La Jornada 8 de noviembre de 1996

SE INSTALO LA COMISION VERIFICADORA EN SAN CRISTOBAL

Elio Henríquez, corresponsal, San Cristóbal de las Casas, Chis., 7 de noviembre Al instalar la Comisión de Seguimiento y Verificación (Coseve) de los acuerdos de San Andrés Larráinzar, la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) advirtió que sólo el cumplimiento de lo pactado entre el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) garantizará una paz justa, digna y definitiva.

Sostuvo que la negociación en Chiapas debe avanzar con ``mayor celeridad y eficacia'', pues no es admisible postergar más en México los cambios que demanda su estabilidad. ``La paz, la estabilidad y la democracia deben seguir siendo una causa común que nos impulse a actuar con determinación'', enfatizó.


Rodolfo Stavenhagen saluda a doña Amalia Solórzano
viuda de Cárdenas, durante la instalación de la
Comisión de Seguimiento y Verificación.

Foto: Carlos Cisneros

Para el gobierno federal, con la instalación del organismo esta tarde, se dio un paso ``decisivo en la renovación del pacto histórico'' entre el Estado mexicano y los pueblos indígenas, además de que se abre un cauce ``amplio y generoso para resolver en los hechos, más allá de las palabras'', las causas que originaron el conflicto iniciado el primero de enero de 1994.

Los invitados y representantes del EZLN en la Coseve, dijeron que ese organismo es una instancia de la ciudadanía y un espacio para abrir los caminos concretos para el cumplimiento de los acuerdos.

En la ceremonia, a la cual asistió el subcomandante Marcos con el resto de la delegación zapatista que acudió a San Cristóbal, los invitados y representantes del grupo rebelde reiteraron que ``el camino de la paz es el diálogo''.

Al afirmar que no podrá repetirse en México la experiencia de Nicaragua y El Salvador, donde los acuerdos de paz son ``letra muerta y pasan al museo de las antigüedades'', agregaron que por lo pronto, la Coseve tiene la ``gran tarea'' de ver reflejados en reformas constitucionales los acuerdos sobre derechos y cultura indígenas, firmados el 16 de febrero en San Andrés entre el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Sin embargo, aseveraron que dichas reformas constitucionales, legales e institucionales deberán ser producto del consenso reflejado en San Andrés y responder a las exigencias reales de los pueblos indígenas. ``No podemos permitir que las reformas sobre derechos indígenas se den al vapor y a la conveniencia de unos cuantos'', advirtieron en voz de Adelfo Regino Flores, representante del Congreso Nacional Indígena.

La ceremonia que se realizó en el teatro Daniel Zebadúa, empezó a las 14:45. En principio se había programado para las 13 horas, pero por un retraso en la llegada de los representantes gubernamentales se alargó, y cuando todos éstos arribaron, la delegación encabezada por Marcos demoró casi una hora. Cuando se esperaba que los dirigentes zapatistas llegaran en vehículo, sorprendieron al hacerlo a pie, y cruzar en grupo las seis cuadras que separan el ex convento de El Carmen del teatro Zebadúa, con el zócalo de por medio.

Cuando Marcos y sus compañeros --menos Tacho, David y Zebedeo, que estaban en el presídium-- se acomodaron en un palco cercano al estrado, comenzó la ceremonia que fue calificada por todos como ``histórica''. Primero en hablar, el presidente de la Comisión Nacional de Intermediación, el obispo Samuel Ruiz García, declaró que la instalación de la Coseve ha sido ``un logro y será un reto''.

Añadió que la conformación de la instancia creó una ``grande expectativa como la magnitud de la esperanza que tenemos en la construcción de la paz, y al verificarse los acuerdos servirá como una retroalimentación para reforzar la continuación del proceso de paz''.

Después, a nombre de los invitados y representantes gubernamentales del organismo, Luis Medina Peña expuso que es necesario el concurso de la sociedad para garantizar el seguimiento sistemático del proceso, mediante el cual se cumplan puntualmente los acuerdos y compromisos firmados por las partes.

Simultáneamente, la Secretaría de Gobernación divulgó un boletín de prensa en el cual asentó que la incorporación de representantes de la sociedad civil en la comisión tiene el afán de garantizar no sólo el cumplimiento puntual de los acuerdos, sino también para asegurar que la materialización de los mismos impulse la reconciliación de la sociedad chiapaneca.

