Miguel Concha
Militarización

El próximo martes se realizará un evento público de ``pega de carteles'' que dará continuación al Foro sobre Seguridad Pública y Derechos Humanos, que se llevó a cabo el pasado 18 de octubre en el Auditorio ``José Martí''. Su finalidad será la de ir concretando las propuestas y acuerdos que emanaron de ese Foro, dar impulso al análisis y difusión sobre la problemática de la seguridad pública, y la que se plantea a partir de la aprobación de la nueva Ley contra la Delincuencia Organizada y el incremento de la presencia militar en distintas regiones del país y en los distintos planos de la vida nacional.

Hablaremos ahora sobre la militarización. Cuatro aspectos del acontecer nacional revelan que se está desarrollando un proceso de militarización a todo lo largo y ancho del país: el despliegue de soldados en ciudades, poblados, carreteras y serranías; el traslado de funciones de seguridad pública a manos de oficiales del Ejército; el incremento del gasto en armamento, equipos, transportes y entrenamiento; y, finalmente, el aumento de la formación de tropas y oficiales en escuelas militares del extranjero o por parte de personal militar extranjero en territorio nacional.

En cuanto al primero de los indicadores que señalamos, que es el más obvio, debe destacarse que de acuerdo con la información periodística que hemos recabado, son por lo menos 20 las entidades federativas en las que se observa un preocupante desplazamiento de efectivos militares. Y decimos que es preocupante porque en pocos de los casos han sido explicadas las razones de tal despliegue, y en muchos de ellos, por el contrario, las declaraciones de los jefes castrenses niegan que existan razones válidas, legales, para tal movilización.

En efecto, algunos mandos han informado a la prensa que en sus respectivas regiones no existen guerrillas ni tráfico de armamento, y que la incidencia delictiva se debe a la presencia de gavillas. Que el despliegue de tropas es puramente de entrenamiento. Entonces, ¿cuál es el fundamento legal, constitucional de las acciones militares? ¿cómo se explican las detenciones, los cateos, el incendio de 15 casas de indígenas en Santa Cruz Yucucani, al estilo de la táctica contrainsurgente de''tierra arrasada''?

En relación con el traslado de las funciones de autoridades e instituciones civiles a manos militares, la acción más conocida es la que se produjo en la Secretaría de Seguridad Pública de la capital del país, con la llegada de más de un centenar de oficiales que ocuparon los puestos de dirección y mandos operativos de la corporación. Pero no debe perderse de vista que se han producido otros relevos de importancia, como la concentración en manos de la Sedena de los mandos y agentes del Ministerio Público federal en Chihuahua, a través de fiscales militares; la militarización de la policía en Nuevo Laredo, Tamps., ``para frenar la delincuencia y la violencia'', y otras por el estilo.

Sobre el incremento del gasto en armamento, equipos, transportes y entrenamiento, de acuerdo con un informe publicado por la Federación de Científicos Americanos, entre 1984 y 1993, México obtuvo diez veces más armamento estadunidense que el acumulado entre 1950 y 1983. Fueron más de 400 millones de dólares los que se gastaron en ese lapso en equipo militar, armas y municiones. Sin incluir las ``donaciones'' que aprobó el Congreso estadunidense para reforzar a las fuerzas militares mexicanas, entre las que se cuentan varias decenas de naves aéreas, ni todo el equipo para transporte de tropas fabricado en Europa y un desconocido número de tanquetas, que han entrado al país por el puerto de Veracruz.

Por lo que hace al aumento de formación de tropas y oficiales, y al establecimiento de acuerdos entre las fuerzas armadas de México y Estados Unidos para la cooperación y la realización de maniobras conjuntas, no es ya noticia que se han abierto las escuelas castrenses del país del norte a oficiales mexicanos. Lo que sí es nuevo es la información de que militares israelíes se encuentren dando entrenamiento a policías jaliscienses.

Por ello consideramos que es de gran importancia la campaña mencionada pues, como dice Lorenzo Meyer, ``cuesta trabajo sacar al Ejército de los cuarteles, pero más trabajo cuesta volverlo a meter''.