Letra S, 7 de noviembre de 1996
Historia
La autoría del condón aún está en disputa. El vocablo se le atribuye al afamado, y posiblemente apócrifo, doctor Condom, quien lo fabricaría para el monarca inglés Carlos II. Sin embargo, el término pudiera derivarse de los vocablos latinos condus (recipiente) y condere (esconder, proteger).
La imagen más antigua de lo más parecido a un preservativo aparece en algunos murales egipcios, cuyas figuras masculinas portan en sus miembros una especie de envoltura, aunque el propósito no es claro.
La referencia escrita más añeja se remite al siglo XVI. En su tratado sobre la sífilis De morbo gallico (1560), Gabriello Fallopio, anatomista italiano, recomienda utilizar una funda de fino lino bañada en una infusión de hierbas astringentes para evitar el contagio de la entonces incurable enfermedad.
Lo cierto es que los vestigios de condones fabricados con tejido animal se remontan al siglo XVII. Y ya para el XVIII, los grabados y dibujos de la época informan que la fabricación de condones de intestino de carnero era moneda corriente.
La vulcanización decimonónica del caucho y la posterior aparición de la goma de látex, vinieron a revolucionar los condones de tripa. Desde los años treinta de este siglo se fabrican con hule de látex los controvertidos artefactos, y desde entonces su presentación se ha diversificado en una explosión de colores, olores y sabores.
Condón femenino
La desigualdad entre hombres y mujeres coloca a estas últimas en desventaja cuando se trata de tomar decisiones sobre sexo seguro. Las mujeres necesitan de opciones propias de protección sexual. El condón femenino es una de ellas. Por primera vez, un producto diseñado especialmente para las mujeres les permitirá tener el control de la prevención de enfermedades de transmisión sexual. Elaborado con poliuretano, el preservativo vaginal es una bolsa de 17 cm de largo con anillos flexibles en cada extremo. De fácil colocación (igual que el diafragma), el anillo interior se ajusta detrás del pubis y el exterior cubre los labios vaginales. Los ensayos clínicos han demostrado que el condón de poliuretano es una protección eficaz contra los agente patógenos, incluido el VIH, y es más resistente y durable que el de látex. Sin embargo, aún no ha sido muy aceptado y su precio (tres veces mayor que el condón masculino), lo vuelve inaccesible para muchas mujeres. Pero por sus ventajas se debe promover no como un sustituto del condón masculino, sino como una opción viable para la mujer.
Eficacia
El virus que causa el sida es muy pequeño, mide 0.1 micras de diámetro (el diámetro de la cabeza de un espermatozoide es de 3 micras). Por esa razón, existen dudas sobre la eficacia de los condones para impedir el paso del VIH. Los estudios existentes (de los Institutos Nacionales de Salud y de la Unión de Consumidores de Estados Unidos), sobre la evidencia de porosidad en el látex encontraron cierta desigualdad en la superficie elástica, pero ningún poro. La goma de látex no es de naturaleza porosa, pero orificios microscópicos pueden ser el resultado de defectos de fabricación, debidos a diminutas partículas extrañas o de pequeñas burbujas de aire introducidas durante su elaboración. Por ello, los condones son probados electrónicamente antes de ser empacados.
Además, otro tipo de estudios han probado la eficacia de estos forros de hule para el pene:
Estudios de laboratorio. Algunos estudios han evaluado la filtración de partículas virales. Usando sistemas diseñados para simular las tensiones del condón durante el coito, han demostrado la habilidad de las membranas intactas de látex para impedir el paso del VIH. Un estudio de la Food and Drug Administration (FDA) concluyó que ese guante elástico reduce diez mil veces la posibilidad de transmisión del virus.
Estudios epidemiológicos. No sólo en los laboratorios se ha probado la eficacia del condón. Estudios con parejas discordantes (en donde un miembro es portador del virus y el otro no), demuestran que el uso constante y adecuado del condón es un medio seguro contra la transmisión del VIH. En los dos estudios más conocidos de este tipo, donde se evaluaron más de cien parejas discordantes en el transcurso de varios años, sólo se presentaron de cero a tres casos de seroconversión.