Señaló que la composición de la representación gubernamental en la Comisión de Seguimiento y Verificación, ``expresa la voluntad'' del gobierno federal de que tanto las cuestiones nacionales como las regionales derivadas de los acuerdos suscritos por las partes, sean verificadas por quienes están directamente vinculados o son partícipes de la problemática regional y nacional.

A nombre de los invitados y representantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en la comisión, Adelfo Regino Montes afirmó que la Coseve no es el espacio de la negociación y confrontación que han presenciado en el diálogo de San Andrés. Tampoco es, continuó, para que se asuman actitudes de superioridad y mando de algunos de sus miembros, sino por lo contrario, es ``un sitio para el entendimiento y la complementación''.

Advirtió que los avances dependen de la actitud que adoptemos todos los mexicanos, la cual debe ser plural y tolerante y no cerrada e intolerante ``que nos llevará a un callejón sin salida''. De hoy en adelante la comisión se convierte en la instancia de servicio de la sociedad mexicana, aseveró.

Ultimo en hablar a nombre de la Comisión de Concordia y Pacificación, el diputado perredista Juan Guerra, presidente en turno, dijo que la sociedad quiere una paz sin vencedores ni vencidos que fortalezca a la nación.

Expresó que la composición y la instalación de la Coseve ``acredita la renovada disposición política de las partes para acelerar la solución del conflicto, además de que da garantías de que actuará con autonomía e independencia de las partes: es decir, del gobierno federal y del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Finalmente, antes de declarar formalmente instalado el organismo, el diputado Guerra afirmó que en México tenemos que fortalecer una negociación con resultados concretos, que se conviertan en los asuntos materia de la Comisión de Seguimiento y Verificación. ``Para la construcción de la paz, para el bien de México y para el bien de los hermanos pueblos indios, ¡enhorabuena!'', concluyó.

Instalada la Coseve, la Cocopa, la dirigencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional encabezada por Marcos, y la Comisión Nacional de Intermediación continuarán mañana con las reuniones bilaterales para tratar de reactivar el diálogo de San Andrés Larráinzar, suspendido desde el 2 de septiembre.




Jaime Avilés, enviado, París, 7 de noviembre Todo estaba listo: las cámaras, las luces, los invitados --entre ellos, Gloria Benavides, Javier Elorriaga y Adolfo Gilly--, el equipo del estudio y el hombre del switch. En la era de Internet, la Francia noctámbula se disponía a presenciar ``El círculo de media noche'', el programa con mayor audiencia de la televisión gala antes del amanecer, que en esta ocasión ofrecería una entrevista con el subcomandante insurgente Marcos, en vivo y en directo desde San Cristóbal de las Casas, a través de una computadora que... sin embargo, falló.

``Cien a uno a que no resulta'', había apostado Elorriaga, caminando con un frío de perros desde la glorieta de L'Etoile, antes de penetrar en las instalaciones de la segunda red televisiva más importante de este país. Con él y con Gloria Benavides, léase, con la primera delegación oficial del EZLN que visita Francia, tiritaban el sociólogo Yvon Le Bot, el director de teatro Jacques Blanc, el cronista de Libration, René Solís --cabe decir, tres veteranos del Encuentro Intergaláctico de julio en Chiapas-- y este enviado.

Una hora más tarde, cuando todos cabeceábamos de sueño como pollitos en incubadora bajo el calor de las lámparas que por decenas flotaban sobre nuestras cabezas, la conductora del famoso programa, Laura Adler, fijó la vista en la cámara uno, se colocó la profesional sonrisa en la ancha boca, hizo un gesto y comenzó la transmisión.

Los forasteros descubrimos pronto por qué es éste un show tan favorecido por el público. Abrió con fragmentos del discurso triunfal de Clinton, en Little Rock; siguió con imágenes exclusivas de la operación de Boris Yeltsin, y cuando nadie lo esperaba Adolfo Gilly había disparado ya dardo tan jocoso como certero, al decir que si bien Clinton confesó una vez que de joven había fumado mariguana, lo cierto era que nunca se tragó el humo, algo que Yeltsin debería hacer con el vodka para salvar su hígado y su corazón.

