la Plaza de Mayo.

Aunque el gobierno aseguró algunos servicios como trenes o subterráneos, éstos iban semivacíos y se suspendieron vuelos internos, mientras que Aerolíneas Argentinas también lo hizo con los internacionales.

Una buena cantidad de comercios pequeños y medianos cerraron sus puertas, las calles de esta ciudad estaban vacías y el país ofrecía un aspecto de fin de semana, en tanto en los principales servicios sólo se mantenían las guardias obligatorias.

En el sector conurbano bonaerense, la ciudad balnearia de Mar del Plata, las provincias de Córdoba, Tucumán, Santa Fe, Río Negro, Jujuy y las provincias del noroeste y del sur, el paro --que finaliza esta medianoche-- fue casi general, y sólo en la provincia de Córdoba se registraron este día incidentes aislados.

Los dirigentes de la CGT calificaron, en conferencia de prensa, como ``un éxito'' la huelga, y sostuvieron que fue una respuesta de la sociedad ante la propuesta gubernamental de flexibilizar aún más la legislación laboral, reducir salarios, dejar librados a los empresarios la relación con los trabajadores y producir un marcado nuevo ajuste, todo en el marco del mayor índice de desocupación de la historia argentina, el 17.1 por ciento, según cifras periodísticas.

El ministro de Trabajo, Armando Caro Figueroa, quien asesoró en su momento la reforma laboral en España, hoy fuertemente cuestionada, volvió a ser el centro del rechazo de los gremialistas, cuando, a contramano de las cifras de los medios locale dijo que el paro fue un 10 por ciento menor que el del pasado 8 de agosto.

``El presidente Menem y sus ministros pueden decir lo que quieran y burlarse del paro y eso no habla en su favor, sino que se muestran soberbios, intransigentes, incapaces de un diálogo o de ver lo que sucede'', dijeron los dirigentes sindicales esta tarde.

Pero la CGT fue más lejos y advirtió que no negociará con el gobierno de Carlos Saúl Menem porque ``el presidente ha dicho que no modificará nada, así es que de esta manera cualquier diálogo sería imposible''.

``No hay una sola de las medidas anunciadas que no vaya contra los trabajadores y de las mayorías'', dijo Carlos West Ocampo, antes uno de los hombres más cercanos al presidente Menem.

``Esperábamos que hubiera una moderación de proyectos, pero lamentamos esta actitud tan penosa de ver que se trata de falsear la realidad hasta extremos ridículos. Ahora nos queda dar muchas batallas y vamos a consensar con todos los bloques. No podemos negociar más allá de lo que hemos dado'', agregó

El periodismo local realizó un relevamiento para conocer si ``era un paro turístico'', como sostuvo Menem, pero en realidad sólo en Punta del Este, Uruguay, adónde viajan los ``ricos y famosos'', se registró un incremento de visitantes, y ``estos viajeros no son precisamente los que hacen huelgas'', fue la conclusión de los periodistas.

Menem insistió hoy en que no modificará su programa y que éste corresponde a un ``peronismo actualizado'', lo que cerró las puertas al diálogo.

Este mismo día, mientras Argentina está literalmente paralizada, el ministro de Economía, Roque Fernández, viajó a Estados Unidos para llevar ante el Fondo Monetario Internacional los resultados de la última votación en el Senado --con mayoría oficialista-- para elevar impuestos, a pesar del rechazo mayoritario.

Esto fue visto en los medios gremiales ``como el modelo de la sumisión''.

Vicente Paulo Da Silva, Vicetinho, líder de la Central Unica de Trabajadores de Brasil, que vino con otros dirigentes regionales para apoyar la medida de fuerza, dijo a La Jornada que ``la experiencia de lo que hemos visto en Argentina, la gravedad de la situación aquí nos muestra la cruda realidad. Poniendo a Argentina como un modelo (para los organismos financieros) venden la imagen de un gran salto. Pero hemos comprobado lo que está sucediendo es muy grave y no queremos lo mismo para nosotros los trabajadores brasileños''.

``Una multitud rechaza la política de ajuste'', dice hoy Clarín , el diario de mayor tiraje, que reconoce que fue la movilización más importante desde que asumió Menem la Presidencia de la República.

Página 12 , bajo el título de portada ``Plaza y media'', estima que una multitud rebasó la Plaza de Mayo en la mayor concentración gremial de los últimos 20 años.

De la misma manera, la mayoría de los periódicos hacen una estimación parecida.

El cerco fondomonetarista

Los análisis rondan en torno ``al cerco o la tenaza'' que rodea al mandatario, entre las presiones del Fondo Monetario Internacional y los reclamos de millones de postergados y desocupados. Hubo varios simbolismos.

Los obreros que marchaban ya no hablaban del entorno menemista, al que hasta hace muy poco tiempo acusaban de todos los males. Ahora directamente el nombre de Menem era coreado y había frases irrepetibles sobre su actuación.

La mayoría de los asistentes a la movilización de ayer eran peronistas, muchos de nuevos sectores disidentes, como los convocados por el gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchsner.

Esto es destacado por varios analistas locales, que lo consideran una advertencia para el presidente, quien trata de mostrar al Fondo Monetario Internacional que es el único que puede llevar adelante este plan porque domina el movimiento político más importante del país.

De hecho así fue hasta ahora, pero la cuerda se tensó al límite y, como dicen los gremialistas, ``de ahora en adelante sólo queda la asfixia y nadie es suicida''.

Juan Manuel Palacios, del Movimiento de Trabajadores Argentinos y secretario adjunto de la CGT, recordó que el gobierno ``lo ha vendido todo, como en subasta, y cada venta era para amortizar parte de la deuda.

``Ahora no tenemos nada y la deuda voló cada vez más alto. Se aceptó a regañadientes muchas de estas privatizaciones y flexibilizaciones porque se decía que el país iba a estar mejor, pero lo que sucedió es que el presidente privilegió la alianza con los sectores neoliberales, básicamente con las clases privilegiadas y para ellos gobierna'', agregó.

Agregó Palacios: ``Nunca en los últimos 50 años existió tal desigualdad y los de arriba recibieron la mayor parte de la torta, mientras que nosotros esperamos, y muchos dirigentes apoyaron por solidaridad partidaria aún a costa de su propia credibilidad. Desde hace tiempo los afiliados pedían a gritos una acción como ésta. Ahora se pretendía que ahorquemos a los trabajadores argentinos con nuestras propias manos. Y esto ya es inaceptable e innegociable''.

Esta tarde, ``sin olvidar las actuaciones que hubo anteriormente en cada sector gremial'', la propuesta era la unidad de todas las fuerzas y, más aún, la presencia de los dirigentes de la región avivó las llamas de la unificación local y regional. ``Un peronismo moderno debió haber hecho un modelo original aún adaptándose a los tiempos y no este remate del país y de los derechos'', estimaban los sindicalistas.

La conclusión de diversos análisis es que ``mucho cambió en el país y que la sucesión de protestas masivas de los últimos tiempos debieron hacer reaccionar al gobierno, porque muestran el descontento cada vez más amplio y plural, pero el gobierno no tiene el valor de reconocer su debilidad y continúa en una peligrosa pendiente.

Aunque los dirigentes cegetistas (otrora pro gubernamentales) estaban desprestigiados, nadie se detuvo ante esto. La adhesión fue concretamente en torno a una protesta que la mayoría cree justa cuando la sociedad argentina ha encontrado canales de expresión y ``hasta ahora existe una madurez política que el gobierno no debería provocar''.