La conclusión de todo esto es que un condón, aún en malas condiciones, ofrece diez mil veces mayor protección que no usarlo.
Control de calidad
Los fabricantes someten a pruebas electrónicas a todos los condones para detectar la presencia de agujeritos o la falta de uniformidad en el espesor del látex. Son tres las pruebas utilizadas para medir la seguridad de estos capuchones:
Filtrado de agua. Consiste en llenar el preservativo con una cantidad específica de agua. Si aparece cualquier humedad o filtración en la superficie, es signo de la existencia de orificios y, por consiguiente, el condón no pasará la prueba.
Resistencia a la tensión. En esta prueba se corta una sección del preservativo y se estira hasta el punto de rotura. Es un método para determinar la calidad del látex. Lo que se mide es el grado de resistencia del material antes de romperse y la longitud que alcanza en el momento de la rotura. Los fabricantes emplean esta prueba durante la producción para verificar constantemente la calidad del material.
Inflado por aire. Aquí se inflan con aire los condones hasta que revientan. Este método somete a prueba la resistencia de todo el preservativo, y permite localizar fallas y defectos en el látex. La prueba de estallido por aire es un buen indicador para preveer la rotura de los condones durante su uso.
Fabricación
La materia prima con que se fabrican la mayoría de los condones es el látex (savia del árbol del caucho). Una vez extraído de las plantas, a este líquido acuoso, de compleja composición, se le añaden productos químicos con el fin de obtener una película delgada de consistencia, grosor y resistencia uniformes.
El látex líquido se vacía en tanques de inmersión donde serán sumergidos, de manera automática, moldes de vidrio o de metal. Estos moldes de formas fálicas, pasan sucesivamente de estos tanques a hornos de secado y vulcanización. Los condones son separados de los moldes por la acción de chorros de agua o de cepillos. Antes de empacarlos, se someten a una inspección electrónica para detectar minúsculas perforaciones.
Los disparates
--``El preservativo genera impotencia.'' (George Drysdale, médico estadunidense, 1854)
--``Es fuente de enfermedades mentales, palpitaciones y pérdida de memoria.'' (Doctor Routh, estadunidense, 1879)
--Dos leyes federales contemplaban pena de prisión o de trabajos forzados de hasta diez años, y multas de 5 mil dólares, contra quienes fueran sorprendidos promoviendo, vendiendo, poseyendo o prestando condones. (Departamento Oficial contra el vicio, Nueva York, 1873)
--``Instrumento del demonio.'' (Nuncio Gerónimo Prigione)
--``El gobierno debe inscribir en los paquetes de condones la leyenda: `Este producto es nocivo para la salud'.'' (Unión de Padres de Familia)
--``¿Dónde estarías si tu padre hubiese usado condón?'' (Cartel de la Unión Nacional de Padres de Familia)
--``Por eso ordené retirar, por la buena o por la mala, los carteles espectaculares y de publicidad en general que difundan el uso del condón como parte de la campaña para prevenir el sida.'' (Ex gobernador de Nuevo León, Jorge Treviño Martínez)
--``Me indignan las promociones que se han hecho para el uso del condón, es dar medios a los jóvenes para que sigan revolcándose en el lodo.'' (Nuncio apostólico Gerónimo Prigione)
--``Los padres deben evitar la promoción del llamado `sexo seguro', una política inmoral y peligrosa, basada en la ilusoria teoría de que un condón puede ofrecer suficiente protección frente al sida.'' (Documento de El Vaticano)
--``No es lícito apelar al uso del preservativo para combatir al sida.'' (Obispo Ramón Godínez)
--``El uso de todo medio artificial, incluso aquel que se presenta como una posible ayuda contra una enfermedad, se opone al designio de Dios.'' (Arzobispo primado de México, Norberto Rivera)
Reglamentación
Todos los países productores de condones y algunas naciones importadoras tienen normas nacionales de calidad, que deben observar fabricantes y distribuidores de preservativos. México no es la excepción. El 8 de septiembre de 1994, se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Norma Oficial Mexicana (NOM-016-SSA1-1993), que establece las especificaciones sanitarias de los condones de hule látex, auxiliares en la prevención de enfermedades de transmisión sexual y de los programas de planificación familiar.