Pero entonces brincó el cardiólogo Jean-Christophe Rufin y fue más lejos que Gilly al sentenciar que ``el problema de Boris no es el corazón ni el hígado: es el cerebro'', y de repente todos los del panel se reían, incluidos los miembros de la delegación oficial del EZLN, que no hablan francés pero que tenían sendos audífonos de perfecto registro conectados a tres simpáticos traductores simultáneos, que les iban soplando todo escondidos en un rincón.

Cuando llegó el gran momento, después de una sesuda reflexión del politólogo Alexandr Adler sobre la guerra civil en Zaire, ilustrada con escenas monstruosas, la conductora anunció a Elorriaga y Benavides, ``los zapatistas mexicanos'' que, ``de un momento a otro, se comunicarán por Internet con el sous-comandant Marcos'', y en todos los televisores de los insomnes de Francia apareció la pantalla de un computadora sintonizada en una página de la red que decía: ``Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Bienvenidos''.

Mientras la conexión culminaba con la esperada entrada en escena de Marcos, Gloria Benavides contó fragmentos de su vida como guerrillera en los años setenta, Javier Elorriaga denunció la informalidad de la administración de Ernesto Zedillo ante el diálogo de San Andrés, habló de la sorprendente solidaridad que ha recibido en Francia para los indígenas rebeldes del sureste y...

Con la técnica de José Ramón Fernández, que incita a sus invitados a hablar todos a la vez para que a la postre nadie diga nada, Laura Adler preguntó a Alexandr Adler si seguía creyendo que la de Chiapas es ``una revolución de pacotilla'' (pacotille, en francés), a lo que el politólogo respondió que el Tratado de Libre Comercio era lo mejor que podía haberle pasado a México y la ocurrencia despertó el insospechable espíritu histriónico de Elorriaga, quien ante semejantes comentarios empezó a retorcerse de risa con la gracia de Harpo Marx, a grado tal que el hombre del switch se percató al instante y envió su cómica imagen al aire para contradecir las sandeces del politólogo que ahora elogiaba ``la democracia que ya existe en Monterrey''.

Y de este modo, con Gilly, los dos Adler, Yvon Le Bot y los demás invitados hablando al unísono todos, el tiempo, como siempre ocurre en la tele (y en los hoteles de paso), simplemente se acabó y como el Sup no había acudido a su electrónica cita --de la cual no tenía la menor noticia-- la conductora explicó a su audiencia que ``se le hizo tarde porque se le ponchó una llanta cuando se dirigía al punto donde iba a enlazarse con nosotros'', y entonces, en todas las pantallas de los noctámbulos de Francia, apareció La Jornada con una foto de Marcos a guisa de disculpa. Y en la era de Internet, pero muy a la francesa, ocurrió que a Chonita, como dicen, la bolsearon




Hermann Bellinghausen, enviado, San Cristóbal de las Casas, Chis., 7 de noviembre Doña Amalia Solórzano, radiante y divertida, camina del brazo del subcomandante Marcos por las calles de San Cristóbal. Acompañan a la delegación del Comité Clandestino Revolucionario Indígena del EZLN, encabezada por los comandantes David, Tacho y Zebedeo, a su camino al Teatro Zebadúa, a siete cuadras de El Carmen. El jefe rebelde le viene platicando a la viuda del general Lázaro Cárdenas sobre el primero de enero. Por qué calles entraron, dónde se pusieron en el palacio municipal y otras cosas que acontecieron el año nuevo de 1994.

La súbita caminata, acordonada por la Cruz Roja, llega al teatro después de las tres de una tarde soleada. Adentro esperan los miembros de la Comisión de Seguimiento y Verificación (nueva sigla: Coseve), de ambas partes. Emilio O. Rabasa, en el escenario, platica de espaldas y no voltea cuando un aplauso recibe a doña Amalia y los zapatistas. De hecho, el veterano canciller no abandonará su actitud displicente y casi indiferente sino mucho después, al escuchar las palabras conciliatorias del dirigente mixe del Consejo Nacional Indígena, Adelfo Regino Montes.

Vueltas que da la vida. El nieto del modernizador de Chiapas, otro Emilio Rabasa, entra hoy a la historia del estado que gobernó su abuelo hace un siglo, en tiempos de don Porfirio, y trajo el ferrocarril aunque no para beneficio de los indios.

