La transición democrática, en las urnas, no en la mesa de pláticas: Creel
Mireya Cuéllar De la última negociación entre los partidos para reformar el Cofipe y la imposibilidad para llegar a un consenso, se puede sacar una conclusión: ``en México la transición a la democracia difícilmente se va a dar en una mesa de negociaciones'', tendrá que tomar el camino de ``las urnas'', señaló ayer el ex consejero ciudadano Santiago Creel Miranda, quien estuvo en la sede nacional del PRD.
Creel Miranda, quien fue vetado por el PRI cuando Acción Nacional intentó que se quedara en el nuevo Consejo General del IFE, dijo ayer que si no se desmonta la actual estructura burocrática del IFE, dicho órgano no será totalmente autónomo y el gobierno seguirá controlando el aspecto operativo de las elecciones.
Informó que a título personal realiza labores de intermediación entre los partidos y que la Constitución lo ``vetó'' como consejero pero no como ciudadano.
Agregó que la ciudadanía debe tener muy claro que ``en la mesa de negociaciones se puede lograr algo, pero no la transición a la democracia, esta se tiene que dar en las urnas''.
Por lo que hace al IFE, dijo que es fundamental, para lograr una plena autonomía, que operen los cambios tanto a nivel de los Consejos Locales como Distritales, es decir, se requiere de poco más de 2 mil nuevos funcionarios electorales ciudadanos, que operen la elección federal de 1997.
``El Consejo General da las directrices, pero quienes operan la elección son las vocalías, y actualmente quienes ocupan los puestos de consejeros en los estados y los distritos no son personas consensadas por los partidos, sino gente que nombró fundamentalmente el gobierno y atienden precisamente a esos intereses''.
Sobre el tema de controversia en esta reforma electoral, el financiamiento a los partidos y los topes de gasto, el ex consejero consideró que la propuesta de la Secretaría de Gobernación en materia de financiamiento atenta contra la democracia, ``hay que decirlo con todas sus palabras porque de otra manera no se entiende''.
Recordó que en la elección presidencial de 1994, el PRI gastó el 80 por ciento de todo lo invertido por los partidos en esos comicios, mientras que la oposición en su conjunto hizo lo propio con el restante 20 por ciento