Allí se señalan las características generales que deben presentar estas barreras elásticas: superficie (uniforme); dimensiones (mínimo, 160 mm de longitud; ancho entre 44 y 56 mm); y espesor (de 0.03 a 0.09 mm). Se detallan además las pruebas que deben ser aplicadas para verificar la calidad (ver columna Control de Calidad) y las condiciones de almacenamiento, empaque, diseño y etiquetado. Se señala por ejemplo que todo empaque unitario debe llevar la leyenda: ``si se usan apropiadamente los condones de látex pueden ayudar a reducir el riesgo de contagio por VIH (SIDA) y otras enfermedades transmitidas sexualmente''.
Fallas
Una de las quejas contra los condones es que éstos pueden romperse o zafarse con facilidad. Por esta razón, el deslizamiento y rompimiento de condones han sido monitoreados a través de estudios sobre su uso. Todos estos estudios, con muestras de más de mil usuarios, reporta bajos índices de rotura (de cero a 12.9 por ciento), y deslizamiento (de menos de uno a 16 por ciento). Además, todos los resultados coincidieron en señalar que la mayoría de las fallas se debió al uso incorrecto de los condones (aplicación de lubricantes a base de aceite, rasgaduras del látex con las uñas, desenrollar el condón antes de ponérselo, etcétera), más que a la calidad de los mismos. De ahí la insistencia: la eficacia de los condones depende del uso correcto y constante.
Uso
Desde una perspectiva de salud pública, la pregunta apropiada no es si los condones ofrecen una protección absoluta, sino cómo deben ser usados para aumentar su efectividad.
Pero no se trata de abrumar al usuario con una lista de procedimientos que debe memorizar. La flexibilidad del material facilita su manipulación. Parafraseando un conocido comercial de televisión basta con seguir tres pasos: ``Siga los tres movimientos del látex: coloque, desenrolle y moje''. Coloque (apretando la punta del condón para evitar bolsas de aire); desenrolle (hasta cubrir todo el pene); moje (con lubricante a base de agua o con cremas espermaticidas para no dañar el material). Sólo hay que recordar que la envoltura no debe abrirse ni con las uñas ni con los dientes (para evitar rasgaduras del látex), y que es más cómodo y seguro retirar el pene sosteniendo el condón por el borde.
El bueno, el malo y el feo
Más allá de la variedad de texturas, colores, sabores, y aromas, los condones deben ofrecer una calidad a toda prueba. El usuario necesita de una mínima información para elegir, de acuerdo a sus necesidades, el producto que mayor seguridad le ofrece. Con ese propósito, la Procuraduría Federal del Consumidor examinó 26 marcas de preservativos --tanto importados como nacionales--, de acuerdo con las especificaciones de la Norma Oficial Mexicana sobre condones (ver columna Reglamentación).
Los resultados, publicados en la Revista del Consumidor (Núm. 228, febrero de 1996), fueron los siguientes:
--los buenos: Trojan Very Thin, Trojan-Enz y Do it Lovely (mexicano): 97 puntos.
--los malos: Everything y Sico Sensitive: 56 y 53 puntos, respectivamente.
--los feos: Sheik, Elite, Therso, Cowboy, Trojan Plus y Ramses: 60, 70, 71, 72 y 73 puntos respectivamente.
La Procuraduría del Consumidor hace las siguientes recomendaciones de compra:
1. Revisar fecha de caducidad.
2. Verificar que el empaque esté perfectamente sellado.
3. Seleccionar el condón adecuado de acuerdo con las medidas... impresas en el empaque.
4. Los condones más seguros para prevenir embarazos son aquellos que contienen sustancias espermaticidas.
Pero lo más importante es recordar que la eficacia de estas fundas elásticas depende, además de la calidad del producto, de la constancia y el uso adecuado.