``Memorable e inédito es este momento, como nueva y sorprendente fue la participación de la sociedad civil en enero de 1994 para evitar la continuidad de una guerra con terribles consecuencias'', dice Regino, quien asegura que ``los avances mucho dependen de la actitud que adoptemos todos los mexicanos y mexicanas. Una actitud plural y tolerante permitirá mayores avances''.

La esperada ceremonia de instalación al fin se efectúa. El obispo Samuel Ruiz, de la Conai, inicia el acto hablando de la ``niebla aplastada'' que amenace en San Cristóbal a fines de año, la cual anuncia que habrá ``un sol espléndido''. En referencia a la incertidumbre de los días anteriores, Samuel Ruiz habla de que la noche es más oscura cuando faltan pocos minutos para el amanecer''.

La Conai y la Cocopa presiden el acto de presentación e instalación de la Coseve. Un acto a la vez festivo y tenso. Del lado gubernamental del escenario privan la sequedad y la parquedad. Se nota por la manera en que Roberto Alvarado presenta a los miembros titulares de la parte gubernamental.

De ellos, el único que se acercó a la parte zapatista en plan amistoso es el doctor Pablo Farías, director de El Colegio de la Frontera Sur e investigador de ciencias. Entre otras cosas, porque estaba saludando a su maestro Rodolfo Stavenhagen, y hasta se tomaron una foto.

En los palcos laterales del lado izquierdo se colocan los comandantes zapatistas y el subcomandante Marcos. A la derecha, observan el acto los asesores de la delegación gubernamental que iba a las pláticas de San Andrés.

El comandante David lee una emocionada presentación de los invitados del EZLN a la Coseve, empezando por el Congreso Nacional Indígena ``que agrupa a la gran mayoría del movimiento indígena nacional e independiente''.

Emplea palabras generosas para caracterizar a Alianza Cívica Nacional, a la Asociación Nacional de Abogados Democráticos, la Red Mexicana de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todos y el cuerpo de asesores. ``La inteligencia y el conocimiento pueden servir'', dice David, para enseguida presentar a las personas que se llevaron los aplausos más largos del día:

``El ser humano encuentra en el compromiso con las causas de la libertad y la justicia su vuelo mejor y más amplio. Más grande todavía que la historia que los nombra y los trae hasta aquí, una mujer y un hombre caminan la paz con nosotros. Una mujer, doña Amalia Solórzano viuda de Cárdenas, y un hombre, monseñor Bartolomé Carrasco. Una y otro de enterezas y convicciones firmes. Uno y otra de compromiso consecuente. Una y otro de palabra y corazón verdaderos. Uno y otra aceptando caminar a lado nuestro, no a la guerra y a la destrucción, sino a la paz y a la creatividad''.

Por la delegación gubernamental habla Luis Medina Peña, subsecretario de Educación en el gobierno de Miguel de la Madrid: ``Nos sentimos honrados de pertenecer a este instrumento fundamental'', dice, y expresa ``satisfacción porque se instala formal y políticamente esta Comisión de Seguimiento y Verificación''. De su lado están el escritor zoque de Tapalapa, Juan López Morales, y el escritor mestizo Jesús Morales Bermúdez.

Del otro lado, ausentes, los suplentes Fernando Benítez y Elena Poniatowska, también escritores, anuncian que la Coseve tendrá intensidad literaria, lo cual no está nada mal. Además, por la Conai participa el poeta de Trabajo ilegal, Oscar Oliva.

El secretariado técnico lo compartirán Luis Hernández Navarro y Alán Arias. A ver de a cómo les toca.

Termina la instalación, y todos razonablemente contentos. Los zapatistas regresan al ex convento de El Carmen, a pie, acompañados por los miembros de la Conpaz, quienes estos días han sufrido graves agresiones.

Una turista francesa, ya mayor, no lo puede creer. Acaba de retratar al subcomandante Marcos caminando por la plaza de San Cristóbal. Ni ella ni su marido entienden qué está pasando. A lo mejor se irán con la idea de que así son las cosas en este país.

Dos muchachas chamulas, con los brazos recargados de lazos tejidos, señalan con alegría el huipil de la comandante Hortencia, quien camina con pasos cortos y veloces a través del corazón de Jovel.